René: Podríamos comenzar conversando acerca de la revista Lacanian Ink, que va por el número 33, de la cual usted es la editora ¿Cómo ha sido su inserción…?
Josefina: Ya tiene veinte años. Está desde el 90. Para lo que es la cultura es muy importante esa revista, y alguien dijo algo que me gustó mucho, la revista agarra desde el 90, los diez últimos años del siglo o centuria pasada, y los diez primeros del siguiente, porque le falta poquito para llegar al 2010. Ya son veinte años, justo agarra ese tiempo, o sea cuando termina el siglo y cuando empieza. Por eso, él dijo “es la única que queda”; porque había otras revistas en E.E. U.U., como Comb, por ejemplo pero cambió mucho. Entonce este crítico, un vecino que vive por ahí, escribió un libro que se llama The Climb and son of the Soho art community. Yo vivía en esa comunidad de arte que es Soho, todavía lo sigue siendo, pero luego se movió a Chelsea, ahora esta volviendo. La cuestión es que hubo un movimiento. Culturalmente creo que es importante el resurgimiento, pero también la caída; la decadencia, la caída, y el moverse a otro lado, aunque sea para hacer más grandes los lugares. Pero en sí mismo fue un fenómeno único. Era como si fuera un edificio afuera, con todas las galerías en al calle. Todo, todo eran galerías.
René: Y este doble movimiento, de caída y resurgimiento…
Josefina: Exacto, que yo lo agarré en los ’80, ese resurgimiento, que ya fue importante, y empecé a hacer la revista en los ’90, donde ya es verdaderamente doble. Porque antes del 2000 ya se estaban mudando a otro barrio. Porque tiene una cosa que no se pudo copiar, que no pasó en Chelsea, a nivel de la vida cotidiana. Porque yo me acuerdo, yo lo hacía, iba a comprar mis pomelos y frutas, lo que sea, y volvía caminando, y entraba en las galerías. Una de las razones era por eso, porque uno las seguía llevando y no volvía a casa sin entrar o salir. Quedaban en el camino.
René: ¿Y cómo fue la relación de la revista con todo ese movimiento?
Josefina: Bueno, yo ahí, justamente, hice hincapié en publicar lo que estaba pasando. Por eso es que este señor lo agarró como algo que estaba pasando en ese momento, en ese lugar, que era donde yo vivía. Era muy fácil porque estaba viviendo ahí. Por supuesto que había artistas argentinos, como ser Kuitca, que lo llevé yo. Lo más increíble es que sale del psicoanálisis, porque inclusive la galerista lo vio en mi estudio; y lo vio y soñó con la obra de él hasta que finalmente, cuando arrancó Guillermo con su show, vendió todo antes del éxito que finalmente tuvo. O sea cuando abrió el show, no había ni una cosa más para vender. Nada.
René: De qué manera tocó a la galerista.
Josefina: Soñó con una sandía y el cuadro de Guillermo era verde y colorado. Y quedó con la sandia y al final ella fue la más agradecida en el mundo entero, porque le tocó un artista que era muy original, vendió todo antes de empezar, y siguió vendiéndolo por años. Después en un momento dado había una galería muy poderosa que se subió a un avión, vino acá, y se lo llevó. Por mucho tiempo estuvo con esa galería que era muy sutil, era poderosa también, pero la otra era más poderosa. Lo compró.
René: Un poco lo que conversábamos antes de empezar la entrevista. ¿Cómo entiende usted que se ha insertado el psicoanálisis de orientación lacaniana en los debates culturales en de la ciudad de Nueva York?
Josefina: Bueno, ellos empezaron por llamarse Cultural Studies, ahora, ojo, porque ahí ellos son los que mandan. A mí me parece que si van a hablar de Lacan tienen que mandar los lacanianos y no los Cultural Studies. Y ellos tienen una cosa fácil, porque como todavía, que fue mi gran lucha allá, Lacan no es una materia que se pida, entonces ellos quieren saber un poco –esta sería la parte mala, ¿no?-, entonces terminan finalmente en el “estadio del espejo” interpretado por ellos dentro de la cultura. Se quedaron un poquito encerrados en eso, ya que nadie quería ir a los “Cultural Studies”. Entonces empezaron a haber los workshop´s de Jacques - Alain Miller, eso era en los ’80, que venían Miller y Schneiderman y hacían los workshops. Ahí descubrí a Zizek, en los ’80. Y ya en Lacanian Ink, en el segundo número, está Zizek. Ahora, Zizek es eso, la cultura popular y Lacan. Él es muy brillante en su exposición, tira 30 ideas en un minuto. La gente se empezaba a enloquecer. Cuando lo conocí, hablaba menos inglés, recién empezaba, muy al principio lo conocí. Y bueno, empecé a publicar. En ese momento en Lacanian Ink no tenía muchos fondos para hacerlo. Él me daba los artículos, Miller también me daba los artículos, y eligió el cine pero nunca el arte. Él me decía “nunca me vas a llevar a una galería ni aunque quieras”. Así fue como yo me fui quedando con el arte; porque vivía ahí, porque me gustaba tanto mirarlo, porque de golpe lo de Kuitca me llenó de gloria porque traje este artista y entonces después fui y traje también a Gustavo Trigo, que Germán García me lo presentó, Gachi Jaspers. Y ahí empecé a escribir en Lacanian Ink. Creo que son mejores los últimos, porque tuve que redondearlo, y darle una vuelta. Inclusive en inglés me costaba, porque tenía que escribir en inglés sobre Lacan de una manera no muy difícil. Porque ellos mucho no saben de Lacan.
René: Ese es otro punto importante, ¿no?
Josefina: Es muy importante ese tema. Muy importante. Primero enseñaba en el Literature Department of New York University, a un grupo de 14 personas que se fue ampliando a 40, literatura. Después enseñaba a la gente de cine. Pero la lucha era que me preguntaban “¿y el subconsciente?”, y yo decía “no hay subconsciente”. Pero bueno, después de un tiempo había gente que sabía un poco más, había gente que me quería. Por ejemplo Cathy Leibowitz, trabaja en Latinoamérica, es editora, escribe desde siempre, y sabe suficiente como para hacer la buena pregunta. Después, en un momento dado, me cansé, porque no conseguí que la universidad me diera un lugar formal dentro de la currícula. Entonces puse más énfasis en Lacanian Ink y empecé a escribir para las revista Forum, de allá, e hice muchos catálogos de artistas.
René: Hay un sitio web que es Lacan.com que es suyo. Y ahí usted cuelga artículos que circulan desde el campo freudiano; se puede leer que dejan muchos comentarios las personas visitan el sitio.
Josefina: Bueno, esa es una cosa que empezó a pasar con Miller. Hay un millón y medio de hits por mes. Es mucho para un sitio Web cultural y de filosofía, como se quiera llamar. Pero ahí, justamente, cuando Miller empezó a escribir para el semanario Le Point. Entonces él me escribe y me dice “yo sé que esto te va a divertir”, y me manda la nota primera, que era la de Sarah Palin. Y empezaron a contestar, y contestar, y contestar como nunca. La audiencia de Miller se equiparó en un minuto a lo que estaba pasando con Zizek. Montones de contestaciones. Con el segundo artículo de Le Point que envío sobre Obama. Lo que pasa es que los americanos ahí, él les toca una cosa que ellos saben muy bien. Entonces hubo una amenaza, el otro que la defiende. Están defendiendo eso, pero están hablando de Lacan, porque Miller lo pone desde Lacan. Puse el de Obama y después uno sobre el amor. Y la gente habla y habla. Hay uno de Irán, que me encantó lo que dijo, me gusto muchísimo, porque hace como una burla y dice “sí, no hay relación sexual y entonces yo, my beloved, tengo que darte lo que no tengo, y vos me tenés que dar lo que tenés, y entonces yo tengo que representar que vos me lo das y hacer como que lo tengo, pero sabemos que…” Es tan simpático y gracioso cómo lo dice que inclusive le pedí un artículo, a una persona que ni idea, que salió del mundo, y lo puse en la revista The Symptom que tengo ahí, que lo leen muchas de personas.
René: Hay otro blog que a mí me gusto muchísimo que es el Perfume.
Josefina: Ah, ese es mi arte, el Perfume soy yo. Es mi nombre de sobrenombre.
René: Hay toda una serie de fotografías en blanco y negro, sobre mujeres, los últimos posts son todas fotos de mujeres en blanco y negro.
Josefina: Hay videos de artistas, etc. Eso es todo arte. El arte que yo elijo para poner ahí, y para hablar.
René: Sí, porque ahí no hay tanto escrito.
Josefina: No, ahí no hay tanto escrito, hay links a otros lados del arte que a mí me gustan. Eso lo vengo haciendo primero que Lacan.com. Se llamaba Perfume, el sitio, y cuando lo estaba haciendo apareció un amigo que me dijo que estaba libre el nombre de Lacan, yo lo agarré en el aire, y entonces Perfume, que yo lo estaba haciendo con el arte, y todo eso, pasó a ser la parte de arte de lacan.com. O sea, en realidad lacan.com se divide entre lacan.com en sí, donde está el “contents page”; y después está digamos toda la bibliografía, especialmente de los lacanianos en inglés; después está la “chronology”, que la ven muchísimo, que es donde cuento yo todos los seminarios de Lacan, cómo aparecen, sus tiempos, todo eso; y después el “itinerario” de Lacan por Estados Unidos.
René: Entonces en la ciudad de Nueva York el pensamiento lacaniano entra por el lado del arte.
Josefina: Entró por ahí, qué quiere que le diga. Me doy cuenta cuando mis pacientes hablan de las conferencias, que son completamente lacanianas. Tanto Badiou, con un público más exquisito, y Zizek los dos tienen su público. Esta la famosa historia en Deitch Projects, yo estaba hablando y en un momento dado estaba diciendo la palabra traición, porque el tema era judas, y ahí estaba toda la gente que no había podido entrar. Habían entrado 600 personas, el resto había quedado afuera. Empezaron a golpear y vino la policía. Claro que eso es lo simpático de que sea en el mundo del arte, porque ahí se convirtió en la obra de arte máxima. La gente que golpeaba porque quería un asiento para ver un filósofo. Todos los que iban a ver. Fue increíble, está en un video. En un momento dado digo “bueno, voy a seguir” y Zizek decía “esto no es una disco”. Son escenas geniales, espontáneas que aparecen ahí.
René: Zizek ha logrado inscribir el nombre de una manera muy particular.
Josefina: Hubo que sacar a la gente afuera. Fue un rotundo éxito. Ahora estoy viendo cómo hacer con Miller, porque yo lo que quería es que lo traiga la embajada, así como hacen con Badiou, pero es más difícil. Porque a Badiou lo trae la universidad. No me parece que digan que Lacan es filósofo, esa es una de las peleas que tengo: “Lacan filósofo”, y vuelvo a decir “Lacan no es filósofo. Estudió filosofía para el psicoanálisis, y no al revés”. Entonces traerlo a Miller como filósofo es una confusión total.
René: Parece que los significantes amos que ordenen la cuestión son difíciles.
Josefina: Sí, y hay que ser muy estricto, porque sino viene una confusión que ya nada es nada.
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