Despedida de Ricardo Zelarayan



Hoy miércoles 29 de diciembre murió en la Ciudad de Buenos Aires Ricardo Zelarayan: escritor, diseñador y excelente traductor.

Para mí, como para muchos de mi generación, era una referencia fundamental.

Tenía una risa fácil, era un genio en más de un sentido (su mal genio era conocido, como su genialidad como escritor).

Le debo el temprano conocimiento de Ferdydurke en su edición de la Ed. Argos, el conocimiento de Una novela que comienza y la alegría y el gusto por tantas otras cosas de la literatura.

Crítico de las imposturas políticas y literarias, fue siempre atópico en nuestra cultura y supo conectar con muchos jóvenes escritores, así como ganarse el rechazo de otros consagrados que no soportaban la mordacidad implacable de sus juicios.

Ahora sus libros hablarán por él. Como dijo Sigmund Freud: “La escritura es el lenguaje del ausente”.

Quiero concluir con la dedicatoria que le hice en mi libro, publicado en 1975, sobre Macedonio Fernández: Para Ricardo Zelarayan, quien supo propiciar la lectura de Macedonio Fernández y el valor singular de la ironía.



Germán García



Ficciones jurídicas*


Lacan dictó un seminario en el año 70-71 que se llamó “De un discurso que no fuera de del semblante”, para plantear: ¿hay un discurso que no sea ficcional? No lo hay, no podemos hacer una crítica a la ficción puesto que no hay más que eso. El punto es si hay real y si hay ¿qué real es? Ese es el punto en que nos deja la enseñanza de Lacan: ¿hay algo real puesto en juego en el psicoanálisis? dado que no hay discurso que no sea du semblant, prefiero el término en francés porque apariencia siempre evoca que habría algo … que no sería apariencia.

¿Hay alguna otra cosa que las ficciones que construyen las palabras? Pero tenemos que hablar de ficciones jurídicas. No podemos criticar en eso, la institución jurídica, porque como cualquier institución es un discurso. Simplemente el psicoanálisis verifica las particularidades de cada institución. Creo que alguna vez he comentado que aprendí lo que son las ficciones jurídicas viendo “La ley y el orden”, siempre me llamo la atención el nombre: “La ley y el orden” ¿por qué los policías son la ley y los juicios son el orden?. En principio los policías son la ley, porque cuando detiene a alguien lo hacen en nombre de la ley, ellos encarnan eso que dice la ley. Pero el juicio también encarna de alguna manera el derecho.

Encontré una definición de derecho que dice: “el derecho es la ciencia de las leyes para regir, dominar y hacer obedecer”, por eso se trata de un orden.

La serie se divide en dos partes, en la primer parte hay un delito y la policía hace lo necesario para atrapar al delincuente, y en la segunda parte asistimos al juicio. En el juicio lo que verificamos es que no se trata de descubrir la verdad de lo que sucedió, porque eso es imposible, se trata de qué argumentos utilizar en el margen de lo que establece la ley. Si uno es defensor: salvar a su defendido; y si uno es fiscal: meter en prisión al delincuente. A tal punto se trata de eso que por mas que el fiscal tenga la confesión del criminal, si eso no se ajusta a derecho, no cumple con las previsiones que el derecho establece para obtener esa confesión, la confesión no se considera. Ahí se ve bien que no se trata de la verdad del crimen, sino que se trata de un procedimiento, de una institución de la ley que obedece a normas, reglas, a los modos como definimos las cosas.

Por eso quisiera enmarcar esta conversación bajo un aspecto que encontré hace mucho en Miller y que corresponde a un seminario del año 98, donde Miller dice: El futuro del psicoanálisis depende del modo en que cada uno interpreta su síntoma. Es grave enunciarlo así ya que, si todo el mundo interpreta su síntoma según el cognitivismo, el psicoanálisis desaparece del mapa. Es decir, con qué ficción cada uno interpreta su síntoma.

Por eso me pareció interesante un pequeño texto de alguien que no es psicoanalista que encontré por azar. Me llamo la atención por los nombres que pone en juego, como introducción de su texto pone una cita del Fedro que dice: (Las cuatro formas del delirio inspirados por los dioses): Sócrates…Pero el hecho es que entre nuestros bienes, los mas grandes son aquellos que recibimos por intermedio de un delirio del que ciertamente nos dota un don divino. En efecto, tanto la profetisa de Dedos como las sacerdotisas de Dodoma, es en su estado de delirio que han hecho a la Helade, privada y públicamente, muchos beneficios evidentes, en tanto que, en el de cordura, pocos o ninguno. Aquí se trata de que lo que se recibe de los dioses se interpreta como un delirio

La otra cita es de Sacase G., según mi traducción: “de acuerdo, pero ¿qué tienen que ver los jurista con el cerebro?”; aquí el mensaje no es de los dioses sino del cerebro. Tenemos dos interpretaciones completamente distintas de un hecho: o lo interpretamos como algo que viene del cerebro o lo interpretamos como un delirio inspirado de no se sabe qué dioses. Este señor es un amigo nuestro, que se despidió de este mundo hace poco: Enrique Marí. Quien escribió un texto hace unos años, vuelto a publicar en una revista, que se titula: “Modos de acceso a la articulación entre derecho y psicoanálisis”. Me interesó, les voy a plantear brevemente lo que dice.

Plantea si la interdisciplina sirve o no sirve, y él dice que algunos están de acuerdo otros que no. En general, nombra unos detractores ilustres, como Carnap por ejemplo, en general habla de los del Circulo de Viena, Althusser (quien primero no creía en la interdisciplina y después si), nosotros podemos conversar pero …

Marí menciona un autor que si cree en la interdisciplina, Pierre Legendre, en un libro viejo del año 70 que se llama “El amor del censor, ensayo sobre el orden dogmático”, Legendre estaba entre los no analistas de la Escuela Freudiana de París y, como aclara Roudinesco, Lacan jamás publicaba un libro de sus discípulos pero hizo publicar este libro de Legendre. Es decir: a Lacan le gustó el libro aunque no haya en él ninguna obsecuencia (Lacan es mencionado una sola vez a pesar de que analiza la obra de Freud en detalle)

Lo qué dice Marín de lo que dice Legendre nos interesa para ver diferentes modos de leer un libro, según los intereses de cada uno.

Dice algo que es obvio, que la cuestión del inconciente no fue objeto de interés ni tema del legislador, de los jueces o de la academia, es decir de la facultad de derecho, porque el derecho es positivista, no cree en la ciencia del inconciente.

Pero Legendre, que es jurista, se hizo algunas preguntas que son de orden psicoanalítico, como por ejemplo: ¿De que forma se inscriben las instituciones jurídicas en la subjetividad de los hombres? ¿Cuales son los resortes básicamente inconcientes del pensar por lo cual en una sociedad nos ponemos en fila conforme al derecho? es decir ¿por qué obedecemos las leyes?

Él gira alrededor de la idea de la obediencia, tanto en este libro como en otros: ¿por qué el ser humano obedece? y encuentra vínculos entre el poder y el amor, por su puesto, no me voy a detener en todos los ejemplos que da aquí Marí. Pero lo particular es que no se trata de amar a una mujer. El papel de la mujer es asegurar la descendencia del linaje, el amor por la mujer pasa luego al “amor al poder”.

Se trata del amor al padre y aquí hace una extensa demostración con ejemplos de ese amor al padre. Pero lo que me interesó es que él dice que no solo la teoría freudiana dice esto, sino también lo dice un señor que se llama Hans Kelsen.

El derecho esta dividido en dos ramas, uno encarnado por el teórico Hans Kelsen, neokantiano del derecho, lo que se llama la escuela legal vienesa, la teoría pura del derecho, la que pretende establecer los fundamentos apriorísticos de los conceptos fundamentales jurídicos, por eso es kantiano, se trata de lo que esta a priori de todo hecho, toda norma, preceden a los hechos, son idealidades esencias, es lo que se llama el formalismo jurídico. No se trata de la ciencia de lo que debe ser, ni lo que es justo.

La otra la encarna Carl Schmitt y es el decisionismo, todo parte de alguien, de la decisión del juez,

Y Kelsen es alguien con quien Freud dialogaba ya que se ha dicho que el famoso observador imparcial que aparece a veces en los textos de Freud era Kelsen. No solo Freud dialogaba con Kelsen, sino que Kelsen dialogaba con Freud. Esto es lo que esta diciendo Marín, este tipo que era kantiano había leído a Freud y pensaba de una manera que no se ajustaba a la teoría por la que él es famoso. Hay un libro, “El otro Kelsen”, donde aparece toda esta dimensión del amor al poder en Kelsen.

Entonces se trata de la identidad de Dios, del padre y del estado: Dios y el estado. Un paralelismo entre el problema erótico (amor), religioso y social vividos por el individuo. En su ánimo, Dios y el estado son idénticos. Toda la teoría del estado se asienta, según Kelsen, en una teología jurídica dado que antiguamente no había esta división entre poder del estado y poder religioso sino que una se cimentaba en la otra.

Todo lo que se elaboró del derecho esta bañado en una teología y con ese derecho seguimos operando, es lo que él nos quiere enseñar

Para Kelsen el estado -idéntico al derecho desde el punto de vista del orden- simboliza la personificación, la expresión antropomórfica de la unidad del derecho; pero el estado queda hipóstasiado y contrapuesto como ente particular al derecho por lo cual se genera la misma seudo-problemática de la teología. La soberanía significa que el estado es el poder supremo, que ese poder no deriva ni esta subordinado a ningún otro poder superior tal como ocurre con la trascendencia de Dios.

Kelsen explica esto diciendo que se trata de la misma experiencia que el niño ha tenido respecto de su padre. Kelsen se inspira en Freud en su tesis del amor al padre.

Marí recuerda que existe un Kelsen freudiano que cita expresamente las investigaciones psicoanalíticas, es mas, afirma que hay que tomar en cuenta conforme a Freud la ambivalencia (…) la sumisión y la voluntad de poder, constituyen el dorso y el anverso de una misma medalla (…) ya que el creyente se identifica psicológicamente con la divinidad, es decir me someto y al someterme soy Dios, escudándose en la mascara de su Dios, de su Nación, su Estado, da curso a todos los instintos (...)

Cita a Kelsen: mientras que al individuo como tal, no se lo reconoce ningún poder político para que coaccione, domine o mate a otros, es en cambio su derecho supremo cumplir todo ello en nombre de Dios, la Nación o el Estado, a quienes precisamente ama por ese motivo ama como ’su Dios’, ‘su Nación’, ‘su Estado’, y con los cuales se identifica en un acto de amor

El amor político tiene pues espacio en los textos de Freud y de Kelsen.

Legendre afirma que se trata de una sexología en el derecho: el amor político, es decir: el lazo de amor entre las masas humanas y los jefes (“Psicología de las masas y análisis del yo” que Legendre analiza exhaustivamente). E incluso introduce algo que nos interesa y es que, en el amor político, a diferencia de lo que ocurre cotidianamente, esta en juego el cuerpo y cita un libro de David Breton, “El borramiento ritualizado de los cuerpos”. En él se muestra cómo tratamos de evitar poner en juego la presencia del cuerpo cuando vamos en un ascensor, ya que miramos hacia otro lado, hablamos del tiempo, para olvidar que estamos cerca del cuerpo. Mientras que en “Psicología de las masas…” es al revés, son los cuerpos de los jefes los que están en juego. Hagamos la lista: el cadáver de Perón, el dedo de Perón, el cadáver de Evita, dice Marín, mostrando la pregnancia viva de esos cuerpos “muertos”.

El nexo entre los cuerpos y el amor-odio político en que se involucra lo social con el psicoanálisis explica por qué la ciencia política kantica no podía hacerse cargo de ese amor político desarrollado por Freud en sus obras y tratado paralelamente por Kelsen.

Los alcances de esta ciencia como los del derecho y los de la misma sociología son exiguos al estar privados del psicoanálisis.

El problema de la interdisciplinariedad es cómo se pueden dictar leyes teniendo en cuenta la otra escena, la escena del deseo, del amor, del goce y del odio ¿qué se hace con eso? él no dice que es lo que hay que hacer, pero dice que habría que poner en juego en el derecho esta otra escena. Entre el derecho positivo expresado en las leyes y esta referencia absoluta de la ley atravesada por el inconciente existen lazos que vinculan dos escenas: la escena visible y la otra escena. Que el derecho no se comprende, sin lo que el psicoanálisis nos enseña sobre los mecanismos defensivos.

¿Y donde desemboca esta problemática? En el “pobre” jurista, el jurista que tiene que dictar las leyes es un inconciente, por supuesto, es una obviedad, el sujeto tiene inconciente, es con eso que se dictan las leyes. Hay aquí un impasse. ¿Qué otra cosa que mandarlo a analizar? Si se angustia tiene un destino posible: el diván.

La intermediación entre las leyes y su aplicación es la función del interprete, ahí esta el peligro, el problema que nosotros tenemos. Están las leyes y el jurista tiene que interpretarlas, entonces, en el derecho se aconseja interpretar lo menos posible, atenerse a la letra de la ley, como si eso fuera posible.

Todas las discusiones giran alrededor de este punto, por eso Carl Schmitt dice que no hay ninguna racionalidad que determine mi decisión, en todo caso la decisión se hace sobre un punto de puro deseo, goce, vacío; el fallo del juez es lo mismo que el fallo del padre. Se hace sobre su falla.

El derecho es un fenómeno desconocido, ignoramos del derecho su articulación sobre la estructura y de este desconocimiento procede la convicción de que las sociedades industrializadas conservan el poder de maniobrar a su voluntad las normas jurídicas.

Pero ni la revolución francesa ni la revolución industrial han barrido las significaciones de un derecho que se construyo sobre las bases jurídicas teológicas, eróticas.

Pero lo que Legendre viene a decir (y aquí reside el interés de leer un libro del año 71 ya que suponemos que las cosas han cambiado en treinta años) es qué sucede con este derecho, que aparentemente ha perdido su poder, qué sucede actualmente.

Lo interesante no es descubrir que el jurista tiene inconciente, es otra cosa que no subrayamos lo suficiente. Él empieza planteando que la sumisión se propaga transformándose en deseo de sumisión, el poder consiste en hacerse amar, no cualquiera se hace amar, ahora ¿cómo se hace amar? eso es lo que analiza Legendre,

Lo dice de entrada, en la primera página: para captar a los sujetos el medio infalible es la creencia en el amor. Primero, el amor es una creencia, se trata de la creencia en el amor… al poder, al jefe, al padre en el amor a la ley.

Dando vuelta la página, cómo se hace creer, las técnicas del hacer creer, sin estas técnicas no hay institución, no hay orden ni subversión, se trata del amor al significante amo, el amor al inconciente que nos hace creer algo.

El derecho, es la definición que les leí antes, es la ciencia de las leyes para regir, es decir, dominar y hacer obedecer al genero humano,(…) es una sexología que asegura y justifica el poder de los jefes. (…) el jurista (que) procede a una liturgia (…) reglada para sellar la verdad, (…) los maestros de la Ley, victimas de su lógica, es decir tienen inconciente como cualquier otro.

Una conclusión: concluyo que existe, desde el punto de vista de los juristas, nutridos por la tradición occidental, un fondo prohibido, la zona de una ciencia infernal. Su máxima (…)¡ interpretar demasiado, seria como tocar el piano con un martillo!

Lo cita a Bentham quien escribió su teoría de las ficciones con mucho humor siendo legista. A ese poder dogmático ahora le decretan el fin. Hace poco presentamos en el Centro Descartes un libro, “El fin del dogma paterno”, es decir: ya no amamos al padre. Sin embargo, Legendre ha respondido ya en los 70 que no debemos engañarnos ya que Las sociedades que han hecho al occidente han desplegado una técnica de la sumisión de la que tenemos un débil ideal en el siglo XX a causa de la laicización de la función de la censura y los nuevos hábitos de pensamiento tomados al contacto de las ciencias llamadas humanas y sociales

La antigua institución, por su puesto que no persiste como tal, con los poderes que le otorgaba la teología pero él pregunta: “¿Quién viene al lugar de la teología para sostener esta sexología?” Se van a sorprender: las ciencias humanas, las ciencias humanas son las que hacen creer para sostener el poder, es lo que dice Lacan, la psicología vehiculo de los ideales.

Entonces no hay fin del dogma paterno porque hay una inercia que, para que las sociedades sigan existiendo, sostiene las instituciones si no nos mataríamos con toda tranquilidad.

La creencia, he aquí para nosotros un termino clave (…). El trabajo del jurista (además de sus sucesores actualmente en la empresa dogmática) es exactamente - y este es el meollo del asunto - el arte de inventar las palabras tranquilizadoras, de indicar el objeto de amor en el que la política ubica el prestigio, y de manipular las amenazas primordiales (…) ese es el arte de hacer creer, eligiendo las palabras que convienen. Pues bien, la teología nos hacia creer a través de la culpa.

En los sesenta estamos en la “sociedad sonriente”, los hippies, la liberación, paz y amor; es decir la sonrisa tranquilizadora, tranquilicemos a las masas una vez que se levantaron un poquito. Podemos medir la distancia con nuestro tiempo, dentro de esta lista que él hace, el arte de inventar las palabras tranquilizadoras y de indicar el objeto de amor en que la política ubica el prestigio y de manipular las amenazas primordiales, podemos decir que de lo que se trata ahora es de manipular las amenazas primordiales estamos en la cultura del pánico, se eligen las palabras adecuadas para hacer creer que la catástrofe esta a la vuelta de la esquina.

Ahora bien, ¿se trata entonces, en lo que dice Legendre, de analizar a los juristas o a los psicólogos o a los sociólogos? No se trata de eso. Se trata, simplemente, de marcar que cualquier uso de la palabra es hacer creer algo, se trata de estar advertido de esa función del discurso por la que uno se lo cree o no se lo cree. Así: ¿como se armó este pánico en la bolsa? Simplemente haciéndonos creer que todo iba a la perdición ¿y por qué me lo tengo que creer? Eso, podríamos decir, es para alguien que se analiza; la cura es que, respecto de lo que cree, toma su distancia, es alguien que con respecto a ese S1 que lo hace creer que es algo, toma su distancia, esta advertido, no cree del todo.

Por esta referencia constante al objeto del deseo, es decir al jefe puede operar la creencia social para difundir progresivamente la legitimidad, prodigar la regla, y designar el enemigo, esta muy bien, cuando se da nombre a las cosas también se da nombre al enemigo.

Pide que se relean “las teorías sexuales infantiles” pues esas páginas pueden constituir una útil introducción al proceso más primitivo de la sumisión. La institución liberal persigue la empresa ancestral, nombrar las cosas; es decir ¿dónde esta el poder? como dice Lacan, simplemente en el acto de nominación, por eso estamos en contra del DSM, porque el DSM dice: “ustedes son enfermos”, ya al decir enfermos designa la ética de la que se trata, ustedes no tienen nada que hacer.

Estoy dirigiendo la revista Lacaniana, de la EOL pusimos un apartado: “Desorientados y/o enfermos”; si elegimos “enfermos” no hay nada que hacer si elegimos “desorientados” es otra oferta. La orientación lacaniana ofrece orientar al sujeto en algo que no tiene remedio y que, si toman remedios, no van a salir de eso.

Entonces la institución liberal persigue la empresa ancestral, nombrar las cosas, ¿quién nombra las cosas? Esas cosas ¿qué son? la materia del derecho, el derecho, palabra que juega con mater, la madre, decían los medievales.

Sobre lo que hace el jurista de este derecho racional, él no sabe mucho más que los canonistas de la iglesia medieval. Y aquí es donde cita a Bentham, guía excelente, había intentado mostrar con bastante humor al legista bajo su disfraz de razonador.

La razón no existía antes del siglo XVIII, es una ficción entre otras, antes los significantes amos eran otros, eran el bien, la verdad. etc.

La institución puede pasar de una moral a otra, - la institución él lo aclaró antes es un texto- modificar su texto, inventar sus nuevos portadores, su realidad esencial no ésta. Dicha realidad consiste ante todo en producir y hacer reproducir el hacer creer, en fundar el discurso dogmático, es decir el discurso que se haga respetar, que se haga amar.

La decadencia de los juristas tradicionales, han sido sustituidos por la nueva ola de los productores de lógica que transitan por otra vía.

El amor también cambia según como funciona el significante amo, depende de cómo funciona el significante amo, se ama o no se ama y se ama de tal o cual modo.

Miller, en un reportaje en el que opinó sobre el amor, dice: Las modalidades del amor son ultra sensibles a la cultura, cada una se distingue por el modo en que estructura la relación de los sexos y en nuestras sociedades a la vez liberales, mercantilistas y jurídicas lo múltiple esta en tren de destronar el S1. Lo comprobamos hoy todos los días en el diván, como aman hoy los pibes, distinto a esos amores eternos que cantaba el amor cortés o, incluso los nuevos amantes producidos por el romanticismo. Era un juramento hipóstasiado, pero muchos creían en eso, y aguantaban hasta que la muerte los separaba, pero creían que el amor era eso, no imaginaban que el amor podía ser otra cosa.Lacan abandono el S1 por la idea del enjambre, no se trata tanto del jefe sino más bien del poder pero ahora en red. ¿Bush es el poder como tal (que es siempre tonto) o esta sostenido por un grupo de enanos? entonces con eso algunos lo aman y otros lo odian.

El otro día vi una película “Ángel”, en donde el tipo era un marroquí que tenía la ciudadanía americana y volvía a Francia y decía: soy americano no me odies. Ahí se ve bien el amor que pone en juego ese poder, como explique con Legendre recién, no hay amor sin odio.

La ficción es el arte de hacer creer y el arte del analista es tratar la creencia de su paciente.



Graciela Musachi



*Clase dictada el 15 de agosto de 2008 en el marco del Seminario Clínico “La clínica analítica ante las terapias de la felicidad” Organizado por APLP. Actividad asociada al Instituto Oscar Masotta (IOM). Publicada en “Conceptual - Estudios de psicoanálisis”, año 9, Nº 10 y en http://www.aplp.org.ar



Novedad editorial prometeo Libros


Literal

La vanguardia intrigante

De Ariel Darío Idez







Mil veces más citada que Leída, esa sola condición le habría bastado a Literal para convertirse en un mito. Idez sitúa con precisión el nacimiento de la revista en el contexto político y el clima cultural de los primeros '70, detalla las lecturas e influencias de su grupo fundador y da cuenta de las fricciones que este proyecto tuvo con otras poéticas de la época.

Sin descuidar estas tensiones ("Hoy en la Argentina es imposible hacer literatura desvinculada de la política" del Walsh entrevistado por Piglia versus "La Literatura es posible porque la realidad es imposible" del primer Documento Literal), el interés del autor se concentra en la relación entre Literatura y psicoanálisis, omnipresentes en la revista, y en la identificación de los dos enemigos predilectos de Literal. Se trata - Idez no deja de recordarlo- del realismo y el populismo estético, creencias que hoy, a casi cuarenta años de aquellas contiendas, se siguen agitando como locas en las letras nacionales.

Ricardo Strafacce, de la contratapa

XXIV COLOQUIO DESCARTES


XXIV COLOQUIO DESCARTES

"Jacques Lacan y la filosofía política"

Sábado, 18 de diciembre de 2010
...
14.30 hs.
'Lacan ¿sin clínica?
Germán García
Del origen perdido a la causa ausente: el a-objeto de la filosofía política
Eduardo Grüner

15:30 hs.
Obediencia y verdad
Vera Waksman y José Fernández Vega

16:30 hs.
Biopoder y enfermedad mental: el retorno a Foucault
Mariano Dorr
Religiones privadas. Del optimismo de las Luces en Freud al triunfo de la religión en Lacan.
Graciela Avram

17:30 a 18:00 hs. Receso

Acerca de la colección Crítica y teoría de Liber editores
Conversan Noé Jitrik, Roberto Ferro, Ezequiel de Rosso y Germán García

Extracto de la lectura crítica realizada en la Fundación Descartes el día 26 de Octubre del 2010.


La intemperie metafísica de Macedonio Fernández, de JMa Uyà, Documenta Universitaria, Girona, Septiembre 2009.

“Ya son varias la voces críticas que reclaman para Macedonio Fernández el reconocimiento de pensador metafísico completamente original, con un aporte decisivo sobre la tarea del conocimiento en el siglo XX. Encerrado el problema metafísico en las grandes lecciones finales de Wittgenstein, Heidegger o Sartre, el “pensar” de Macedonio llega a conclusiones más radicales, basado en una metafísica empirista, puramente descriptiva del yo y de los fenómenos, consiguiendo, a la manera de Machado, “salir por el tejado” del problema, y situando la metafísica en una intemperie radical. El eje mayor de toda la obra del argentino se sitúa en la naturaleza de la mirada o estar metafísico del autor y del lector, el “asombro de ser” parmenideano, imprescindible para poder interpretar los textos, de manera que salgamos de la “tesis realística”, o creencia en la realidad habitual del hacer filosófico. A partir de esa “infamiliaridad” con lo real cotidiano, y del procedimiento habitual de Macedonio en sus textos de “irrealizar al lector”, Macedonio crea una propuesta del “hablar claro”, donde la textualidad aparece sin citas ni aclaración de influencias, como “un taller a la vista”, en diálogo directo con el lector.

Muchos son los temas y formas genéricas de la obra de Macedonio, aunque destaca su obra No toda es vigilia la de los ojos abiertos” (1928), donde, siguiendo la estela de algunos filósofos franceses del XIX, como Charles Renouvier, y del norteamericano William James, Macedonio exprime su pensar en un conjunto de aseveraciones descriptivas que conforman una propuesta abierta, pero definida, sobre el ser y la existencia, que podemos sintetizar de esta manera: todo es ser, y no hay ni no-ser ni exterior al ser, en un estado permanente de ensueño, despierto y dormido, en el cual todo aquello que se ve son variaciones de los estados sensibles del ser, único elemento descriptivo posible. Ello es, en sí, un único y permanente Misterio. El ser es solo el estado sentido del yo, y en tanto que único estado, el yo, conceptualmente, no existe fuera de ese estado sentido permanente. Todo reconocimiento de algo es tautológico, sea la afirmación “yo soy” o “la existencia existe”, por lo cual nada se puede fundamentar ni decir fuera del estado de “almismo ayoico”, o alma sin yo, que es el ser, un estado constante de psique que tiene todo existir y existencia a la vista, sin nada oculto o por desvelar, pues ese estado es una conciencia presencial absoluta. Comprendido esto, por un lado, la realidad es “el misterio”, y no “un misterio”, y por otro lado, desaparece el “asombro de ser”, pues se comprende que el ser y su experiencia sensible son una unidad mística, una unión presente de cada ser con su “todasensibilidad”, en estado de “autoexistencia increada”. Y ese es el estado natural de cada ser sin conciencia o choque metafísico, y el estado final de aquel que se ha hecho la pregunta metafísica.

Esto es la “Crítica Total del Conocimiento”, que no se basa en un sistema, sino en una visión, de la cual quedan excluidas la mayoría de categoría filosóficas metafísicas, substancia, idea, causalidad, etc. El problema único es el darse de la experiencia. Todo lo que se diga de más es un “vacío verbal” o “verbalismo” sin nota de realidad explicativa real. Estamos, pues, ante una ontología radical, un cambio epistemológico donde el ser es el centro único de todo sin nada, y ese sin nada incluye la falsedad de todo saber. Esta es la única y auténtica postura racional , frente a la “ontologías fantasmales” de la metafísica anterior, y en su cumbre, de Kant.

Estamos pues, en el final no solo del “racionalismo” sino también de todos los movimientos del saber del siglo XX, que con ansia de cientificidad, se perdieron en la retórica del lenguaje, sin ver que estamos sin cobertura epistemológica tanto en la realidad como con el lenguaje. Estamos sin casa, sin discurso, sin idea y sin símbolo, es decir, a la intemperie metafísica. Estamos en la claridad conciencial del no-saber, que no ha llevado, a modo de saltos quánticos, del animismo al teísmo, de éste al racionalismo, y del racionalismo a la pura metafísica descriptiva de Macedonio. Esta intemperie sólo resguarda en su posibilidad la “pasión” o estado afectivo del ser, y su realización “altruística”, o sea el darse del otro como ética o realidad de la praxis vital.

Se cierra, pues, toda metafísica justamente en una época y sociedad, la nuestra, sin metafísica, puesto que por un lado la desdeña, y por otro lado, no la necesita. Extraña convergencia la del filósofo-poeta y la del burgués, coincidiendo antinómicamente no en la nada, sino en la más absoluta soledad existencial . Pero Macedonio nunca dijo que sin saber nada, no se pueda existir: existimos en la intemperie metafísica.”

JMa Uyà

Octubre 2010

Extracto “La poética de la inexistencia”, Fundación Descartes, 1 de Noviembre de 2010

Charla a cargo de Roberto Ferro, Germán García, JMa Uyà

La poética de la inexistencia

De cómo la poesía se torna metafísica, y la metafísica inexistencia (en la plena y única existencia de todo, según Macedonio Fernández)

Si el hombre primitivo se adentró en la realidad como un todo indiscernible, ese todo se le ha vuelto al hombre moderno un extraño con el que convive. Ya entre los griegos ese “extrañamiento” apareció en dos líneas de conocimiento, la unitaria, de Parménides, y la abierta, de Heráclito. El tiempo, los dioses y los filósofos unitaristas como Platón o Aristóteles, cerraron esa duda, la pregunta metafísica, con elaborados discursos y sistemas, que terminaron a su vez encerrados en el grandioso teísmo de la Iglesia Católica. Cuando el poder secular de la religión empezó a declinar, llegaron los racionalistas para encontrar el modo de tapar la duda generando retóricos sistemas metafísicos, aunque a su vez los empiristas ingleses, de mano de la nueva sociedad pragmática burguesa, pusieron las bases para un mundo puramente materialista, sin asomo de saber metafísico. Los dioses declinaban cuando la joven generación romántica, formada esencialmente por poetas, se asombró nuevamente y se encontró desamparada ante la realidad espiritual, que aparecía cada vez más vacía, mientras la sociedad urbana, industrial y tecnológica avanzaba sin escrúpulos. El poeta quedaba aislado de la nueva sociedad, y empezaba para sí un camino trágico aún por deslindar. La voz de Hölderlin, Novalis, Keats, etc, disonaba triste y lúgubre, aunque lúcida, y moría en la juventud o la locura. Sin tregua, en pleno siglo XIX, aparecían los primeros nihilistas, que declaraban el pleno sinsentido de la realidad, y abogaban, lisa y llanamente, por el suicidio. El nihilismo se convertirá en corriente de fondo que desemboca en el Siglo XX con trágicas consecuencias políticas y sociales. A finales de siglo XIX, la poderosa voz de Nietzsche anuncia, por sucesivos procesos de negación, la eliminación no sólo de la idea de verdad o de mundo verdadero, defendido por la línea unitarista durante siglos, sino también, dada la eliminación de la verdad, del mundo de la apariencia, con lo cual llegamos a la idea entera de Macedonio Fernández, de la existencia como un sólo y único ensueño.

La realidad existe para el ser como inexistencia. Esa grave y desamparada afirmación toma cuerpo en el primer poeta moderno, Charles Baudelaire, cuando dice en verso: Infierno o Cielo, ¿qué importa?, / en el fondo de lo insabido, para encontrar allí alguna novedad. Y remata: No salir nunca de los Nombres y de los Seres[1]. Un adolescente Rimbaud, en “Soleil et char”( Sol y carne), a los dieciséis años escribe: -¡Pues el Hombre ha muerto, todo lo ha interpretado!...Es más que un sueño la voz del pensamiento…!No podemos saber!...Abierto queda el cielo! Los misterios han muerto. Y poco tiempo más tarde, en su poema infernal[2]: La verdadera vida está ausente. No somos en el mundo.

Pero el negro catedrático, como lo llamaba Machado, va a ensombrecer aún más el panorama en su poema metafísico[3], con dos afirmación fúnebres, dentro del conjunto orquestal de la tipografías simbólica de su poema, al abrir el texto con la frase: Un golpe de dados nunca abolirá el azar”, y cerrarlo lapidariamente con el verso: Todo Pensamiento emite un Golpe de Dados.

Resultado: hemos eliminado la capacidad de creer en un mundo verdadero, y estamos flotando en una existencia inexistente, dado que no hay modo de fundamentarla. Este abismo de la realidad lo lleva a su máxima, espléndida realización literaria, el poeta Fernando Pessoa, que sentado en su oficina de traductor comercial de “a baixa”[4] lisboeta, desmenuza su psique en la realidad literaria de sus heterónimos, que componen el llamado “drama em gente”, en el cual cada pieza supone una metafísica distinta, desde la áurea del pastor Alberto Caeiro ( el viento pasa y no dice nada / la mentira está en ti) hasta la desasosegada y lúcida de Álvaro de Campos en su poema “Tabacaria”, pasmosamente enfrentado, delante de su ventana que da a la calle donde ve al “Esteves sem metafísica”, el dueño del estanco, a la interpretación total de la realidad como imposibilidad , enfrentado al hecho real de que todo esté sucediendo. Antonio Machado, contemporáneo de Pessoa, nos ofrece en una copla popular, su propuesta existencial: Ser lo que nunca he sido:/ uno, sin sombra y sin sueño,/ un solitario que avanza/ sin camino y sin espejo. Machado da, pues, un salto desde la inexistencia ( a orillas del gran silencio, nos dice), proponiendo un ser nuevo, sin miedo y sin idealismo falso, sin camino dicho y sin reflejo deformante, que avanza des de su soledad real, consciente. Añadimos a este relato, la propuesta de Miquel Bauçà, un mallorquín de Felanitx, eremita urbano en la Barcelona de final del siglo XX, que escribe en su libro “Rudimentos de sabiduría”: En tot cas, la llibertat / no es recolza en altre cosa/ que en la condició/ de pensar la inexistencia”[5]

Gave paradoja final, pues, de ese largo recorrido desde los antiguos poetas hasta este mallorquín insobornable que fue Bauçà: solo por la inexistencia somos libres. Pura y dura lógica del pensar poético; si hubiera verdad, no habría libertad. Somos, pues, existentes a la intemperie, de nada, para nada, pero en tanto que existentes, libres, o sea éticos necesariamente. Como diría el machadiano Mairena a sus alumnos : “ate usted esa mosca por el rabo”.

JMa Uyà

Noviembre 2010



[1] Charles Baudelaire, Las flores del mal, “El viaje” CXXVI, y XI (añadido en la 3ª edición).

[2] “Una saison an enfer” (Una temporada en el infierno)

[3] Un coup de dés (Un golpe de dados)

[4] Centro neurálgico de las ciudades portuguesas

[5] En cualquier caso, la libertad/ no se apoya en otra cosa/ que en la condición/ de pensar la inexistencia. Rudiments de saviesa, Empúries, 2005, p.98

XI ENCUENTRO ARGENTINO DE HISTORIA DE LA PSIQUIATRÍA, PSICOLOGÍA Y PSICOANÁLISIS



UNIVERSIDAD NACIONAL DE ROSARIO

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

XI ENCUENTRO ARGENTINO DE HISTORIA DE LA PSIQUIATRÍA, PSICOLOGÍA Y PSICOANÁLISIS

ESTUDIOS, PRODUCCIONES E INTERVENCIONES EN EL BICENTENARIO

Rosario, 15 y 16 de octubre de 2010

MESAS REDONDAS:

Ø El bicentenario en el encuentro de historia de la psiquiatría, psicología y psicoanálisis

Ø Los estudios historiográficos de la psicología en América Latina: avances y temáticas pendientes

Ø Historia de la formación en el campo psi: antecedentes, instituciones y trayectorias

Ø Psicoanálisis y la Argentina hystorizada: 1938-1978-1998 (Recepción, escisión, crisis)

Ø Avances de investigaciones sobre formación del psicólogo en San Luis

Ø Historia y epistemología en la psiquiatría, la psicología y el psicoanálisis

Ø El amplio espectro de la discapacidad mental y sus lecturas históricas en Argentina

PRESENTACIONES DE LIBROS Y REVISTAS:

Ø Vallejo, Pablo. Bernardo Canal Feijóo en la historia del psicoanálisis en la Argentina.

Ø Acuña, Enrique. Resonancia y silencio. Psicoanálisis y otras poéticas.

Ø Izaguirre, Marcelo. Jacques Lacan: el anclaje de su enseñanza en la Argentina.

Ø Rossi, Lucia. Revista de Historia de la Psicología en Argentina

Ø Rossi, Lucia. Catálogo de Historia de la Psicología en Argentina

CONVERSATORIOS:

Ø Cátedras de Historia de la Psicología

Ø Historia y estructura

PRESENTACIONES DE COMUNICACIONES LIBRES Y POSTERS:

Ø Más de 60 presentaciones de trabajos referidos a la historia de la psiquiatría, la psicología y el psicoanálisis

Fecha y Horario:

Viernes 15 de 8:00 HS. a 19:30 HS.
Sábado 16 de 9:00 HS. a 18:00 HS. 
Lugar y dirección:
Sede de Gobierno de la Universidad Nacional de Rosario

Rosario, Maipú 1065.

Información:

E-mail: histopsi@unsl.edu.ar

Subsidiado por:

Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (AGENCIA-FONCyT)

Secretarí­a de Estado de Ciencia, Tecnologí­a e Innovación de Santa Fe (SECTeI)