Adelanto del nuevo número de la revista Descartes


Descartes Recomienda


Cultura - Télam: Entrevista a Germán García por Pablo E. Chacón




“Las dos grandes orientaciones de nuestra cultura -la totalidad y el camino- ya no tienen vigencia
En Derivas analíticas del siglo. Ensayos y errores, el psicoanalista y escritor Germán García compone un cuadro de algunas herencias que el psicoanálisis de este siglo recibe del anterior, susceptibles de armar y desarmar (como sucede con un troquel) una perspectiva donde esa práctica se imbrica con la literatura y la filosofía sin confundirse con el discurso universitario.

El libro, publicado en la colección Tyché de la editorial de la Universidad Nacional de San Martín (UnSAM), que dirige Damasia Amadeo de Freda, es una colección de ensayos articulados por el hilo rojo de la escritura.

García
nació en 1944 en la ciudad de Junín. Estudió con Oscar Masotta, y junto a él y otros, fundó la Escuela Freudiana de Buenos Aires. Formó parte de la revista Literal, al lado de Luis Gusmán y Osvaldo Lamborghini. En 1979 se fue a vivir a España. De vuelta en la Argentina, en 1985 fundó la Biblioteca Internacional de Psicoanálisis (BIP). En la actualidad preside la Fundación Descartes y es director de la revista homónima. Publicó novelas y cantidad de ensayos. Es miembro de la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL) y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP).

Esta es la conversación que sostuvo con Télam.

T : Derivas... se abre con unas palabras sobre el milenio que traen a este lector algún eco de las proposiciones de Italo Calvino. Pero no importa tanto eso sino saber qué es posible pensar sobre este milenio desde la perspectiva de la orientación lacaniana.
GG : Desde hace tiempo me interesé en la insistencia de Jacques Lacan de que habría que traducir Triebe (derivas). Ya en 1973 dice que Trieb se traduce bastante bien en inglés por drive y en francés por dérive. Con el tiempo y con la ayuda de Dolores Amden encontré cinco o seis referencias a esa palabra en distintas fechas. Por ejemplo, en el seminario 7, en el 20, en el 23 y en Escritosen 1960, en Subversión del sujeto…. Por su parte, Sigmund Freud dice que Trieb es una palabra que otras lenguas enviarían a la lengua alemana.

En cuanto a la referencia a Italo Calvino, como bien te diste cuenta, hay una alusión sin otro sentido que la simpatía. Evité hablar de (siglo XXI), dado que este siglo recién empieza.

En cuanto a la orientación lacaniana me parece que hablar de derivas supone que sería arriesgado imaginar que además de orientarse cada uno en el lacanismo existiría alguna orientación del conjunto. Poner de relieve el objeto aes una manera de subrayar que las dos grandes orientaciones de nuestra cultura – la totalidad y el camino – ya no tienen vigencia.

T : Se ha dicho que es un libro de afinidades electivas y que cultiva cierto gusto por el psicoanálisis. Como sea, desconozco algún libro tuyo donde no aparezcan afinidades electivas y el gusto por el psicoanálisis. Entonces, ¿por qué, y desde cuando tu interés por la figura de Alexander Kojeve, y qué singularidad encontrás en sus escritos?
G : Hace muchos años que publiqué a Kojeve en la revista Descartes y luego en un librito bajo el título El emperador Juliano y su arte de escribir. Me había interesado en este artículo a causa de Leo Strauss y su arte de escribir durante la persecución. Entre ellos hubo discusiones sobre este tema. Me percaté de que Jacques Lacan no sólo conocía esta discusión sino que además citaba muchas veces a Kojeve, con quien aprendió Hegel y muchas otras cosas. Así, a lo largo de varios años me fui interiorizando en quien era Kojeve y en particular la diferencia que hace entre el filósofo que ama la sabiduría y el sabio que la practica. En fin, como lo digo en el artículo correspondiente, Jacques Lacan quería a Kojeve y estaba atento a sus movimientos.

T : Terapias milagrosas. ¿Cómo entender la extensión de las mismas, si se logra entender que las mismas no son un sustituto de la religión? ¿O también son un sustituto de la religión?
G : La ironía sobre las terapias milagrosas es una manera de llamar la atención de la función de placebo que tiene cualquier operación simbólica que incida sobre un imaginario colectivo. Por supuesto que las ciencias cognitivas no sustituyen a la religión, tampoco la sustituye el psicoanálisis. En un caso como en otro se trata de la dimensión del sujeto enfocado de manera diferente. Para las ciencias cognitivas se trata de develar el funcionamiento del cerebro en su generalidad, para el psicoanálisis se trata de la singularidad y de una posición diferente en relación al lenguaje.

T : Cuando hacés entrar a Tristan Tzara, no creo (yo no creo) que sea para contraponer su figura con la de Andre Breton. ¿Qué es lo que está en juego en esa introducción?
G : Me interesa llamar la atención sobre Tristan Tzara y el Dadaísmo como diferente de André Breton y el surrealismo. Elizabeth Roudinesco ha mistificado el surrealismo para ponerlo al servicio del psicoanálisis cuando es evidente que no se trata de nada de eso. A la inversa, Benjamín Fondane, en una conferencia dictada en Buenos Aires en 1929 sobre lo que llama Films puros, explica de qué manera el dadaísmo estaba en relación al psicoanálisis en un momento en el que los surrealistas jugaban con el espiritismo. Es un problema de historia de la cultura.

T
: ¿Es posible, en tu opinión, poner en serie a Lacan, Kojeve y Bataille con Oscar Masotta? Digo, su papel en el campo intelectual argentino, que parece exceder al del psicoanálisis.
G : No se me había ocurrido pero es una buena observación tuya que voy a tener en cuenta. Bataille y Masotta parecen tener algo en común pero no sé si Lacan y Kojeve.

T : ¿Cuál es ese gusto por la época, el tuyo, que excede al psicoanálisis pero que no deja de insistir por su medio para componer un libro, incluso de política del psicoanálisis, sin nombrar explícitamente ese sintagma?
G : De alguna manera todo comienza y termina en la literatura: no olvidemos que Jacques Lacan comienza su Escritos con Edgar Allan Poe y casi al final de sus seminarios se dedica a James Joyce. Y no hablemos de la importancia de la literatura en Freud. Y la paradoja del gusto de la época es que la literatura y el psicoanálisis no tienen nada que decirse. Me refiero a los programas disciplinarios, ya que cada uno puede encontrarle la vuelta a la relación entre estos temas.
2 de septiembre 2015




Gombrowicz o la pasión de ser joven. Actualidad del psicoanálisis en la cultura



Algunos destellos

"Edison se olvidó de regular su  desarreglo. Aragón, Borges, Gombrowicz son ingenieros de otra fuerza: vean cómo ponen su grano de arena"
J.-A. Miller

“Adulto- ¿No eres muy joven para realizar esa tarea?
Phineas- Si, si lo soy.”
Serie animada Disney Channel Phineas and Ferb.
 
La ciudad de Córdoba estuvo buena en Agosto. Diferentes intervenciones culturales hicieron mella en el público y tuvieron repercusiones a nivel nacional. La muestra #Sinlímite567 de la artista Dolores Cáceres en el Museo Caraffa inquietó a algunas Redacciones de los grandes medios, especialmente al principal medio cordobés. Sin pretensiones de originalidad, en el centro del clásico museo cordobés, montó un dispositivo donde se instala un vacío. Al violentar cierta rutina del significado este dispositivo despierta el interés del analista: ¿se logrará avivar alguna chispa en los psicoanalistas?


En esta línea, pero con otra lógica y sin ponerse de acuerdo previamente, el Coloquio Gombrowicz o La pasión por ser joven desembarcó en esta misma ciudad el día 13 y 14 de agosto.



A contraluz de la ronda de los helicópteros oficiales que cuidan la seguridad, unas formas inhabituales comenzaron a deslizarse en distintas superficies de nuestra ciudad. Así, como si fuera una peste de película apocalíptica o la mismísima encarnación de la laminilla lacaniana, esa noche, imprimiendo un tono inusitado a una ciudad atenta a los comicios electorales, aparecieron consignas del tipo: Aguante la inmadurez!, Cuculeito o Malaxación, entre otras, todas ellas extraídas de la novela de Witold Gombrowicz, Ferdydurke.



En la Apertura del Coloquio César Mazza largó la partida con unas palabras de Gombrowicz, “¿Por qué no es permitido a cada uno engendrar una novela más sobre el amor o denunciar con el corazón vehementemente torturado alguna injusticia social, transformándose en un Luchador del Pueblo? (…) Ah!, qué satisfacción; sufrir y torturarse, sacrificar y quemarse en el altar, mas siempre en las alturas, dentro de categorías tan sublimadas, tan adultas! Satisfacción para sí mismo y también para los demás: realizar su propia expansión a través de milenarias instituciones culturales (…). Pero yo era –¡ay de mí!- un adolescente y la adolescencia era mí única institución cultural”. Para luego señalar que la acción de los jóvenes en el Programa psicoanálisis en la cultura se traza, precisamente, en la perspectiva de lo citado. Antes que candidaturas eternas, las intervenciones en la cultura, generan condiciones de enunciación.



La presencia de N. Hochman y el intercambio con el escritor A. Oviedo en la primera mesa de disertación ya marcaba un ritmo y un clima: no iban a haber concesiones forzadas ni imposturas jerárquicas. Le siguió una mesa donde jóvenes practicantes del psicoanálisis se metieron en la obra del polaco para encontrar analogías y divergencias con Jaques Lacan. En el cruce entre estos dos discursos, la frescura y el desenfado es una muestra contundente de la elaboración destilada en ese cruce. Ana Cascos Méndez ubicó un título excepcional, “Malaxación en Ferdydurke”. Fue catalogado como uno de los títulos más ferdydurkenaos y por lo tanto más condimentado del humor en el Coloquio. Gabriel Pantoja ubicó que era posible, si algún lector se atrevía hacerlo, leer “El estadio del espejo…” de Jacques Lacan con la obra Ferdydurke en mano. Fernando Tarragó revisitó la propuesta de la lógica colectiva de la Escuela de Lacan con enunciados sobre la juventud. Esa mesa contó con la interlocución de Hochman quien resaltó que nunca se había imaginado tantas situaciones comparables entre el polaco y el francés: ambos se rodearon de jóvenes, ambos no fueron muy bien recibidos por los cánones imperantes, a ambos no se los lee… “¿Qué hacemos con Gombrowicz?” fue la mesa que inicia el segundo día con las intervenciones de Alicia Larramendy y de César Mazza. En la mesa que siguió las intervenciones de Carlos Schilling y Juan Conforte dieron en el clavo con el tono de las jornadas: Cosmos fue leída en clave Gombrowicz. Hasta se llegó a decir que si Ferdydurke aclaraba el estadio del espejo, Cosmos aclaraba el Seminario 3 de Lacan. La intervención del Grupo Las O cerró las jornadas con una impactante puesta en acto de los juegos con la voz y la capacidad de resonancia del cuerpo y la palabra por fuera del sentido. Las O intervienen una obra de Berberian, compuesta para solista, en un juego en el espacio con un coro que replica, contradice, imita, con entradas y salidas de los códigos formales. Toman la cita de Gombrowicz cuanto más nos alejamos de la Forma, más nos sometemos a su poder. Misteriosas contradicciones para jugar con los contrastes entre la formación académica  y las deformaciones en las voces y los cuerpos. El humor, la ironía en dialogo con la partitura configuran una superficie mutante. Entre las partituras, solista y coro se rehace un lugar para una experiencia de “danzada cantada”.



Al final no sabemos a ciencia cierta si a W. Gombrowicz le hubiera gustado un Coloquio en su honor -a pesar de su carácter de anguila, inagarrable, o como lo supo ubicar N. Hochman un escritor que se muerde la cola-. Aunque tenemos la firme convicción de que sí, que le hubiera gustado y que se hubiera puesto “chocho”: el clima y las resonancias del coloquio llegaron a conmover no solo a los presentes, que muy a gusto conversaban alegremente, sino que también esas resonancia se hicieron escuchar en los grandes medios a nivel nacional. El diario Página 12 y La Nación destacaron que el evento Gombrowicz en 1 minuto  -bajo el lema de “Hechemos a Gombrowicz a la calle”-, tuvo como disparador los stencils y grafitis que aparecieron en las calles de Córdoba. La “marea cordobesa” como supo caracterizar el conductor del programa Superficies de placer, Juan Leo López, en su entrevista a Hochman, trajo como invitados a los psicoanalistas Pilar Ordoñez y Cesar Mazza a la puesta en acto del gesto lector.



Desde ya, como toda marea, las olas siguen llegando y expandiéndose a lugares insospechados, entre otras noticias nos llegaron comentarios de Jujuy por Alejandro López y la presencia de Gombrowicz en la revista El prismático. Psicoanálisis y cultura y de Nora Yamagusuku que decidió iniciar una intervención en un Hospital de la ciudad con un recorte de Diario Argentino que dice así: “Hace aproximadamente un año me ocurrió lo siguiente: Entré en el baño de un café de la calle Callao...en las paredes había dibujos e inscripciones. Pero aquel deseo delirante nunca me hubiera atravesado como un aguijón envenenado de no haber palpado por azar un lápiz en mi bolsillo. Un lápiz de color.
Encerrado, aislado, con la seguridad de que nadie me veía, en una especie de intimidad... El murmullo del agua que me susurraba: Hazlo, hazlo, hazlo, saqué el lápiz. Moje la punta con saliva. Escribí algo en la pared, en la parte superior para que fuera más difícil borrarlo, escribí en español algo, ¡Bah! , completamente anodino, del género de: ´señores y señoras tenga la bondad de...´
Guardé el lápiz. Abrí la puerta. Atravesé el café y me mezcle entre la multitud de la calle. Allá quedo el escrito.
Desde entonces vivo con la conciencia de que mi escrito esta allá.
Dudaba si tenía que confesarlo. Vacilaba no por razones de prestigio sino porque la palabra escrita no debe servir para la publicación de ciertas manías... Y sin embargo no voy a ocultarlo: Nunca soñé siquiera que aquello podía resultar tan...fascinante. Apenas si puedo reprimir el remordimiento por haber malgastado tantos años de mi vida sin haber conocido una voluptuosidad tan barata y desprovista de todo riesgo. Hay algo raro y embriagador en ello...que posiblemente proviene de la terrible evidencia del escrito que está allá en la pared unido al absoluto secreto de su autor, al que es imposible descubrir. Debo añadir también que esto no se ajusta por completo al nivel de mi creación”.



Quizás algo de lo fascinante de esa escritura, que supuestamente no tenía que servir para la publicación de nuestras manías, no se ajusta a su nivel de creación. Pero cuando esas manías ya no son más de uno y pasan a ser del público, de la fascinación se pasa a la satisfacción, a un goce que se expande como una marea y que resuena en los más inverosímiles lugares y momentos. Con esto sí W. G. estaría de acuerdo, ya que, como lo supo decir: “no se trata de que el artista no tenga complejos, sino de que sepa transformar el complejo en un valor cultural”.

Comité de Redacción de www.sinthomaycultura.com
Programa Psicoanálisis en la cultura-CIEC