BREVES 15-LECTURAS COMENTADAS-AGOSTO 2018-BIBLIOTECA DEL CENTRO DESCARTES#NANINA50AÑOS












                                                                                                                                 
                                                                                                                                   NANINA 50 AÑOS
                                                                                  Germán García. Personalidad Destacada. 2007 
                                                                       Por Graciela Musachi. Miembro del Centro Descartes

Sigmund Freud relata lo que hizo St.Denis después de su decapitación: levantó la cabeza del suelo y marchó un buen trecho con ella en la mano. Su custodio comentó que, en casos como ése, lo que contaba era el primer paso.
Había que escribir Nanina para perder la cabeza. El año próximo se cumplirán 40 años desde su publicación. GG había dado un paso con el que caminaría un buen trecho.
El segundo paso se produjo luego de su encuentro con Oscar Masotta, es decir, con el psicoanálisis. Se llamó La entrada del psicoanálisis en la Argentina y el próximo año se cumplen 30 años desde su publicación.
El próximo paso fue en 2005; publica El psicoanálisis y los debates culturales, beca Guggenheim. Con ejemplos argentinos muestra al psicoanálisis como “forma desconocida de art nouveau” que entra en nuestra cultura.
Lo que quiero decir es que no se puede hablar de Germán García sin hablar de libros. Eso lo destaca. Pero está su enseñanza, las instituciones psicoanalíticas y bibliotecas que ha fundado en todo el país y en el exterior (el Proyecto Descartes cumplió 20 años), las revistas de psicoanálisis que ha creado y en las que ha escrito y los intersticios de la cultura en los que ha producido el malentendido del psicoanálisis...
Germán García ha llegado, hasta ahora, hasta aquí. No es un gran salto. Es un salto.
Y si estamos aquí hoy es porque ahora, en su nombre y por su acción, suenan los ecos de los nombres de Enrique Pichon Riviere, Sigmund Freud, Jacques Lacan, Oscar Masotta, Jacques-Alain Miller. Es decir, nombres del psicoanálisis como  política del síntoma que puede llegar aún más lejos en el tiempo para mantener viva una práctica y su mensaje que parafraseo con palabras tuyas Germán: “Somos hijos de algo” y eso no nos deja indemnes. Hasta ahora el psicoanálisis es la única práctica de vanguardia que tenemos porque conserva un lugar para que el que sufre por ser hijo de algo se sitúe con su singularidad y pueda soportar la vida.
La transmisión que ha realizado Germán García de esa práctica y de ese mensaje ha sido “siempre una imagen de alto color” lo que ha permitido que el campo de la cultura en nuestro país tenga más colores que la mala fe política o la ingenuidad pública que expresarían las “peripecias culturales de un país subdesarrollado”. Como Oscar Masotta, Germán García considera que ésa es una “tesis atractiva” que hay que dejar de lado.
Por todo ésto, ésta es una ocasión que celebro personalmente y que los que estamos aquí celebramos en nombre del psicoanálisis del castellano..


                                                                           Descartes N° 26. Otium Ediciones. Noviembre 2017.  
                                                                           Por Leonor Curti.  Miembro del Centro Descartes

Jacques-Alain Miller. La movida Zadig y otras orientaciones.  

Este número imperdible de la revista Descartes, comienza con un bello y extremadamente poético artículo de Germán García sobre el complejo vínculo de los poetas italianos Eugenio Montale y Pier Paolo Pasolini. Gracias a Claudio Magris, trasciende un intercambio entre ambos, y el consejo que Montale le diera de que mejor no mencionar a Pasolini. Los puntos suspensivos de Eugenio Montale, es el modo que G. García elige para exponer que es momento para los psicoanalistas que el espacio que delimitan los puntos suspensivos en un escrito sean llenados de la buena manera. Dirá de Montale: “(…) Pero en la sobria distancia de aquellos puntos suspensivos está la frialdad de quien pasa junto al dolor y las bajezas humanas y sigue adelante”. El entredicho entre los poetas italianos remitía a la toma de posición de Pasolini en relación con el aborto (tema tan candente en nuestra tierra en estos días). Pasolini, hereje por excelencia (cuyo cuerpo encarnaba el oxímoron del goce arrasador y la culpa cristiana insoportable) sostuvo que el tema del aborto instalado en la sociedad por el poder dominante implicaba la doble cara (que él mismo encarnaba): “el ansia de dar formalmente cuerpo a realidades existentes, lo cual es el primer principio de la democracia” tanto como “una culpa para la conciencia”; a la vez que el tema velaba para él, el acto que lo precedía: el coito, como hecho político. Para él había que ocuparse de los coitos no convencionales (de una sexualidad múltiple y no procreadora) [Ver ¿Progresista yo? Por Ernesto Meccia, en el suplemento Soy, de Página 12 del 28 de noviembre de 2015] Dirá entonces García de Pasolini, contraponiendo a éste y sus pasiones, la “sacralidad” de Montale: “(…) Para dar testimonio poético de los dramas de la realidad es a veces necesario descender directamente a los remolinos del vicio por muy cenagosos que sean, acercarse a la existencia hasta arriesgarse a la indecencia y la promiscuidad; (…) sin esa participación fisiológica y ostentosa no es posible, en ciertos casos, señalar el escándalo de la miseria y de la oscuridad de las criaturas”. “(…) Sin la “desesperada vitalidad” no tendríamos algunas de las más esenciales revelaciones de la condición humana e histórica”.  Finalmente García señala que  Jacques-Alain Miller  intenta decir algo; llenar esos puntos suspensivos en el silencio sonoro creado por Jacques Lacan, después de tantos años. 

En el apartado Jacques-Alain Miller. La movida Zadig, continúa la clase que Jacques-Alain Miller diera el 24 de junio de 2017 en la ECF. Allí recorre la historia de la fundación de la EFP, por Lacan, en 1964. Luego de disolverla (“porque se volvió, de ahí en más, inepto y funcionando a contracorriente de aquello para lo cual había sido creado. Se produjo entonces en 1980/1981, la dispersión de los alumnos de Lacan, su diáspora”), se crea la ECF. Todo había sido demolido para ser llevado a un nivel superior, de aufhebung.  En línea con lo propuesto por García en su artículo, Miller señala que ninguna elección es sin el cuerpo, sin el gusto. Al recorrer los escritos técnicos de Freud, dirá que para el psicoanalista no hay neutralidad posible (recalca que ese término no está en Freud, sino que es instalado por Bergler en 1937),  sino schweben: planear, estar en suspenso, flotar. De otro modo “corre el riesgo de no encontrar nunca más de lo que ya sabe”. Señala que los psicoanalistas extienden la posición de la cura fuera de la cura, encarnando al que no elige. El deseo del analista lacaniano expulsa el término indiferencia de la economía del discurso analítico, así como la persecución de la verdad. Pasa luego por la teoría de la Escuela-sujeto, entrelazada necesariamente en su horizonte con la subjetividad de su época. El sujeto entonces, será un vacío (ni la persona, ni el individuo, ni el analizante), y la subjetividad de una época será transindividual, (no se priva de citar a Dante en el Paraíso, para evocar la Babel). 
(Curso realizado con motivo de la manifestación pública de los miembros de la ECF contra Marine Le Pen, a favor de Macron).
A continuación, leemos el artículo La movida Zadig. Zero Abjection Democratic International Group, con Lacan, una lección de política, relato imperdible; Voltaire, breve digresión, y el comentario de Jacques-Alain Miller sobre la misma, El eterno patapouf, y Simone Weil, lección de política diferente. 

En el apartado Jacques Lacan y otras palabras, encontramos El primer Lacan: cinco cartas inéditas de Lacan a Kojeve, por Juan Pablo Lucchelli; Hegel y Freud. Ensayo de una confrontación interpretativa, por Alexandre Kojeve; El hombre que fue domingo, por Marco Filoni; La vida como afecto, por Patrice Maniglier; e Ida y vuelta de la letra a la homofonía, por Jean-Claude Milner, en el que me detendré. 
En su artículo Milner destaca que el Seminario 20 implica un cambio de paradigma en la doctrina lacaniana y se multiplican por ello las innovaciones: la introducción de los nudos y una nueva doctrina de la autonomía de la letra, basándose en La tercera. Lacan decide entonces, no atribuir a la casualidad los efectos homofónicos de lalangue: se tratará de lo que se deposita, lo aluvional, lo que se petrifica en ella; de un uso particular de la experiencia del inconciente. 
Milner comenta lo inadvertido que le había pasado este cambio de perspectiva, y lo relaciona con su indiferencia respecto de Joyce, cuya obra considera esencial para Lacan, a partir del Seminario 20. Dirá que se resistía al “giro joyceano” que daba Lacan, dejando atrás a los giros lingüístico y topológico. ¡Por resistirse al programa de investigación de Joyce, se oponía a la teoría de Lacan! El principio de simultaneidad reemplazaba al de sucesión, propio de la escritura alfabética (Milner relaciona la idea de simultaneidad, la posibilidad de hablar y escribir en varios niveles a la vez, con la aceleración y la falta de tiempo que crecía en Lacan, cercado por la inminencia de la muerte). Su resistencia hacia la homofonía propuesta por Lacan echaba raíces en su propia fidelidad a su pasado de lingüista. El material de lalangue es la homofonía, y sus ecos (por ejemplo entre voeu y veut) abren el tiempo de la interpretación. Lacan rechazará la “arbitrariedad” saussureana dado que la homofonía no pertenece al espacio del signo lingüístico. “(…) la homofonía y, gracias a ella, lalangue resulta de las experiencias inconcientes de un grupo”.  Abre así el camino hacia una nueva teoría de la cultura, dependiente de la escucha de la homofonía y sus efectos.  Con certeza Milner relaciona el malestar (Unbehagen) freudiano con el globish, (cierta versión simplificada y mezclada del inglés británico y americano de alcance mundial, como lingua franca). En contraposición con la conceptualización negativa y diferencial de la langue, lalangue es positiva y afirmativa; básicamente no-toda (un pastout), ilimitadamente infinita. El placer que engendra la homofonía conecta con los ecos de la infancia temprana y la adquisición de la lengua materna. Milner dirá que “la lingüística y la gramática aborrecen a la homofonía”. De allí que la poesía haya devenido el campo privilegiado de estudio; que Lacan instara a los psicoanalistas a ser poetas, así como la relevancia que toma para Lacan la obra de Joyce. La lingüística se inscribió dentro de la época de la ciencia galileana clásica, que el descubrimiento del genoma humano modifica irremediablemente. La experiencia del error (bévue) es compartida entonces por la genética y el psicoanálisis (así como también lo es la idea de nudo). Toda representación de la vida supuestamente basada en la realidad moderna, es una manifestación de racismo; el arma suprema contra ello será la irrepresentabilidad de los caracteres de la vida, o, agrego, la infinita plasticidad múltiple y lúdica de la homofonía. 

A continuación, Dichos inciertos propone Otra perspectiva, de Marcelo Izaguirre; Sciarreta, Sibony y la confusión de antaño, de Germán García; Escrito en la pared, Un psicoanálisis con Sigmund Freud, de Beatriz Gez; Besar los propios labios, de Maximiliano Fabi; A la luz del psicoanálisis la ley es otra cosa, de Cecilia Fasano,  y ¿Otro triunfo de la religión?, entrevista de Caroline Newton a José Fernández Vega. 
Cierra el número de la revista, La soledad de la poesía, con comentarios sobre Jorge Quiroga, de Alicia Alonso, y El que recuerda, de Federico Barea. 


                                                                                     La dignidad del niño analizante, Grama, 2018
                                                                              Por Claudia Castillo. Miembro del Centro Descartes
                                                                              Lecturas críticas, Julio de 2018.
Hacer niños* 
Historia

¡Conozco a Alejandro Daumas hace mucho!! Desde antes de la creación de la EOL, debo decir ahora que lo pienso que tal vez ambos somos parte de un “efecto Escuela” porque no recuerdo de qué grupo venía. Sin embargo, como uno tiene una historia, y una Entrada(1), sí  tengo recuerdo por supuesto de donde venía yo. Venía de la BIP(Biblioteca Internacional de Psicoanálisis) y específicamente de un Vector, llamado Vector Práctica del niño y desde ese rasgo había entrado en el psicoanálisis y había comenzado a escribir mis primeros artículos en la Revista Vectores
Siempre recordamos con Alejandro, la gente a medida que pasa el tiempo suele insistir en los recuerdos,  hay que tener cuidado con eso, pero como sea recordamos el fervor, el apremio, la prisa, el entusiasmo que nos provocaba la creación de la Escuela. Y nos parecía....éramos muy jóvenes, que los más grandes de entonces más jóvenes que nosotros ahora, se demoraban inútilmente. Fue por eso, que con Alejandro, con Beatriz Gez, con Guillermo Cavallero, con Marina Recalde, son los que recuerdo en este momento fuimos a lo que era en ese entonces la Casa del Campo Freudiano en Argentina a entregar una carta, con firmas de otros... para que “¡funden de una vez!” Y parece o queremos creer eso,   que eso tuvo efectos. Y la Escuela se creó.
Luego, con Alejandro nos fuimos encontrando en Jornadas, en mesas redondas, o compartiendo ciertas ideas. Él y Gustavo Stiglitz muchas veces me han invitado en tanto era responsable del Módulo sobre infancia del Centro Descartes a participar como panelista en Jornadas de lo que se llama Centro pequeño Hans, dicho sea de paso, no sé porqué no se llamó Juanito, ya que era un grupo o un departamento de investigación en lengua castellana y en la Argentina, pero eso merecería una discusión aparte. Y nobleza obliga, debo decir que esos “detalles” del psicoanálisis del castellano, en castellano, castellano...se los debo a Germán García. Antes de conocerlo yo decía “hace obstáculo” y no sabía de dónde viene la palabra.

El fin de la infancia

Germán García en El recurso a la infancia, de apéndice del libro, decreta el fin de la infancia como recurso épico, y argumenta: “Lo insoportable de la infancia se olvida, el recurso a la infancia se instala en ese olvido: no hay recuerdos de la infancia -sentenciaba Freud-, sino re­cuerdos referidos a la infancia. El fin de la infancia es el fin de ese recurso referencial que ordenaba una política -captura de la dispersión por el uno de la identidad - y una ética: la singularidad como reserva, la particularidad como semblant y la universalidad como horizonte.”
Alejandro, dice lo mismo muchas veces, aunque de otra manera, cuando habla de la infancia como una pesadilla que la modernidad ha construido pacientemente mientras que la lógica de la evaluación no admite espacios en blanco y no pierde de vista al niño, dice Daumas: “el ojo está sobre él”. Luego demuestra que: “El niño es consagrado a ser un objeto, no solamente de la pedagogía y el derecho sino también del saber de la ciencia. Si bien ninguno de estos “saberes” totaliza la idea de niño, cada uno pretende ser, como lo muestro, una forma de tratar lo real que se encuentra suelto en cada campo.” Las resonancias con nuestras lecturas pretéritas pero actuales, son ineludibles decíamos al argumentar sobre nuestro módulo que se llamó primero Tratamientos de la infancia en la Argentina: “La pediatría, la psicología, la educación, aún el psicoanálisis, se empeñan en inventar un niño a su medida, para luego “tratarlo” de su desacuerdo con la norma, de su malestar, respecto de esos discursos que lo constituyen como tal al pretender describirlo”(1992). 

El niño observado y analizado

Ya en la introducción al historial de Juanito Freud manifiesta que lo que va a presentar no es un caso en sentido estricto, solo se encontró con el niño una vez y el que lleva adelante la cura es el padre; pero además dice que estos datos van a servirle para poder probar su tesis sobre la sexualidad infantil de Tres ensayos sobre teoría sexual. (1905).  
Alejandro le dedica a Hans, un capítulo muy extenso de su libro. Aquí podríamos también leer todo el análisis, en sentido cartesiano, sobre el fondo del “recurso a la infancia”, como lugar utópico que tomó  la literatura, la filosofía y que heredó y transformó el psicoanálisis. Germán García lo explica cuando menciona “la recurrencia al trauma -referente problemático- y después por la constitución del fantasma traumático que organiza la inmanencia de la significación, le otorga un cuerpo erógeno donde las funciones y sus aberturas -la boca, el ano, etcétera- son equivalente de las ventanas de los edificios públicos de los antiguos”. 
En el libro que comentamos el autor no se desentiende de lo problemático que resulta describir qué ocurre en las sesiones, en el análisis con niños, “de niños” a la vieja usanza y el guiño es para Graciela Musachi.(2) 
Insisto, Alejandro no deja de argumentar, lo hace bien, es convincente, usa múltiples referencias, pero me parece que como todos, se deja engatusar por la retórica de Lacan en el Seminario IV , y entonces saltamos de la “observación” a la “lógica de la cura”. Se describe con cuidado, que son las sesiones en psicoanálisis, dice: “Es cierto que el psicoanálisis se practica en sesiones....pero lo que ordena la estructura es algo que falta. A partir de ese rasgo la sesión cobra consistencia”. Esta descripción ¿Se aplica a la cura de Juanito? Entonces hace falta otro argumento, lacaniano: “Freud funcionaba como Otro del padre, maestro garante, el Otro del Otro, sostén de su figura, voz oracular que evaluaba sus acciones”. Esto sobre el fondo del único encuentro que el niño, tuvo con el Profesor. Más adelante dice: “El lugar tercero está perfectamente delimitado. Hans se relaciona con el Otro de la palabra( más allá de su padre) corporizado en Freud, pero existente al fin. Esta dimensión permite el análisis y lo aleja de la angustia.”
Pero por otra parte, hubo otros padres, como Darwin que observaron a sus hijos, Germán García lo menciona en el artículo que hace de apéndice, y yo misma en el comentario del libro del neo-evolucionista: John Dupré, El legado de Darwin. Qué significa hoy la evolución . En recurrir a la infancia aparece Darwin que  estudia la diferencia entre su hijo y los monos frente a la imagen en el espejo: a los cuatro meses y medio su hijo sonríe, disfruta de su imagen; mientras que "los monos" -experimentó con varios- descubren que es una imagen, se enojan y no quieren volver a mirar. Yo decía en mi trabajo que  Darwin escribe y publica en 1877 una obra llamada Esbozo biográfico de un bebé, allí elabora una respuesta para el filósofo francés Hippolyte Taine, quién había publicado un artículo respecto de la adquisición del lenguaje en su hija. Darwin retoma las notas de sus cuadernos “M” y “N” comenzados 40 años antes, para afirmar entre otras cosas que el lenguaje humano se construye sobre una base que no está hecha de palabras. El inventor de la teoría de la evolución, inspirador de Dupré, es perfectamente coherente con lo que él considera la base de la evolución: la observación. Mediante esta, construye una idea de la primera infancia bastante desoladora, donde el instinto, concepto muy cuestionado, ocupa un lugar importante.(3) 
Como podemos ver en el campo de la infancia, la observación tiene su importancia, y tendríamos que pensar, Alejandro lo hace, si el relato de casos si se trata de niños, tiene la misma estructura. Qué lugar para la interpretación, para el corte de sesión, etc. 

Kinderspiele o el juego en la infancia

Daumas dialoga con García más de lo que él piensa o cree, ambos hablan del juego. García dice: “Los juegos de infancia (Kinderspiele) se "traducen" para el adulto en unos ensueños diurnos que revelan su complejo de Edipo, que alimentan su novela familiar y sus modos de fantasear. A partir de ahí la escisión del yo vuelve posible dos caminos: uno conduce a la formación de síntomas, al relato neurótico que conocemos mediante los casos clínicos. El otro, más acorde con la autoestima del sujeto, está al servicio de su placer preliminar, de sus efectos y de su eventual capacidad creadora.  Son los caminos divergentes de la idealización neurótica y de la sublimación propiciatoria. El Fort-Da, verdadero juego de y con el lenguaje, es convertido por Jacques Lacan en pa­radigma inicial de la entrada de cada uno en la dimensión simbólica.” En el capítulo titulado Encrucijadas y atascamientos del niño, Alejandro habla de las ficciones, de cómo en la inhibición, tan común en la infancia, “el cuerpo captura una parte de lo simbólico arrastrada por el estatismo de la imagen- detención de cualquier deriva significante.” Sabemos, que a veces los niños, como dice Eric Laurent, consumen  ficciones prêt à porter, pero sabemos también que en el encuentro con un analista el niño puede inventar otras que le permitan recrear su dramática familiar de un modo menos doloroso y hacerle ver, oír, tocar, jugar su partida frente al deseo del Otro. 
En ese mismo capítulo se habla de la sublimación, dice: “La sublimación implica esa forma del saber, a fin de procurarse los medios de producción” resolviendo la pluralización de ficciones de un modo distinto al del sinthome.  Lo que sigue merecería un curso entero, y emparenta al psicoanálisis con las costureras, con las tejedoras... Aberastury decía que el analista de niños tenía que saber tejer (4) Alejandro teje otros puntos cuando  cita a Lacan en el Seminario 21, “el niño está hecho para aprender algo, para que el nudo se haga, y que se haga bien”. Va a agregar luego que para que el  nudo se haga bien el niño tendrá que mantenerse cauto en la relación con su madre y ante el interrogante del goce”... . 
Una última cuestión en relación al juego en el capítulo que se titula Lo que enseña el autismo, allí se dice que el niño autista nos presenta un panorama desolador, habitado por el no juego, lo que sigue es un poco enredado pero lo traduzco así: que en el juego hay una dimensión ficcional, construyendo una escena, que implica la palabra y el errar entre un sentido y otro, mientras que en el autismo habría juegos repetitivos, que funcionan como signos inmutables, que no llegan a ser significantes, signos de lo real que retornan siempre al mismo lugar. Creo que hay que pensar y volver a pensar, lo del juego en el autismo, o en cada caso de autismo. No sé si siempre el autista está “fuera de juego”. Creo que el  psicoanálisis juega su apuesta con el autismo, y puede pensar ciertas prácticas con los autistas desde ese marco sin que lo que se desarrolla en esos espacios sea un análisis en sentido estricto. Lo que los autistas podrían enseñarnos solo podemos aprenderlo, creo, si no estamos apurados por hacer encajar lo que ya sabemos.

La dignidad del niño analizante

Tres fechas: Río Gallegos, 2011  pequeña crisis institucional interna a la Delegación del IOM, de la cual soy interlocutora hace bastante tiempo.  En ese contexto, un título extraído del Tomo tres de las Conferencias Porteñas, de Jacques-Alain Miller,  compiladas por Silvia Tendlarz y otros, vino en mi auxilio: Un analista digno del psicoanálisis. Dicho apartado reúne tres conferencias que él  dio en Buenos Aires. La primera es  Semblantes y sinthome de 2008, luego el  Coloquio Jacques Lacan, en realidad es el cierre que hace Miller a ese Coloquio en homenaje a Lacan, y la última es una conferencia que dio en el teatro Coliseo ante 1700 participantes, que se llama justamente así Conferencia en el Teatro Coliseo y  que es también de 2008. Todo esto también sirve para subrayar que cada intervención tiene su contexto de enunciación particular.
Segunda fecha: “2012  Segundas Jornadas Patagónicas, del IOM(Instituto Oscar Masotta) que se realizaron en Comodoro Rivadavia,  Alejandro estuvo allí también y esas Jornadas se llamaron: La dignidad del sujeto en el siglo XXI y allí  yo decía entonces que  “ para que haya un sujeto que pueda apropiarse de su “dignidad” en el siglo XXI, que en cierto sentido pueda respetarse como tal, en el campo que a nosotros nos atañe que es el del inconsciente, debe haber un analista digno del psicoanálisis, es decir que se oriente por los principios que guían su práctica.”
Tercera fecha: 2018 La dignidad del niño analizante. Una vuelta más,  donde la dignidad pasa al niño, en posición analizante y que según Alejandro Daumas podría enunciarse así: “El psicoanálisis aplicado, a los niños,  es una práctica lógica de la refutación, que permite a un sujeto construirse un anti-destino por su voluntad de decir”....y que permite cernir el propio síntoma articulado al deseo del analista, quien acoge las intervenciones que funcionan como marcas, a partir de las cuales se elabora un saber”. 

* El título alude a una frase que se decía en una época: “Ella hace niños”. Léase al respecto el artículo de Graciela Musachi en el último ETC Nº 135.

Notas:
1.La entrada del psicoanálisis en la Argentina, Germán García, Editorial Catálogos, 2005.
2. Ídem *
3 El legado de Darwin y la situación actual del psicoanálisis, Claudia Castillo, e-texts, 2006, Centro Descartes.
4. Ídem 2.



                                                                                                                             Carta de lectores
                                     Por Julio Riveros. Alumno del Programa Estudios Analíticos Integrales
                                    Sobre el Curso anual 2018, Germán García.  


Estimado Germán
Le escribo para acercarle un comentario del libro El nihilismo*, del filósofo italiano Franco Volpi. Resumo brevemente el primer capítulo y una alusión mínima al Cap. 2:
“Entre el hombre y la nada se atraviesa la sombra de Dios”.
Es una cita de Nicolás Gómez Dávila con la que Volpi inicia el Cap 1, Itinerarium mentis in nihilum- Hacia una historia del concepto y del problema.
Recorto los nudos importantes del texto a modo de una presentación, a saber:
"El hombre se encuentra en una situación de incertidumbre y precariedad. Su condición es similar a la de un viajero que por largo tiempo ha caminado sobre una superficie helada, pero que con el deshielo advierte que el banco de hielo comienza a moverse y se va despedazando en miles de placas. La superficie de los valores y los conceptos tradicionales está hecha añicos, y la prosecusión del camino resulta difícil."
Como término, nihilismo aparece entre los Siglos XVIII y XIX en el pensamiento europeo, especialmente en el contexto del idealismo alemán y emerge como problema propiamente dicho en el Siglo XX. Ya Nietzsche consideraba el nihilismo como "el más inquietante de los huéspedes". Pero, ¿qué es el nihilismo?
Volpi nombra a Nietzsche como el primer gran teórico y profeta del nihilismo. En 1887 escribe:
"Nihilismo: falta el fin; falta la respuesta al '¿para qué?'; ¿qué significa nihilismo? Que los valores supremos se devalorizan.", (Escritos póstumos, 1887).
La profecía de Nietzsche se ha cumplido, el fuego que él encendió se extiende ahora por todas partes. No es un mero episodio, forma parte del aire que ahora respiramos. Desde el punto de vista etimológico, nihilismo indica un pensamiento obsesionado por la nada. Luego, autores más antiguos bordearon la cuestión, por ejemplo Gorgias y Diógenes Aeropagita. En el Medioevo, Frediguso de Tours, Meister Eckhart, incluso Juan de la Cruz y Angelus Silesius.
Volpi repasa el planteo de estos autores, nombra a Leibniz, Francisco Sánches, Leopardi, Goethe y Anaximandro. Un arco extenso, desde donde se puede explorar la genealogía del problema, a veces insinuado y otras explicitado en aserciones y sentencias. En la tradición,  la nada en tanto objeción al ser siempre fue problemática.
En consecuencia, la filosofía no puede eximirse de explorar la nada. Y si el filosofar implica la pregunta del ser en tanto que ser, debe deslindar su contrario, es decir la nada, para lograr su cometido. Este deslindar no es sin el énfasis que introduce Heidegger en su Nietzsche:
"La piedra de toque más dura, pero también menos engañosa, para probar el carácter genuino y la fuerza de un filósofo es la de si experimenta súbitamente y desde los fundamentos la vecindad de la nada en el ser del ente. Aquél al cual esta experiencia lo obstaculiza, está definitivamente y sin esperanza fuera de la filosofía."
Dicho esto, Volpi convoca a restringirse al nihilismo en sentido estricto, como concepto y como problema, y el hilo conductor que elige es el de la historia del concepto y del problema para concluir el capítulo de este modo: "Alimentamos con respecto al nihilismo la misma convicción que vale para todos los verdaderos problemas filosóficos: no tienen solución sino historia."
En el Cap. 2, sigue el hilo de Dostievsky y Nietzsche, tomando como punto de partida a Iván Turgueniev, pero para develar su dudosa paternidad sobre el concepto.
Por tanto, esta breve síntesis de los inicios de El nihilismo, quizás invite a la lectura para seguir lo que introdujo sobre el concepto y su dimensión problemática, tal como quedó expuesto en su última clase (26-7-18)
Muy cordialmente,
Julio Riveros

*  El nihilismo,Volpi, F., Editorial Biblos, Bs. As., 2005.