De la soledad al pacto de la contra-novela
Al inicio del capítulo 73 de Rayuela, que es el primer capítulo de la novela anacrónica, Julio Cortázar narra de manera poética aquello que arde sin tregua en el sujeto y lo hace incurable. El párrafo completo contiene abundantes metáforas: fuego sordo, fuego sin imagen, quemadura dulce, circuito ciego. Alegorías, que remiten al cuerpo como sede de lo incurable. Y qué esboza el autor? ante lo incurable de estas “sustancias pegajosas que nos retiene de este lado y que nos arderá dulcemente hasta calcinarnos” (Cortázar, 388). Diseña un pacto con las criaturas pálidas y sufrientes, trabando amistad con las porteras o bien corriendo al engaño entre ecuaciones infalibles y maquinas de conformismo. Un pacto tranquilizador, que se puede ubicar en la trama de cada novela familiar, ante la incurable soledad que agujerea al sujeto.
En el mismo capítulo se puede extraer otro tipo de pacto, definido como una invención hecha de escritura. Julio Cortázar, en una entrevista realizada por Joaquín Soler Serrano en 1963 - conductor del programa A fondo – le gusta definir a Rayuela como lo hizo una parte de la crítica literaria: como una contra-novela. Porque trata de introducir otra manera de contacto entre la novela y el lector. Específicamente resulta una tentativa para modificar la actitud pasiva del lector. Una propuesta discontinua que posibilite la admisión de otras aperturas para que el lector pueda crear un mundo diferente al clima narrativo que propone el autor. Ejemplo de ello, es el tablero de dirección que propone romper con la lectura lineal. Invitando al lector, como le gustaría a Cortázar a “una suerte de polémica en ausencia”, tomándose la libertad de dejar una parte del libro y retomar otra, leerlo en otro orden, o bien tirarlo si no le gusta.
Si bien, Julio Cortázar decía que su tentativa de contra-novela había quedado más como una expresión teórica, ya que en la práctica la mayoría de los lectores la habían tomado como una novela, su propuesta relanza una lectura abierta a lo contingente. Una propuesta que apunta a conmover las lecturas convencionales e irrumpir la ilusión de acceder nítidamente al campo de la objetividad. Entonces, una estructura narrativa discontinua por hacer del accidente un instrumento capaz de trazar la diferencia.
El valor fundamental otorgado al accidente en La lectura y sus dobles de Cesar Mazza radica en lo ineludible de su existencia que “aparentemente desacomoda el curso previsto” (pág, 17). Una lectura que sitúa al accidente, no en la marginalidad - como si fuera una digresión insignificante - sino en el centro de la otra escena, como una brújula que permite trazar una orientación para localizar el lugar desde donde se puede llegar a las prácticas instituidas en una comunidad determinada.
Sociedades de Asistencia Mutua.
Jacques Alain Miller plantea el atravesamiento del fantasma como un modo de percibir que uno es el propio autor de ese Otro del que se ha sentido amado u odiado. Que el Otro no exista más que en la dimensión de la invención de cada sujeto, resulta la ficción más inquietante. Por más que el sujeto se vuelva contemporáneo de los problemas e impasses de su propia generación, al fin y al cabo está solo.
Miller plantea que si se forman comunidades analíticas es para olvidarse de la verdad a la que conduce la lógica del psicoanálisis lacaniano: la no relación sexual. Y no por estar consustanciados de estos preceptos teóricos, los grupos analíticos resultarían ser la excepción a la regla. En este sentido, es que Miller considera a todos los grupos analíticos que participan del movimiento de una escuela: “sociedades de asistencia mutua contra el discurso analítico” (I Seminario de Texto…30). El contrapunto a esta conclusión lo formaliza con la siguiente afirmación en forma de interrogante: “¿cómo se transmitiría el psicoanálisis sino a través de esas agrupaciones?” (I Seminario de Texto…30).
Entonces, no existiendo otro lugar para dichas agrupaciones que la escuela, como refugio ante el malestar en la cultura, Miller cierra con una cita de Virgilio: “cada uno esta llevado, y está traído por su goce” (I Seminario de Texto…30).
El que siempre haya una pérdida es lo que a cada sujeto lo enfrenta a un vacío, a una insuficiencia de cierre, a una soledad incurable. Cuestión que permite delimitar la comunidad analítica como un conjunto de miembros establecidos en torno a un elemento que no se encuentra, que no se puede decir, pero que a la vez permite que dicha comunidad se establezca.
Si en teoría la comunidad analítica conforma un conjunto hueco que se forma a partir de la falta de un significante e impide que se totalice en una enseñanza dogmática, en la práctica, el conjunto se aborda desde la problemática del goce. A falta de un significante que fije la identidad del sujeto cobra relieve la conexión fantasmática, el plus de goce con que cada sujeto adhiere a dicha comunidad. En este sentido, la soledad ya no remite al que sufre de una carencia significante sino a la presencia del goce autoerótico que sostiene la debilidad mental. Desde esta perspectiva ¿cómo conservar en la comunidad analítica la indeterminación del sujeto sin disiparse en un relativismo o fijarse a un grupo del cual se obtiene reconocimiento o bien una identificación?
En el texto Cinco variaciones sobre el tema de “La elaboración provocada” Miller toma la expresión “la elaboración provocada”, forjada por Pierre Théves para formalizar el lugar y la función que debería ocupar y desempeñar el “más uno” para que el cartel marche. Dicha función corresponde a la de un agente provocador que convoque al trabajo, dejando por sentado de que si hay un llamado al trabajo es porque la verdadera vocación es la pereza. Y que el llamado al trabajo obedezca a una lógica que implique a cada miembro, “a partir de sus insignias y no de su falta en ser”. (Miller, Cinco variaciones…1)
Entonces, ante la incurable soledad del sujeto ¿cómo conservar dicha indeterminación en la formación del practicante-analista, sino a partir de una “elaboración provocada por el significante de la transferencia”?
La posición del Murciélago versus la política del Avestruz
En Fundamentos de la Clínica Analítica, Germán García plantea el peligro al que se enfrenta todo grupo analítico cuando no puede hacer valer afuera lo que domina en su interior. Germán García toma como referencia la cita de Lacan en la que plantea al silencio como uno de los síntomas que surge cada vez que los psicoanalistas se vuelven impermeables a toda dinámica que exige la demostración de una enseñanza. Dicho silencio constituye el privilegio de las verdades no discutidas y la solución que plantea para evitar dicho efecto de grupo resulta la siguiente: demostrar en el afuera a sabiendas que “el analista no puede afrontar la prueba fuera de la extraterritorialidad pero a su vez tampoco la puede negar, entonces la niega y la afronta como puede, es decir, tiene una doble pertenencia” (García, 20). Esta salida la toma de la posición del Murciélago bajo el signo de la doble pertenecía. Doble pertenencia que permitiría al sujeto mantener una posición inasible.
En la fabula del Murciélago y las dos comadrejas, la táctica que ejecuta el murciélago ante el peligro de ser devorado por las comadrejas, no consiste en afirmar su identidad, ni en apelar a la certeza, sino en recurrir a la mentira para evitar la muerte. Lo que hace, es dar una imagen inacabada de sí mismo. Haciendo uso del equívoco significante remite a la comadreja a una segunda significación cuyo efecto es descompletar la primera que desencadena su impulso asesino. Esto es: las alas del murciélago le permiten presentarse como pájaro cuando está a punto de ser devorado por haber sido identificado como ratón y la ausencia de plumas le permite pasar por ratón y zafar de ser engullido como pájaro.
A la posición del murciélago se le puede contraponer “…la técnica legendariamente atribuida al avestruz para ponerse al abrigo de los peligros; pues esta merecería ser calificada de política, repartiéndose entre tres compañeros, el segundo de los cuales se creería revestido de invisibilidad por el hecho de que el primero tendría su cabeza hundida en la arena, mientras que él deja que un tercero le desplume tranquilamente.” (Lacan) Lacan menciona la técnica del avestruz en El seminario de la carta robada para ilustrar la repetición del modulo intersubjetivo que se da en los sujetos involucrados en la primera y la segunda escena. Que es lo que produce esta repetición?
Oscar Masotta, en el capitulo Psicoanálisis y estructuralismo de su libro Introducción a la lectura de Jacques Lacan, formaliza la política de la avestruz como una “operación exitosa que reside en el intento de perpetuar una táctica exitosa, pero en la lucha sobre un solo frente, cuando los frentes son dos” (pag.90). Esta acción unilateral, que produce un efecto de redoblamiento del yo y constituye un obstáculo para abandonar el registro imaginario, transforma “los falsos triunfos imaginarios en verdades de la estructura” (pág. 90). De este modo, Oscar Masotta, define a la política del avestruz como un nivel intermedio entre lo simbólico y lo imaginario que operaría como una suerte de pasaje entre ambos registros que hace posible la repetición del módulo intersubjetivo. Repetición, que hace al obstáculo, pero que la vez, constituye la estructura de la verdad en la que el sujeto se precipita tras las consecuencias de sus actos, efectos definidos como un verdadero futuro anterior.
Siguiendo la comparación entre la posición del Murciélago y la política del avestruz se podría articular dos tipos de comunidades analíticas: las comunidades del silencio y las comunidades inquietantes. Las primeras guiadas por la política del avestruz determinadas por la identificación y el reconocimiento. Que se expresa en una lucha por puro prestigio en función de gozar del privilegio de las verdades no discutidas. Las segundas apostando a la posición del murciélago, que esfuerza por sobrevivir a las pasiones del yo, cuyo trabajo sostenido en las insignias propias de cada sujeto se anticipan en la acción sin saber la verdad, para luego demostrar la lógica del acto. Dos maneras de tratar la soledad incurable que agujerea al sujeto.
Al inicio del capítulo 73 de Rayuela, que es el primer capítulo de la novela anacrónica, Julio Cortázar narra de manera poética aquello que arde sin tregua en el sujeto y lo hace incurable. El párrafo completo contiene abundantes metáforas: fuego sordo, fuego sin imagen, quemadura dulce, circuito ciego. Alegorías, que remiten al cuerpo como sede de lo incurable. Y qué esboza el autor? ante lo incurable de estas “sustancias pegajosas que nos retiene de este lado y que nos arderá dulcemente hasta calcinarnos” (Cortázar, 388). Diseña un pacto con las criaturas pálidas y sufrientes, trabando amistad con las porteras o bien corriendo al engaño entre ecuaciones infalibles y maquinas de conformismo. Un pacto tranquilizador, que se puede ubicar en la trama de cada novela familiar, ante la incurable soledad que agujerea al sujeto.
En el mismo capítulo se puede extraer otro tipo de pacto, definido como una invención hecha de escritura. Julio Cortázar, en una entrevista realizada por Joaquín Soler Serrano en 1963 - conductor del programa A fondo – le gusta definir a Rayuela como lo hizo una parte de la crítica literaria: como una contra-novela. Porque trata de introducir otra manera de contacto entre la novela y el lector. Específicamente resulta una tentativa para modificar la actitud pasiva del lector. Una propuesta discontinua que posibilite la admisión de otras aperturas para que el lector pueda crear un mundo diferente al clima narrativo que propone el autor. Ejemplo de ello, es el tablero de dirección que propone romper con la lectura lineal. Invitando al lector, como le gustaría a Cortázar a “una suerte de polémica en ausencia”, tomándose la libertad de dejar una parte del libro y retomar otra, leerlo en otro orden, o bien tirarlo si no le gusta.
Si bien, Julio Cortázar decía que su tentativa de contra-novela había quedado más como una expresión teórica, ya que en la práctica la mayoría de los lectores la habían tomado como una novela, su propuesta relanza una lectura abierta a lo contingente. Una propuesta que apunta a conmover las lecturas convencionales e irrumpir la ilusión de acceder nítidamente al campo de la objetividad. Entonces, una estructura narrativa discontinua por hacer del accidente un instrumento capaz de trazar la diferencia.
El valor fundamental otorgado al accidente en La lectura y sus dobles de Cesar Mazza radica en lo ineludible de su existencia que “aparentemente desacomoda el curso previsto” (pág, 17). Una lectura que sitúa al accidente, no en la marginalidad - como si fuera una digresión insignificante - sino en el centro de la otra escena, como una brújula que permite trazar una orientación para localizar el lugar desde donde se puede llegar a las prácticas instituidas en una comunidad determinada.
Sociedades de Asistencia Mutua.
Jacques Alain Miller plantea el atravesamiento del fantasma como un modo de percibir que uno es el propio autor de ese Otro del que se ha sentido amado u odiado. Que el Otro no exista más que en la dimensión de la invención de cada sujeto, resulta la ficción más inquietante. Por más que el sujeto se vuelva contemporáneo de los problemas e impasses de su propia generación, al fin y al cabo está solo.
Miller plantea que si se forman comunidades analíticas es para olvidarse de la verdad a la que conduce la lógica del psicoanálisis lacaniano: la no relación sexual. Y no por estar consustanciados de estos preceptos teóricos, los grupos analíticos resultarían ser la excepción a la regla. En este sentido, es que Miller considera a todos los grupos analíticos que participan del movimiento de una escuela: “sociedades de asistencia mutua contra el discurso analítico” (I Seminario de Texto…30). El contrapunto a esta conclusión lo formaliza con la siguiente afirmación en forma de interrogante: “¿cómo se transmitiría el psicoanálisis sino a través de esas agrupaciones?” (I Seminario de Texto…30).
Entonces, no existiendo otro lugar para dichas agrupaciones que la escuela, como refugio ante el malestar en la cultura, Miller cierra con una cita de Virgilio: “cada uno esta llevado, y está traído por su goce” (I Seminario de Texto…30).
El que siempre haya una pérdida es lo que a cada sujeto lo enfrenta a un vacío, a una insuficiencia de cierre, a una soledad incurable. Cuestión que permite delimitar la comunidad analítica como un conjunto de miembros establecidos en torno a un elemento que no se encuentra, que no se puede decir, pero que a la vez permite que dicha comunidad se establezca.
Si en teoría la comunidad analítica conforma un conjunto hueco que se forma a partir de la falta de un significante e impide que se totalice en una enseñanza dogmática, en la práctica, el conjunto se aborda desde la problemática del goce. A falta de un significante que fije la identidad del sujeto cobra relieve la conexión fantasmática, el plus de goce con que cada sujeto adhiere a dicha comunidad. En este sentido, la soledad ya no remite al que sufre de una carencia significante sino a la presencia del goce autoerótico que sostiene la debilidad mental. Desde esta perspectiva ¿cómo conservar en la comunidad analítica la indeterminación del sujeto sin disiparse en un relativismo o fijarse a un grupo del cual se obtiene reconocimiento o bien una identificación?
En el texto Cinco variaciones sobre el tema de “La elaboración provocada” Miller toma la expresión “la elaboración provocada”, forjada por Pierre Théves para formalizar el lugar y la función que debería ocupar y desempeñar el “más uno” para que el cartel marche. Dicha función corresponde a la de un agente provocador que convoque al trabajo, dejando por sentado de que si hay un llamado al trabajo es porque la verdadera vocación es la pereza. Y que el llamado al trabajo obedezca a una lógica que implique a cada miembro, “a partir de sus insignias y no de su falta en ser”. (Miller, Cinco variaciones…1)
Entonces, ante la incurable soledad del sujeto ¿cómo conservar dicha indeterminación en la formación del practicante-analista, sino a partir de una “elaboración provocada por el significante de la transferencia”?
La posición del Murciélago versus la política del Avestruz
En Fundamentos de la Clínica Analítica, Germán García plantea el peligro al que se enfrenta todo grupo analítico cuando no puede hacer valer afuera lo que domina en su interior. Germán García toma como referencia la cita de Lacan en la que plantea al silencio como uno de los síntomas que surge cada vez que los psicoanalistas se vuelven impermeables a toda dinámica que exige la demostración de una enseñanza. Dicho silencio constituye el privilegio de las verdades no discutidas y la solución que plantea para evitar dicho efecto de grupo resulta la siguiente: demostrar en el afuera a sabiendas que “el analista no puede afrontar la prueba fuera de la extraterritorialidad pero a su vez tampoco la puede negar, entonces la niega y la afronta como puede, es decir, tiene una doble pertenencia” (García, 20). Esta salida la toma de la posición del Murciélago bajo el signo de la doble pertenecía. Doble pertenencia que permitiría al sujeto mantener una posición inasible.
En la fabula del Murciélago y las dos comadrejas, la táctica que ejecuta el murciélago ante el peligro de ser devorado por las comadrejas, no consiste en afirmar su identidad, ni en apelar a la certeza, sino en recurrir a la mentira para evitar la muerte. Lo que hace, es dar una imagen inacabada de sí mismo. Haciendo uso del equívoco significante remite a la comadreja a una segunda significación cuyo efecto es descompletar la primera que desencadena su impulso asesino. Esto es: las alas del murciélago le permiten presentarse como pájaro cuando está a punto de ser devorado por haber sido identificado como ratón y la ausencia de plumas le permite pasar por ratón y zafar de ser engullido como pájaro.
A la posición del murciélago se le puede contraponer “…la técnica legendariamente atribuida al avestruz para ponerse al abrigo de los peligros; pues esta merecería ser calificada de política, repartiéndose entre tres compañeros, el segundo de los cuales se creería revestido de invisibilidad por el hecho de que el primero tendría su cabeza hundida en la arena, mientras que él deja que un tercero le desplume tranquilamente.” (Lacan) Lacan menciona la técnica del avestruz en El seminario de la carta robada para ilustrar la repetición del modulo intersubjetivo que se da en los sujetos involucrados en la primera y la segunda escena. Que es lo que produce esta repetición?
Oscar Masotta, en el capitulo Psicoanálisis y estructuralismo de su libro Introducción a la lectura de Jacques Lacan, formaliza la política de la avestruz como una “operación exitosa que reside en el intento de perpetuar una táctica exitosa, pero en la lucha sobre un solo frente, cuando los frentes son dos” (pag.90). Esta acción unilateral, que produce un efecto de redoblamiento del yo y constituye un obstáculo para abandonar el registro imaginario, transforma “los falsos triunfos imaginarios en verdades de la estructura” (pág. 90). De este modo, Oscar Masotta, define a la política del avestruz como un nivel intermedio entre lo simbólico y lo imaginario que operaría como una suerte de pasaje entre ambos registros que hace posible la repetición del módulo intersubjetivo. Repetición, que hace al obstáculo, pero que la vez, constituye la estructura de la verdad en la que el sujeto se precipita tras las consecuencias de sus actos, efectos definidos como un verdadero futuro anterior.
Siguiendo la comparación entre la posición del Murciélago y la política del avestruz se podría articular dos tipos de comunidades analíticas: las comunidades del silencio y las comunidades inquietantes. Las primeras guiadas por la política del avestruz determinadas por la identificación y el reconocimiento. Que se expresa en una lucha por puro prestigio en función de gozar del privilegio de las verdades no discutidas. Las segundas apostando a la posición del murciélago, que esfuerza por sobrevivir a las pasiones del yo, cuyo trabajo sostenido en las insignias propias de cada sujeto se anticipan en la acción sin saber la verdad, para luego demostrar la lógica del acto. Dos maneras de tratar la soledad incurable que agujerea al sujeto.
Patricio Debiase
Bibliografía
Cortázar, Julio.“Capítulo 73”. Rayuela. Buenos Aires: Ed. Sudamericana S.A., 1995.
Cortázar, Julio. Entrevista televisiva realizada por Joaquín Soler Serrano, “A fondo” en el año 1963. Publicada en http://www.youtube.com/watch?feature=related&v=X09XmRqIjPw
Lacan, Jacques. “El seminario de la carta robada” Escritos I. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 1987.
Masotta, Oscar. “Psicoanálisis y estructuralismo” Introducción a la lectura de Jacques Lacan, Buenos Aires, Grama, 2009, pag. 90
Mazza, César. “Instructivo”. La lectura y sus dobles. Córdoba: El Espejo Ediciones, 2005.
Miller, Jacques-Alain. “Intervención” I Seminario de Texto: La Dirección de la Cura. Córdoba: Editado por el Colegio Freudiano de Córdoba, 1992
Miller, Jacques-Alain. El partenaire-síntoma. Buenos Aires: Ed. Paidos, 1 ed. 2008.
Miller, Jacques-Alain. “Variación II - Una elaboración siempre es provocada” Cinco variaciones sobre el tema de “La elaboración provocada”. Pag. 1 pagina Publicada en http://www.eolrosario.org.ar/cartele_bibliog_04.htm
García, Germán. “Clase del 23 de Noviembre de 1995”. Fundamentos de la Clínica Analítica. Tucumán: Otium Ediciones, 2007.
Cortázar, Julio.“Capítulo 73”. Rayuela. Buenos Aires: Ed. Sudamericana S.A., 1995.
Cortázar, Julio. Entrevista televisiva realizada por Joaquín Soler Serrano, “A fondo” en el año 1963. Publicada en http://www.youtube.com/watch?feature=related&v=X09XmRqIjPw
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Masotta, Oscar. “Psicoanálisis y estructuralismo” Introducción a la lectura de Jacques Lacan, Buenos Aires, Grama, 2009, pag. 90
Mazza, César. “Instructivo”. La lectura y sus dobles. Córdoba: El Espejo Ediciones, 2005.
Miller, Jacques-Alain. “Intervención” I Seminario de Texto: La Dirección de la Cura. Córdoba: Editado por el Colegio Freudiano de Córdoba, 1992
Miller, Jacques-Alain. El partenaire-síntoma. Buenos Aires: Ed. Paidos, 1 ed. 2008.
Miller, Jacques-Alain. “Variación II - Una elaboración siempre es provocada” Cinco variaciones sobre el tema de “La elaboración provocada”. Pag. 1 pagina Publicada en http://www.eolrosario.org.ar/cartele_bibliog_04.htm
García, Germán. “Clase del 23 de Noviembre de 1995”. Fundamentos de la Clínica Analítica. Tucumán: Otium Ediciones, 2007.
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