El viernes 9 de mayo a las 19,30hs el Centro Descartes fue sede del encuentro
latinoamericano de autores de microficción.
La
llamada microficción, también conocida como minicuentos o microrrelatos, son textos cuya característica
principal es la brevedad, en los que se
destaca el uso extremo de la elipsis como procedimiento retórico, fundamental a la hora de narrar
historias de forma condensada. Los hay de muchos tipos y de variada extensión (Hay
un consenso general en considerar el cuento del guatemalteco Augusto Monterroso
“El dinosaurio” como “el cuento más breve”, de tan solo siete palabras: “Cuando
despertó, el dinosaurio todavía seguía allí”).
Sus temáticas forman un amplio
abanico y es común encontrar la particularidad de un desenlace inesperado, que muchas
veces toma la forma de una ironía.
Entre los autores se encontraban algunos
grandes nombres del género de nuestro país, como Ana Maria Shua, Raúl Brasca, Juan
Jose Panno, Juan Romagnoli, y Roberto Perinelli. También participaron René
Avilés Fabila, de México; Guillermo Bustamante Zamudio, de Colombia; Julio
Estefan y Norah Scarpa Filsinger de Tucumán; David Slodky de Salta, Eduardo Gotthelf
de Neuquén y Sandra Bianchi, Fabian Vique, Martín Gardella, Giselle Aronson,
Ana Paruolo, Eugenio Mandrini y Laura Nicastro como representantes locales.
Luego de una breve (como
corresponde) presentación biográfica, comenzaron un carrusel de lectura de
algunos de sus escritos. Fueron mesas de cuatro personas, en las que cada autor
leía uno o dos cuentos hasta completar algunas vueltas y dar lugar a la mesa
siguiente.
Tres modalidades predominaron: lo
cómico, el terror y lo romántico y en varios relatos se encontraba el recurso
llamado “mise en abyme”, o “puesta en abismo”, donde una narración queda entramada
dentro de otra, procedimiento que parece resultar ideal para éste género.
Lo que resultó una agradable y
estimulante jornada finalizó con una exposición en la que fue posible obtener
algunos ejemplares y que los presentes intercambiaran libros y comentarios.
He aquí algunos de los relatos:
HERMANOS
Raúl Brasca
Cuando la coexistencia se les hizo
insostenible, dos hermanos muy competitivos llegaron a un acuerdo tácito pero
inquebrantable: aquello en lo que uno de ellos triunfara quedaría vedado para
el otro; eso evitaría toda comparación entre ambos. Más que un alivio, el pacto
resultó una condena.
En la carrera por apropiarse de los
triunfos más gratificantes y las privaciones menos penosas, el que mostró
primero ser más inteligente relegó al otro a la estolidez y los trabajos rudos.
Consecuentemente, cuando el bruto aunque apuesto ganó con las mujeres, el
intelectual tuvo que inclinarse por los hombres. Pero replicó haciéndose muy
rico, con lo que obligó al hermano a equivocarse en los negocios y arruinarse.
No previó que tanta miseria haría que su rival deseara morir hasta lograrlo y
que con ello le escamotearía el triunfo. Achacoso y cubierto de años, soporta
aún la ruina de su cuerpo mientras clama por una muerte prohibida.
Consejos para plantas desconcertadas
Ana María Shua
Si ves a una buganvilla sonámbula
dando su habitual paseo nocturno por la veranda, sabrás que ese sonido sordo y
lejano es el rugido de un tigre, que un criado moreno usará la palabra Sahib,
que tus raíces están tan desnudas como las de la buganvilla, y que es
preferible para las dos, ante el riesgo de morir desgajadas, seguir durmiendo.
Por falta de pruebas
Ana María Shua
Saltos enormes, de veinte o treinta
metros de largo en los que me elevo por encima de las copas de los árboles y
sin embargo son solo eso, saltos: la prueba cruel de que no levanto vuelo.
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