El
martes 14 de abril, en el Centro Descartes, espacio brindado por la Fundación
Descartes, se realizó la presentación de los libros Ficciones desmedidas de Rosalba Campra y Microcósmicas de Esther Andradi, editados por Macedonia Ediciones,
editorial a cargo de Fabián Vique. El
evento tuvo como presentadores a Raúl Brasca, escritor, antólogo, uno de los
principales impulsores del género y a Sandra Bianchi crítica, editora,
escritora y también responsable de la difusión del género.
La celebración
de la incorporación al universo de la microficción –aunque como dijo Rosalba
Campra, algunos de sus textos excedían el límite y según mi opinión muy
acertado el título Ficciones desmedidas- de
dos nuevos libros, contó con la presencia de reconocidos escritores, artistas
plásticos, críticos, periodistas y público en general quienes disfrutaron tanto
de las presentaciones como de las lecturas en la voz de las autoras.
El salón
estaba colmado y la atención de los presentes se vio interrumpida por la risa
que provocaban algunos textos y por los aplausos entusiastas ante la presencia
del sutil despliegue de las palabras y del ingenioso y delicado ajuste que
implica narrar en un espacio tan acotado.
Esther Andradi, bromeó con el nombre del Centro Descartes, comparándolo
con la tarea del escritor que debe limitarse a un mínimo de palabras y entonces
se ve obligado a “descartar” palabras para encuadrarse en un formato que
exacerba aquello de la “economía del lenguaje”.
Las dos
escritoras –dos perlas, como se refirió a ellas Sandra Bianchi- nacieron en
Argentina y viven: Rosalba en Roma y Esther en Berlín, sin embargo, siguen
escribiendo en su lengua madre y ejerciendo la tarea de investigación en la
lengua propia y en la de los países donde viven.
Sobre las autoras:
Rosalba Campra nació en Jesús María, en la
provincia de Córdoba, República Argentina, donde se licenció en Letras. En
Francia siguió cursos de especialización en la universidad de Nancy y en Paris
VIII. Se trasladó luego a Italia, doctorándose en la universidad de Roma La
Sapienza. En su carrera docente y de investigación como catedrática de
Literatura
Hispanoamericana en la universidad de Roma se ha dedicado en particular a la
comparatística y la teoría literaria (con especial referencia a
Hispanoamérica): la literatura fantástica, el uso del material histórico en los
textos de ficción, la representación del espacio en literatura, la elaboración
de categorías críticas en América Latina a partir de la Independencia, etc. Entre sus ensayos se cuentan La selva en el damero. Espacio literario y
espacio urbano en América Latina (coord., 1989), “Como con bronca y junando”... La
retórica del tango
(1996), América Latina: la identidad y la
máscara (2da ed. en español 1998),
Territorios de la ficción. Lo
fantástico (2008), Cortázar para
cómplices (2009), Travesías de la
literatura gauchesca. De Concolorcorvo a Fontanarrosa (2012), Itinerarios en la crítica hispanoamericana
(2014). Forman parte de su obra de ficción las novelas Los años del arcángel
(1998), Las puertas de Casiopea (2012);
los libros de relatos Formas de la
memoria (1989), Herencias (2002),
Ciudades para errantes (2007), Ella contaba cuentos chinos (2008; en
Argentina publicado bajo el título Cuentos
del cuchillo de jade, 2010); Mínima
Mitológica (2011) y textos publicados en revistas y antologías en Europa,
América Latina y U.S.A. De más difícil clasificación resultan sus libros-objeto
y otras obras en las que se superponen la escritura ficcional y la imagen, como
en el caso de los libros de artista Constancias
(1997), The book of Labyrinths
(2008), Moradas de los Mayores
(2012).
Esther Andradi nació en Ataliva, un pequeño
pueblo de la pampa santafesina, ejerció el periodismo durante largos años,
residió en diferentes países, y actualmente vive en Berlín y Buenos Aires.
Ha publicado
testimonio, cuento, microficción, ensayo, poesía y novela. Sus relatos figuran
en numerosas antologías en diversos idiomas, recientemente al islandés.
Es autora de las novelas Tanta Vida, Sobre
Vivientes y Berlín es un cuento. Tradujo la
poesía de May Ayim al español.
Editó, entre otras, la antología Vivir
en otra lengua, y es compiladora, junto con Sandra Bianchi, de Cartón Lleno. Breve
muestra de la minificción en Argentina.
Sus ensayos sobre cultura,
migración y memoria circulan en diferentes medios de América Latina y Europa.
Acaba de editarse en España Mi Berlín. Crónicas de una ciudad mutante, una selección de sus artículos publicados a
lo largo de los años en distintos países, registrando los cambios en la vida cotidiana
de esa ciudad antes, durante y después de la caída del muro.
Sobre los libros
Microcósmicas
El libro está
articulado como una partitura que desde el Allegro
ma non tropo, Andante furioso, Rallentando, Vivace y Fine va llevando al
lector hacia el terreno de la intertextualidad, en movimientos que sorprenden y
obligan a pensar, a veces desacompasadamente.
Elijo una
parte, “Vivace” en la que Ester Andradi nos presenta un universo de animales y bichos que
raramente habrían sido elegidos como protagonistas: una ladilla en diálogo con
su hija, un salmón fofo resignado a la
vida cómoda, la salmonella que se describe rebelde, o los virus en una “Internacional
virósica”, que bien podría ser cantada.
Todos ellos obligan al lector a salirse del texto y resignificar lo ya
sabido. Artilugios de la magia de contar, ya anunciado en el título que dialoga
con las Cosmicómicas de Ítalo Calvino
y plantea un juego errático de referencias que transforma lo cotidiano en
literario. ¿Meterse con el caos como anuncia en “Axioma doméstico”, será acaso
la tarea de escribir?
Ficciones desmedidas
El libro está
dividido en siete partes: Visitas
guiadas, Díptico del Centauro, Convites, Gajes del oficio, Sobre el libre
albedrío, Naufragios, Despedidas. Con una exquisita selección de palabras
se describe objetos que el lector va desarmando y hace como si los estuviera
viendo. En ese “como si” se instala la
ficción que le permite a Rosalba Campra enlazar vínculos con la evocación, las
otras lecturas, los rizos de una mirada y de una temporalidad que habla de la
multiplicidad, en la alusión al cine, ya que decir Marienbad, Karlovy Vary o el
hotel en Budapest nos transporta a ese otro arte, en Una vez más. Si las ciudades
pueden quedarse para siempre en las palabras de quien sepa hacer algo con ellas
como se propone en La ciudad más
duradera, entonces podemos aventurar que ese “saber hacer” es el lugar por
el que se desplaza la estrategia narrativa de la escritora, muy cercana a la poesía.
Ana M.Paruolo
Coordinadora del evento
1 comentario:
Gracias querida Ana M. Paruolo!
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