I- Jaspers
La discusión acerca del significado de las clases clínicas en psiquiatría puede remontarse a Jaspers, quien propuso un esquema de tres grupos clínicos, con otros tantos subgrupos. De acuerdo a sus posibilidades diagnósticas estos grupos se dividen en:
a-aquellos en los que el diagnóstico es necesario (enfermedades orgánicas con síntomas psiquiátricos secundarios);
b-aquellos en los que el diagnóstico diferencial es difícil o poco probable (las locuras kraepelinianas propiamente dichas);
c-aquellos en que el diagnóstico es prácticamente imposible (que es el grupo constituido por todo lo demás: neurosis, caracteropatias, perversiones, reacciones vivenciales anormales, etc)
¿Qué sentido tienen los grupos clínicos? ¿Alcanza con conocer las definiciones abstractas? No, para conocer el sentido de los grupos o “círculos” (como los llamaba Jaspers) es necesario acercarse a saber “...cómo han nacido histórica y científicamente” y cuáles fueron los principios que rigieron las agrupaciones sintomáticas.
II- Enfoques
Propongo aquí como respuestas a la pregunta que nos convoca- las psicosis ordinarias ¿son una categoría de actualidad?-dos enfoques:
a)-el de la investigación psicopatológica:
i- tendencias actuales en perspectivas clasificatorias en psicopatología;
ii- explicaciones extraídas del estudio de casos particulares.
b)-el de la investigación del método psicoanalítico mismo, que es todo aquello que concierne a la teoría de su práctica.
Queda por discutir dónde ubicaríamos la cuestión del sinthome: ¿como problema de la psicopatología o como problema de la práctica analítica?
Entonces: el estudio de la psicosis ordinaria ¿debe ser considerada como una extensión del campo de la psicosis o como una revisión del método?
III- Algunos desarrollos sobre la psicosis ordinaria
En enero de 2003, Maleval dicta un curso de 2 clases titulado “Elementos para una aprehensión clínica de la psicosis ordinaria” (ELEMENTS POUR UNE APPREHENSION CLINIQUE DE LA PSYCHOSE ORDINAIRE (18 y 19 de febrero de 2003), que se encuentra on line)
Dice en su resumen que:
-el discernimiento de la estructura es uno de las mayores objetivos de las entrevistas preliminares; que ello condiciona de manera decisiva la conducción de la cura; que hoy los analistas se encuentran frente a demandas de sujetos para los que se plantea un funcionamiento psicótico pero que no presentan alucinaciones, delirios ni estados melancólicos; que el tema se volvió objeto de atención de los analistas a partir de la publicación de La psicosis ordinaria en 1998; la clínica de la psicosis ordinaria participa de la misma estructura que la de la psicosis clínica excepto por la discreción de sus manifestaciones y sus modos originales de estabilización; se investigarán algunos aspectos vinculados con la especificidad del aflojamiento del nudo de la estructura subjetiva.
Según Maleval, estas supuestamente nuevas presentaciones obedecerían a una forclusión del nombre del padre, concepto que finalmente, entiendo, tendría que dar cuenta de una enorme diversidad de problemas clínicos.
Así, la psicosis de síntomas discretos o atípicos, se nos presenta en contraposición con los clásicos ejemplos de Freud y de Lacan. En ellos la psicosis se investiga a partir de síntomas patentes: alucinaciones auditivas; gran metáfora delirante; trastornos del lenguaje (donde Lacan siempre incluyó los delirios). La cuestión del padre se deduce allí de una descripción tomada de las interpretaciones delirantes del desencadenamiento o de la evolución del delirio mismo.
Así como Maleval, en el curso de referencia, usa el concepto de forclusión restringido al del nombre del padre, Miller, en cambio, propone una generalización de la forclusión (que llama forclusión generalizada). Miller extrae lo que la psicosis enseña acerca del rechazo, desplazando el punto de mira de la forclusión del nombre del padre a la del rechazo de lo simbólico en lo real- esa es su idea básica de forclusión generalizada y fundamento de su noción de sinthome. A partir de estas elucubraciones Miller – sobre todo en La psicosis ordinaria – no es claro cuando se trata de dejar establecido si es legítimo o no delimitar una frontera entre neurosis y psicosis. Pero cuando Miller, fundado en la idea de forclusión generalizada, parece decir que todo el mundo delira y que, por lo tanto, todo trastorno es psicosis ordinaria, él comparte con Maleval el vicio de la expansión excesiva de un nombre de clase psicoapatológica: psicosis.
IV- Interpretación
Llegados a este punto podemos comparar la situación interna al Campo Freudiano con la de la IPA en los años ’50. En 1955 Lacan escribe “Variantes de la cura tipo”. G. García (2007) en Fundamentos de la clínica analítica comenta y explica cómo ese escrito trata sobre las variaciones históricas de la práctica psicoanalítica y sus intentos de validación fuera de la IPA. En su texto Lacan propone revisar el método psicoanalítico atendiendo especialmente al problema de la interpretación.
Los analistas de la psicología del yo, en cambio, preocupados por la falta de eficacia de las intervenciones analíticas y ante el problema de la refractariedad al tratamiento proponen revisar la psicopatología. Este enfoque ontologizante dio origen y consistencia al diagnóstico de borderline que llegará hasta su naturalización, es decir que terminó siendo concebido como una clase natural. Así, lo que primero fue un problema de la práctica que debía hacer volver a pensar la dirección de la cura en tanto saber hacer con la interpretación, quedó luego plasmado como esencia de una nueva clase de patología, a la que hoy el psicoanálisis cognitivo- como el de Fonagy- busca una explicación de su naturaleza...biológica.
V-Conclusiones
A pesar de las advertencias en contrario (i.e. “psicosis ordinaria es el nombre de un programa de investigación”), “psicosis ordinaria” se usa como una categoría clínica, que no es más que nombre puesto de moda dentro del Campo Freudiano.
Este nombre, como casi todas las categorías clínicas en psicopatología, no designa ninguna ontología, ni ninguna esencia.
El nombre psicosis ordinaria tiene, además, la desventaja de volver demasiado abarcativo el diagnóstico de psicosis, de cuyos efectos performativos negativos ya estamos bien advertidos.
Diez años después de las jornadas de 1998 en Antibes, donde se puso en circulación el término psicosis ordinaria, considero que los criterios y conceptos tradicionales para concebir la psicosis siguen siendo sustentables (Me refiero a “Cuestión preliminar” en tanto relectura lacaniana de Schreber).
La discusión acerca del significado de las clases clínicas en psiquiatría puede remontarse a Jaspers, quien propuso un esquema de tres grupos clínicos, con otros tantos subgrupos. De acuerdo a sus posibilidades diagnósticas estos grupos se dividen en:
a-aquellos en los que el diagnóstico es necesario (enfermedades orgánicas con síntomas psiquiátricos secundarios);
b-aquellos en los que el diagnóstico diferencial es difícil o poco probable (las locuras kraepelinianas propiamente dichas);
c-aquellos en que el diagnóstico es prácticamente imposible (que es el grupo constituido por todo lo demás: neurosis, caracteropatias, perversiones, reacciones vivenciales anormales, etc)
¿Qué sentido tienen los grupos clínicos? ¿Alcanza con conocer las definiciones abstractas? No, para conocer el sentido de los grupos o “círculos” (como los llamaba Jaspers) es necesario acercarse a saber “...cómo han nacido histórica y científicamente” y cuáles fueron los principios que rigieron las agrupaciones sintomáticas.
II- Enfoques
Propongo aquí como respuestas a la pregunta que nos convoca- las psicosis ordinarias ¿son una categoría de actualidad?-dos enfoques:
a)-el de la investigación psicopatológica:
i- tendencias actuales en perspectivas clasificatorias en psicopatología;
ii- explicaciones extraídas del estudio de casos particulares.
b)-el de la investigación del método psicoanalítico mismo, que es todo aquello que concierne a la teoría de su práctica.
Queda por discutir dónde ubicaríamos la cuestión del sinthome: ¿como problema de la psicopatología o como problema de la práctica analítica?
Entonces: el estudio de la psicosis ordinaria ¿debe ser considerada como una extensión del campo de la psicosis o como una revisión del método?
III- Algunos desarrollos sobre la psicosis ordinaria
En enero de 2003, Maleval dicta un curso de 2 clases titulado “Elementos para una aprehensión clínica de la psicosis ordinaria” (ELEMENTS POUR UNE APPREHENSION CLINIQUE DE LA PSYCHOSE ORDINAIRE (18 y 19 de febrero de 2003), que se encuentra on line)
Dice en su resumen que:
-el discernimiento de la estructura es uno de las mayores objetivos de las entrevistas preliminares; que ello condiciona de manera decisiva la conducción de la cura; que hoy los analistas se encuentran frente a demandas de sujetos para los que se plantea un funcionamiento psicótico pero que no presentan alucinaciones, delirios ni estados melancólicos; que el tema se volvió objeto de atención de los analistas a partir de la publicación de La psicosis ordinaria en 1998; la clínica de la psicosis ordinaria participa de la misma estructura que la de la psicosis clínica excepto por la discreción de sus manifestaciones y sus modos originales de estabilización; se investigarán algunos aspectos vinculados con la especificidad del aflojamiento del nudo de la estructura subjetiva.
Según Maleval, estas supuestamente nuevas presentaciones obedecerían a una forclusión del nombre del padre, concepto que finalmente, entiendo, tendría que dar cuenta de una enorme diversidad de problemas clínicos.
Así, la psicosis de síntomas discretos o atípicos, se nos presenta en contraposición con los clásicos ejemplos de Freud y de Lacan. En ellos la psicosis se investiga a partir de síntomas patentes: alucinaciones auditivas; gran metáfora delirante; trastornos del lenguaje (donde Lacan siempre incluyó los delirios). La cuestión del padre se deduce allí de una descripción tomada de las interpretaciones delirantes del desencadenamiento o de la evolución del delirio mismo.
Así como Maleval, en el curso de referencia, usa el concepto de forclusión restringido al del nombre del padre, Miller, en cambio, propone una generalización de la forclusión (que llama forclusión generalizada). Miller extrae lo que la psicosis enseña acerca del rechazo, desplazando el punto de mira de la forclusión del nombre del padre a la del rechazo de lo simbólico en lo real- esa es su idea básica de forclusión generalizada y fundamento de su noción de sinthome. A partir de estas elucubraciones Miller – sobre todo en La psicosis ordinaria – no es claro cuando se trata de dejar establecido si es legítimo o no delimitar una frontera entre neurosis y psicosis. Pero cuando Miller, fundado en la idea de forclusión generalizada, parece decir que todo el mundo delira y que, por lo tanto, todo trastorno es psicosis ordinaria, él comparte con Maleval el vicio de la expansión excesiva de un nombre de clase psicoapatológica: psicosis.
IV- Interpretación
Llegados a este punto podemos comparar la situación interna al Campo Freudiano con la de la IPA en los años ’50. En 1955 Lacan escribe “Variantes de la cura tipo”. G. García (2007) en Fundamentos de la clínica analítica comenta y explica cómo ese escrito trata sobre las variaciones históricas de la práctica psicoanalítica y sus intentos de validación fuera de la IPA. En su texto Lacan propone revisar el método psicoanalítico atendiendo especialmente al problema de la interpretación.
Los analistas de la psicología del yo, en cambio, preocupados por la falta de eficacia de las intervenciones analíticas y ante el problema de la refractariedad al tratamiento proponen revisar la psicopatología. Este enfoque ontologizante dio origen y consistencia al diagnóstico de borderline que llegará hasta su naturalización, es decir que terminó siendo concebido como una clase natural. Así, lo que primero fue un problema de la práctica que debía hacer volver a pensar la dirección de la cura en tanto saber hacer con la interpretación, quedó luego plasmado como esencia de una nueva clase de patología, a la que hoy el psicoanálisis cognitivo- como el de Fonagy- busca una explicación de su naturaleza...biológica.
V-Conclusiones
A pesar de las advertencias en contrario (i.e. “psicosis ordinaria es el nombre de un programa de investigación”), “psicosis ordinaria” se usa como una categoría clínica, que no es más que nombre puesto de moda dentro del Campo Freudiano.
Este nombre, como casi todas las categorías clínicas en psicopatología, no designa ninguna ontología, ni ninguna esencia.
El nombre psicosis ordinaria tiene, además, la desventaja de volver demasiado abarcativo el diagnóstico de psicosis, de cuyos efectos performativos negativos ya estamos bien advertidos.
Diez años después de las jornadas de 1998 en Antibes, donde se puso en circulación el término psicosis ordinaria, considero que los criterios y conceptos tradicionales para concebir la psicosis siguen siendo sustentables (Me refiero a “Cuestión preliminar” en tanto relectura lacaniana de Schreber).
Elena Levy Yeyati
julio de 2008.
julio de 2008.
* El presente texto fue leído en la presentación del libro Psicosis Actuales E. Vaschetto (compilador), Buenos Aires: Grama ediciones, 2008, realizado en el Centro Descartes en julio del mismo año.
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