Cultura - Télam: Entrevista a Germán García por Pablo E. Chacón
“Las dos grandes
orientaciones de nuestra cultura -la totalidad y el camino- ya no tienen
vigencia”
En Derivas analíticas del siglo. Ensayos y errores,
el psicoanalista y escritor Germán
García compone un cuadro de algunas herencias que el
psicoanálisis de este siglo recibe del anterior, susceptibles de armar y
desarmar (como sucede con un troquel) una perspectiva donde esa práctica se
imbrica con la literatura y la filosofía sin confundirse con el discurso
universitario.

García
Esta es la conversación que sostuvo con Télam.
T : Derivas... se abre con unas palabras sobre el milenio que traen a este lector algún eco de las proposiciones de Italo Calvino. Pero no importa tanto eso sino saber qué es posible pensar sobre este milenio desde la perspectiva de la orientación lacaniana.
GG : Desde hace tiempo me interesé en la insistencia de Jacques Lacan de que habría que traducir Triebe (derivas). Ya en 1973 dice que Trieb se traduce bastante bien en inglés por drive y en francés por dérive. Con el tiempo y con la ayuda de Dolores Amden encontré cinco o seis referencias a esa palabra en distintas fechas. Por ejemplo, en el seminario 7, en el 20, en el 23 y en Escritosen 1960, en Subversión del sujeto…. Por su parte, Sigmund Freud dice que Trieb es una palabra que otras lenguas enviarían a la lengua alemana.
En cuanto a la referencia a Italo Calvino, como bien te diste cuenta, hay una alusión sin otro sentido que
En cuanto a la orientación lacaniana me parece que hablar de derivas supone que sería arriesgado imaginar que además de orientarse cada uno en el lacanismo existiría alguna orientación del conjunto. Poner de relieve el objeto aes una manera de subrayar que las dos grandes orientaciones de nuestra cultura – la totalidad y el camino – ya no tienen vigencia.
T : Se ha dicho que es un libro de afinidades electivas y que cultiva cierto gusto por el psicoanálisis. Como sea, desconozco algún libro tuyo donde no aparezcan afinidades electivas y el gusto por el psicoanálisis. Entonces, ¿por qué, y desde cuando tu interés por la figura de Alexander Kojeve, y qué singularidad encontrás en sus escritos?
G : Hace muchos años que publiqué a Kojeve en la revista Descartes y luego en un librito bajo el título El emperador
T : Terapias milagrosas. ¿Cómo entender la extensión de las mismas, si se logra entender que las mismas no son un sustituto de la religión? ¿O también son un sustituto de la religión?
G : La ironía sobre las terapias milagrosas es una manera de llamar la atención de la función de placebo que tiene cualquier operación simbólica que incida sobre un imaginario colectivo. Por supuesto que las ciencias cognitivas no sustituyen a la religión, tampoco la sustituye el psicoanálisis. En un caso como en otro se trata de la dimensión del sujeto enfocado de manera diferente. Para las ciencias cognitivas se trata de develar el funcionamiento del cerebro en su generalidad, para el psicoanálisis se trata de la singularidad y de una posición diferente en relación al lenguaje.
T : Cuando hacés entrar a Tristan Tzara, no creo (yo no creo) que sea para contraponer su figura con
G : Me interesa llamar la atención sobre Tristan Tzara y el Dadaísmo como diferente de André Breton y el surrealismo. Elizabeth Roudinesco ha mistificado el surrealismo para ponerlo al servicio del psicoanálisis cuando es evidente que no se trata de nada de eso. A la inversa, Benjamín Fondane, en una conferencia dictada en Buenos Aires en 1929 sobre lo que llama Films puros, explica de qué manera el dadaísmo estaba en relación al psicoanálisis en un momento en el que los surrealistas jugaban con el espiritismo. Es un problema de historia de
T
G : No se me había ocurrido pero es una buena observación tuya que voy a tener en cuenta. Bataille y Masotta parecen tener algo en común pero no sé si Lacan y Kojeve.
T : ¿Cuál es ese gusto por la época, el tuyo, que excede al psicoanálisis pero que no deja de insistir por su medio para componer un libro, incluso de política del psicoanálisis, sin nombrar explícitamente ese sintagma?
G : De alguna manera todo comienza y termina en la literatura: no olvidemos que Jacques Lacan comienza su Escritos con Edgar Allan Poe y casi al final de sus seminarios se dedica a James Joyce. Y no hablemos de la importancia de la literatura en Freud. Y la paradoja del gusto de la época es que la literatura y el psicoanálisis no tienen nada que decirse. Me refiero a los programas disciplinarios, ya que cada uno puede encontrarle la vuelta a la relación entre estos temas.
2 de septiembre 2015
versión original: http://www.telam.com.ar/notas/201509/118513-las-dos-grandes-orientaciones-de-nuestra-cultura--la-totalidad-y-el-camino--ya-no-tienen-vigencia.html
Gombrowicz o la pasión de ser joven. Actualidad del psicoanálisis en la cultura
Algunos destellos
"Edison se olvidó de regular su desarreglo. Aragón, Borges, Gombrowicz son ingenieros de otra fuerza: vean cómo ponen su grano de arena"
J.-A.
Miller
“Adulto-
¿No eres muy joven para realizar esa tarea?
Phineas- Si, si lo soy.”
Serie animada Disney Channel Phineas and Ferb.
Phineas- Si, si lo soy.”
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La ciudad de Córdoba estuvo buena en Agosto. Diferentes intervenciones
culturales hicieron mella en el público y tuvieron repercusiones a nivel
nacional. La muestra #Sinlímite567 de la artista Dolores
Cáceres en el Museo Caraffa inquietó a algunas Redacciones de los grandes
medios, especialmente al principal medio cordobés. Sin pretensiones de
originalidad, en el centro del clásico museo cordobés, montó un dispositivo
donde se instala un vacío. Al violentar cierta rutina del significado este
dispositivo despierta el interés del analista: ¿se logrará avivar alguna chispa
en los psicoanalistas?
A contraluz de la ronda de los helicópteros oficiales que cuidan la seguridad,
unas formas inhabituales comenzaron a deslizarse en distintas superficies de
nuestra ciudad. Así, como si fuera una peste de película apocalíptica o la
mismísima encarnación de la laminilla lacaniana, esa noche, imprimiendo un tono
inusitado a una ciudad atenta a los comicios electorales, aparecieron consignas
del tipo: Aguante la inmadurez!, Cuculeito o Malaxación, entre otras, todas
ellas extraídas de la novela de Witold Gombrowicz, Ferdydurke.
En la Apertura del Coloquio César Mazza largó la partida con unas palabras de
Gombrowicz, “¿Por qué no es permitido a cada uno engendrar una novela más sobre
el amor o denunciar con el corazón vehementemente torturado alguna injusticia
social, transformándose en un Luchador del Pueblo? (…) Ah!, qué satisfacción;
sufrir y torturarse, sacrificar y quemarse en el altar, mas siempre en las
alturas, dentro de categorías tan sublimadas, tan adultas! Satisfacción para sí
mismo y también para los demás: realizar su propia expansión a través de
milenarias instituciones culturales (…). Pero yo era –¡ay de mí!- un
adolescente y la adolescencia era mí única institución cultural”. Para luego
señalar que la acción de los jóvenes en el Programa psicoanálisis en la
cultura se traza, precisamente, en la perspectiva de lo citado. Antes
que candidaturas eternas, las intervenciones en la cultura, generan condiciones
de enunciación.
La presencia de N. Hochman y el intercambio con el escritor A. Oviedo en la
primera mesa de disertación ya marcaba un ritmo y un clima: no iban a haber
concesiones forzadas ni imposturas jerárquicas. Le siguió una mesa donde jóvenes
practicantes del psicoanálisis se metieron en la obra del polaco para encontrar
analogías y divergencias con Jaques Lacan. En el cruce entre estos dos
discursos, la frescura y el desenfado es una muestra contundente de la
elaboración destilada en ese cruce. Ana Cascos Méndez ubicó un título
excepcional, “Malaxación en Ferdydurke”. Fue catalogado como uno de los títulos
más ferdydurkenaos y por lo tanto más condimentado del humor en el Coloquio.
Gabriel Pantoja ubicó que era posible, si algún lector se atrevía hacerlo, leer
“El estadio del espejo…” de Jacques Lacan con la obra Ferdydurke en
mano. Fernando Tarragó revisitó la propuesta de la lógica colectiva de la
Escuela de Lacan con enunciados sobre la juventud. Esa mesa contó con la
interlocución de Hochman quien resaltó que nunca se había imaginado tantas
situaciones comparables entre el polaco y el francés: ambos se rodearon de
jóvenes, ambos no fueron muy bien recibidos por los cánones imperantes, a ambos
no se los lee… “¿Qué hacemos con Gombrowicz?” fue la mesa que inicia el segundo
día con las intervenciones de Alicia Larramendy y de César Mazza. En la mesa
que siguió las intervenciones de Carlos Schilling y Juan Conforte dieron en el
clavo con el tono de las jornadas: Cosmos fue leída en clave
Gombrowicz. Hasta se llegó a decir que si Ferdydurke aclaraba el
estadio del espejo, Cosmos aclaraba el Seminario 3 de Lacan.
La intervención del Grupo Las O cerró las jornadas con una
impactante puesta en acto de los juegos con la voz y la capacidad de resonancia
del cuerpo y la palabra por fuera del sentido. Las O intervienen
una obra de Berberian, compuesta para solista, en un juego en el espacio con un
coro que replica, contradice, imita, con entradas y salidas de los códigos
formales. Toman la cita de Gombrowicz cuanto más nos alejamos de la
Forma, más nos sometemos a su poder. Misteriosas contradicciones para
jugar con los contrastes entre la formación académica y las deformaciones
en las voces y los cuerpos. El humor, la ironía en dialogo con la partitura
configuran una superficie mutante. Entre las partituras, solista y coro se
rehace un lugar para una experiencia de “danzada cantada”.
Desde ya, como toda marea, las olas siguen llegando y expandiéndose a lugares
insospechados, entre otras noticias nos llegaron comentarios de Jujuy por
Alejandro López y la presencia de Gombrowicz en la revista El
prismático. Psicoanálisis y cultura y de Nora Yamagusuku que decidió
iniciar una intervención en un Hospital de la ciudad con un recorte de Diario
Argentino que dice así: “Hace aproximadamente un año me ocurrió lo
siguiente: Entré en el baño de un café de la calle Callao...en las paredes
había dibujos e inscripciones. Pero aquel deseo delirante nunca me hubiera
atravesado como un aguijón envenenado de no haber palpado por azar un lápiz en
mi bolsillo. Un lápiz de color.
Encerrado, aislado, con la seguridad de que nadie me veía, en una especie de
intimidad... El murmullo del agua que me susurraba: Hazlo, hazlo, hazlo, saqué
el lápiz. Moje la punta con saliva. Escribí algo en la pared, en la parte
superior para que fuera más difícil borrarlo, escribí en español algo, ¡Bah! ,
completamente anodino, del género de: ´señores y señoras tenga la bondad de...´
Guardé el lápiz. Abrí la puerta. Atravesé el café y me mezcle entre la multitud
de la calle. Allá quedo el escrito.
Desde entonces vivo con la conciencia de que mi escrito esta allá.
Dudaba si tenía que confesarlo. Vacilaba no por razones de prestigio sino
porque la palabra escrita no debe servir para la publicación de ciertas
manías... Y sin embargo no voy a ocultarlo: Nunca soñé siquiera que aquello
podía resultar tan...fascinante. Apenas si puedo reprimir el remordimiento por
haber malgastado tantos años de mi vida sin haber conocido una voluptuosidad
tan barata y desprovista de todo
riesgo. Hay algo raro y embriagador en ello...que posiblemente proviene de la
terrible evidencia del escrito que está allá en la pared unido al absoluto
secreto de su autor, al que es imposible descubrir. Debo añadir también que
esto no se ajusta por completo al nivel de mi creación”.
Quizás algo de lo fascinante de esa escritura, que supuestamente no tenía que
servir para la publicación de nuestras manías, no se ajusta a su nivel de
creación. Pero cuando esas manías ya no son más de uno y pasan a ser del
público, de la fascinación se pasa a la satisfacción, a un goce que se expande
como una marea y que resuena en los más inverosímiles lugares y momentos. Con
esto sí W. G. estaría de acuerdo, ya que, como lo supo decir: “no se trata de
que el artista no tenga complejos, sino de que sepa transformar el complejo en
un valor cultural”.
Comité de Redacción de www.sinthomaycultura.com
Programa Psicoanálisis en la
cultura-CIEC
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