“Todos mis amigos posteriores han
constituido y constituyen, en cierto sentido, encarnaciones de esta figura de
mi infantil compañero y fantasmales reapariciones de la misma (revenants)” S. Freud, La interpretación de los sueños.
Sigmund
Freud es el primer lector por antonomasia de La interpretación de los sueños. Tal
vez extrañado del resultado de su propia creación, el autor confiesa a su
interlocutor privilegiado de entonces, el impacto de su escrito:
Confesión
que resuena en la afirmación de Sthéfane Mallarme: el escritor es el primer
lector de su propia obra. La
interpretación... se publica en 1900 y su incidencia en la subjetividad
contemporánea aún tiene efectos incalculables e imprevistos que no dejan de
transformar la manera de leer. No se puede impugnar la violencia qué aún tiene
esta novedad. El mismo Freud se extraña de su producción, puesto que la manera
de leer se conmueve en virtud de su descubrimiento. Esa extrañeza es la que se
despierta en el funcionamiento del inconsciente y la retórica que Freud va
encontrando en los sueños. La escritura de Freud, comenta Jean-Claude Milner,
se permite jugar con la lengua alemana. Esto implica imponerle reglas que no
están en su rutina, en su cristalización y por supuesto que no encajan ni en un
ideal de perfección ni en un ideal de cientificidad positivista. Entonces ese
estilo, de frases retorcidas y de giros indirectos, se fuerza con la vivacidad
de la experiencia que Freud estaba forjando: la práctica analítica. Los
conceptos psicoanalíticos no son meras especulaciones teóricas sino que se
deben a la invención de un discurso inédito en la cultura, el psicoanálisis,
cuya existencia dependerá de la figura del analista.
Carta va

El destino de una carta SOLO DISECA LA FE
DE FALACES IDOLOS

Casi
como en el relato que el soñante hace del sueño a ese extraño interlocutor que
llamamos analista, el escritor envía una carta al inventor del psicoanálisis.
¿Para hacer notar que su literatura tiene mucho que ver con ese nuevo discurso?
Lo cierto es que Juan Filloy se constituye en uno de los lectores pioneros de
la Obra Magna de Sigmund Freud ¿cómo sino entender ese acto de corresponder a
Freud con su deseo? Retorno del mensaje en forma invertida, Freud al responder
impacta en el regocijo del escritor.
El
lector analista toma las palabras que escucha de su analizante tal como Filloy
ensaya sus frases palindromáticas. “Las palabras pareciera que esperasen a
quienes, en una mayéutica formal, las alumbraran, para conducirlas por sendas
metodológicas hacia revelaciones inéditas”.
Estas
formas verbales creadas por Filloy son como sueños, lapsus y síntomas, las revenants impuras y retorcidas que
pueden retornar sin ningún cálculo utilitario. Tal vez algún vienés decidido al Otium, arrendatario de un deseo
inédito, el deseo de analizar, pueda transformarse en su destinatario.
Texto publicado en Deodoro, gaceta de crítica y cultura, UNC,
Córdoba enero 2016
Bibliografía
Mónica
Ambort. “Juan Filloy. El Escritor escondido”. Ed. Aguilar, Buenos Aires, 2002.
Germán García. “El psicoanálisis dicho de otra manera”. Ed Pre-textos,
Valencia, 1980.
Milner,
Jean-Claude “Claridad de todo. De Lacan a Marx, de Aristóteles a Mao”. Ed.
Manantial, Bs. As., 2012.
Biblioteca central de la UNRC Reportaje en http://juanfilloy.bib.unrc.edu.ar/Filloy_repin-dex.php