Hoy me toca a mí tomar la palabra
aunque, como dice Descombes, no siempre tomar la palabra implica tener algo
para decir. El tema que del que voy a hablar es sobre el conocido aforismo, el
inconsciente está estructurado como un lenguaje. Tomar ese tema que como
sabemos es clásico, viejo, implica referirse a un tema que en algunos casos
parece trillado. Entonces mi interés ha sido plantearme cómo hacer para decir
algo distinto, que sea alguna novedad para ustedes, dado que casi todos han
escuchado alguna vez este aforismo de Lacan. Entonces a mí se me ocurrió que
podría presentar los diferentes momentos en el que ese aforismo ha ido
apareciendo en la
lengua Argentina , ya que ahora estamos con la nueva
investigación sobre la importación de los modelos culturales, el caso del
psicoanálisis. Esa es una posibilidad. No voy a hablar del ultimísimo Lacan,
aunque sí lo tomaré, en el sentido que refiere a él Miller en el capítulo 14
del ultimísimo Lacan, que se llama la materialización.
Otra posibilidad sería tomar algo que,
quizás aún cuando conozcan el aforismo, no se han dedicado a leer lo que
comenta sobre él Roudinesco, en su diccionario del año 1997. ¿Ya que quién anda
leyendo los seminarios? Allí ella destaca que el aforismo aparece en el año 1972, en el seminario Aún.
Para mí esa referencia no deja de ser una sorpresa. Si leemos el seminario Aún,
efectivamente en la clase 2, que es el homenaje a Jakobson que hace Lacan, afirma: mi decir, el inconsciente está
estructurado como un lenguaje. Aparece, efectivamente, allí literalmente. Y
agrega que Jakobson expresó que todo lo que se refiere al tema del lenguaje,
pertenece al campo de la lingüística. Entonces , en tanto se trata de
Francia y creo que Lacan no desconocía la teoría de la tensión de los campos de
Bordieu, y además era amigo de Jakobson, me parece que esa es la razón que lo
lleva a Lacan a sostener que está bien, puede que sea así, aunque no hay que
olvidar que Freud no ha hecho otra cosa que un tratado de lingüística, en la
interpretación de los sueños o en psicopatología de la vida cotidiana; pero no
vamos a discutirle a Jakobson, entonces nosotros vamos a llamar a aquello
que hacemos “lingüistería”. Es decir que
cuando Lacan habla de eso no es nada más que para diferenciarse de Jakobson y
no pelear con él por una cuestión de campo.
Hay otro texto, de Paul Laurent
Aussoun, que remite al año 1960 para situar el aforismo. Se trata del escrito
posición del inconsciente. Pero si van a buscar el texto no van a encontrar el
aforismo tal cual. Hay un momento que Lacan habla de las cavernas, de la
alegoría de Platón y alude al cierre y dice que se abre desde adentro, que hay algo insoluble, y escribe que el
inconsciente tiene la estructura del lenguaje. Es lo más aproximado que hay al
aforismo. Es un tema que también toma en el periplo estructural Milner.
Entonces, a pesar de esa referencia
francesa tardía que alude al año 1972; curiosamente en nuestro país, en el año
1964, había aparecido ya ese aforismo, en Buenos Aires en la charla que da Masotta en el Instituto de Pichon Rivière (se han cumplido 50 años en marzo de este año). Luego de
mencionar que Lacan afirma que el inconsciente está estructurado como un lenguaje,
Masotta señala que el sujeto antes de ser sujeto está sujetado por el lenguaje.
No obstante sostener que está estructurado como un lenguaje, dice que no hay
que confundirse, pues no significa que no existan diferencias entre la
estructura de una lengua (el sistema de los estructuralistas) y la estructura del inconsciente. Importa
destacar que en ese año, 1964, Miller
hace su presentación en el seminario de Lacan y luego forma un cartel en la Escuela Freudiana
de París del cual surge el trabajo
“Acción de la estructura” (publicado en el año 1966 en Cahiers pour l’Analyse, en el que señala que el estructuralismo ha excluido
la relación del sujeto con su palabra y
por tanto se prohíbe decir algo acerca de él. Dice también que los estructuralistas se han
olvidado del sujeto, por eso no pueden decir nada de la relación del sujeto con
la palabra.
Diferencia entonces una “estructura estructurada” de la estructura
estructurante, situando en la primera al sujeto, en el que la acción de la
estructura pasa a estar mantenida por una falta y lo estructurado desconoce la
acción que lo forma.
El interrogante, si recordamos lo de Roudinesco,
es si Masotta era mago o vidente, pues descubre que Lacan habla de que el
inconsciente está estructurado como un
lenguaje pero el aforismo no aparece hasta el año 1972 y su charla es
del año 1964. En verdad si buscamos el escrito función y campo de la palabra,
que algunos señalan como el lugar donde se encuentra dicha frase, o instancia
de la letra, no aparece en esos sitios tal cual la expresión. Sucede
que Masotta no oculta sus cartas, porque en la segunda cita que hace en la
presentación del instituto cita a Jean Reboul, por un trabajo que luego publica
en el resumen sobre los seminarios 5 y 6 que hará en el año 1970 en la editorial Nueva Visión.
El trabajo de Reboul se llama “Lacan y
los fundamentos del psicoanálisis”. Cuando digo que no oculta sus cartas es
porque Masotta titula su trabajo “Lacan o el inconsciente y los fundamentos de
la Filosofía”, es decir que parafrasea el título de Jean Reboul. Y si leemos el
artículo de Jean Reboul es él quien afirma que el inconsciente está
estructurado como un lenguaje. Esto había salido en un artículo de Critique del año 1962.
Ahora bien, dije que no iba a hablar
del ultimísimo Lacan, pero en la clase 14 aludida, Miller expresa que Lacan
dijo esa frase o ya no se sabe dónde la dijo pero en verdad, tal vez fue un
alumno de él. Me parece que la posibilidad de que Reboul haya sido ese alumno,
amerita que lo asociemos al ultimísimo Lacan con el alumno de los años sesenta.
Lo más parecido al aforismo en función y campo de la palabra es cuando Lacan
expresa que el síntoma tiene la estructura de un lenguaje y que allí hay una
palabra que está atrapada y debe ser liberada.
En el año 1970 Masotta da una charla
en el Hospital de Niños de la ciudad de la Plata. “Aclaraciones en torno a
Jacques Lacan”, se llama la presentación. Para entonces ya ha podido leer el
trabajo acción de la estructura de Miller que mencioné. Lo cita. Vuelve a
insistir en la diferencia entre la lingüística y el psicoanálisis. Afirma que
en estos momentos la teoría del psicoanálisis no es un desierto ni la lingüística su oasis.
Lo fuerte en Saussure, dirá, es el signo, mientras para Lacan se trata del clivado. Es decir la barra, la división,
la resistencia del significante a ser significado.
Otra presentación del aforismo no se
produce en Buenos Aires pero llega aquí poco tiempo después: es en el año 1979
en Caracas. Se trata de una de las tres charlas que da Miller en la Universidad Central
de Venezuela, invitado por Rabinovich. Miller indica que a partir de la
escisión de 1953 Lacan introduce ese aforismo. O sea, lo ubica en ese año, a
diferencia de Roudinesco. Situar su enseñanza bajo el retorno a Freud implica
preguntarse por las condiciones de posibilidad del psicoanálisis afirma. La
respuesta a ese interrogante fue que sólo es posible el desarrollo del
psicoanálisis, si y sólo si, el inconsciente está estructurado como un
lenguaje. La enseñanza de Lacan será el desarrollo de esta hipótesis hasta sus
últimas consecuencias concluye.
No pasó mucho tiempo, dos años, en el
año 1981 se presenta Miller en una actividad que se desarrolla en Buenos Aires,
ya no en la universidad sino en un teatro. Siempre hemos sido un poco más
teatrales. Allí da dos charlas, una acerca de la clínica del superyo y la otra sobre
la teoría de los goces. En la primera me parece interesante que diferencia la
teoría del superyo del nombre del padre y establece la cuestión de la tiranía
del superyo a diferencia del nombre del padre. Y desarrolla un tema que tiempo
después Bork Jaköbsen tomó en el libro Lacan
el amo absoluto. Y, en el
trabajo sobre la teoría de los goces, retoma el tema del aforismo expresando
que si bien había dicho en otro momento que todo era lenguaje ahora Miller
indica que no todo es lenguaje. También está el síntoma. A los caraqueños les
ha dicho una cosa y en Buenos Aires nos dice algo diferente, lo cual me parece
que está bien, ya que no se trata de decir siempre lo mismo. No deja de
destacar que él ha aludido antes a ese aforismo y al hecho de que toda la tesis
de Lacan es desarrollar aquella hipótesis pero eso no se hace de manera
armónica. Tenemos allí una diferencia entre el lenguaje y el goce. Por eso
destaca que a función y campo de la palabra le faltaba una instancia, la de la
letra (que conduce a lo que no se permuta y en esa instancia, la metáfora es
equiparada al síntoma).
Finalmente para terminar con lo de los
años de aparición, en el año 1986, el aforismo hace su presentación en la
universidad de Buenos Aires, en la Facultad de Psicología, de la mano de la Dra. Rabinovich.
Fue un concurso objetado, pero las objeciones no prosperaron
y la tesis que hace de ese concurso, está en un librito que se llama significante
y sexualidad. En la introducción dice que “en el año 1953 el Dr. Lacan impone
este aforismo bajo el lema del retorno a Freud. Y expresa que también hay goce,
por eso se llama significante y sexualidad. O sea, está tomando lo presentado
por Miller tanto en Caracas como en Buenos Aires.
Por último, lo pensaba dejar para el
final, pero como seguramente va a derivar en otro tema no quería dejar de
señalar que en el año 1966 Lacan destacará que el inconsciente es Baltimore al
amanecer.
Hay dos principios primordiales según
Saussure que rigen el signo: lo arbitrario y el carácter lineal del
significante. En el primer caso diferencia lo arbitrario del signo, lo
inmotivado, de lo motivado como el símbolo (la justicia por ejemplo). El segundo caso
la característica de lo lineal del significante, un término luego de otro, da
lugar a una cadena.
Creo que es en el libro que es un reportaje,
Claridad de todo, donde Milner dice
que lo que le parecía interesante de Freud es que había terminado con la idea
de que el significante tiene un significado. Es el punto que está en cuestión
en Saussure, donde como decía Masotta en él es más importante el signo que el
clivaje. Entonces eso es el signo de Saussure, que es el concepto sobre la
imagen acústica. Lacan saca la elipse e invierte los términos. Entonces se
trata ahora del significante sobre el significado: S / s.
En Saussure su signo se sostenía bajo
dos cuestiones, la arbitrariedad del significante y la linealidad del
significante. La linealidad implica que va un término detrás de otro, lo que da
lugar a una cadena. La arbitrariedad está bien contada en la novela de David
Lodge, el mundo es un pañuelo, donde entre las charlas de intercambio que
tienen profesores norteamericanos e ingleses, aparece uno que pregunta:
- qué tal la charla,
y una mujer contesta, bien, apareció el tema del estructuralismo.
- Y eso qué quiere
decir interroga, bueno tiene que ver con la arbitrariedad del signo y que todo
es diferencia en la
lengua. Puede dar un ejemplo, pues no puedo seguir un
argumento si no es con un ejemplo dice quien pregunta. Bien, sería como esa
cuestión de que se le dice perro al que hace guau- guau, y gato al que hace
miau- miau, pero bien podría decirse gato al que hace guau.-guau y perro al
otro. Pero eso ¿no confundiría más a los animales?, es posible, contesta, pero
se acostumbrarían como todos dice el especialista.
A esa idea de Saussure de
arbitrariedad del signo ya había realizado una crítica Benveniste en 1939. Dirá
que la relación entre significante y
significado es necesaria. Como dije, Lacan realiza una crítica a esos dos
principios presentes en Saussure: la arbitrariedad y el carácter lineal del
significante. En el primer caso cambiando la posición de los términos y sacando
la elipse que los une. En el segundo al señalar que si la linealidad es
necesaria no es suficiente. Para ello dirá que basta oír la poesía para
escuchar la polifonía.
Otra vía que usa Lacan para mostrar la
preponderancia del significante sobre el significado es sustituir la figura que
corresponde al significado. Es el famoso ejemplo de las puertas de los baños,
donde ubica C y D como significante pero el significado es el mismo en tanto
puerta, se podría decir, más allá de las segregación de los sexos.
En el año 1967 Lacan dirá que el
origen de su enseñanza está en el lenguaje. En esa charla también usa la
expresión el inconsciente está estructurado como un lenguaje. Y dirá que
introdujo la cuestión del sujeto en el psiquismo. J.L. Nancy y P. Labarthe en
su libro el título de la letra dirán que para Lacan en “Instancia de la letra”
se trata de una ciencia de la letra y en tanto transforma el signo Saussuriano
en el algoritmo, instala la ciencia de la letra en la lingüística y a la vez la destruye. Que da lugar
a una posición paradojal que conduce a la pregunta de ¿cómo fundar una ciencia
si se destruye su elemento fundante? Y ¿cómo destruir una ciencia si se
mantienen todos sus conceptos? Para estos autores la letra designa la
estructura del lenguaje, en tanto en ella está implicado el sujeto, y ello
conduce a una doble lectura: el lenguaje en su estructura preexiste al sujeto y
el sujeto como locutor da a la estructura del lenguaje el soporte material del
discurso.
Por otra parte, en esa frase del
aforismo según Vincent Descombes, en su libro Lo mismo y lo Otro, 45 años de Filosofía francesa, está contenida
la tesis estructuralista. Está estructurado significa que es susceptible de un
análisis estructural y lo está como un lenguaje. Allí dirá que hay tres tesis
ajustadas a los cánones del estructuralismo:
1- el
significante precede al significado: propio del estructuralismo. El
lenguaje no es de ninguna manera un médium, medio de expresión ni una mediación
entre el interior y exterior. (Si a fines de los años 80 el filósofo
norteamericano Richard Rorty escribe un ensayo sobre contingencia, ironía y
solidaridad, en el cual dedica dos capítulos a dar cuenta de la contingencia
del yo y el lenguaje, afirmando que el lenguaje no es un medio de expresión de
los sentimientos (romanticismo), ni de representación de la realidad, de lo que
está ahí fuera (ciencia); Lacan en su manifiesto de 1953, FyCLP había afirmado
que el lenguaje no sirve para informar sino para evocar, es decir, hablaba de
la función poética más que representacional o expresionista del lenguaje. Si bien
el trabajo de Jakobson no había salido aún, podemos decir que la función
poética es el estilo, no es lo mismo afirmar de alguien que siempre ha tenido
la misma conducta que decir “genio y figura hasta la sepultura”. Respecto al
tema de la expresión, Descombes lo dice así: no hay primero una situación vivida
y una necesidad imperiosa de expresarla, de donde derivaría la invención de una
forma de expresión correspondiente a esa vivencia. De ahí ¿Cómo enunciar lo
imprevisto?
2-
el sentido surge del sin sentido: si esto se relaciona con el
estructuralismo, podemos encontrar que los sueños freudianos pueden situarse en
este rubro. Descombes lo destaca diciendo que el código es independiente del
mensaje, cualquiera sea el sentido del mensaje ya está capitalizado en la lengua. El sinsentido
es la reserva a la cual se acude. Pueden recordar el ejemplo que señala Masotta
de dos amigos que van al casino y uno de ellos entra y el otro se queda afuera.
Pasa el tiempo y no sale. En un momento sale y dibuja una figura de alguien que
se lo ve lleno, hinchado. Y vuelve. Pasa un tiempo más y sale definitivamente.
El amigo pregunta cómo te fue, mal contesta el jugador. Peo no habías dibujado
una figura llena, sí pero era lleno de ilusiones.
3-
finalmente, el sujeto se somete a la ley de significante: para la
fenomenología se trata de la referencia, para la semiología de la enunciación. Si
ahora digo vamos a devaluar el peso nadie se conmueve, pero si lo dice
Kicilofff alguien va a tratar de salir a comprar unos dólares. Descombes alude
al planteo de Lacan, con relación al objeto que se da en términos de la
respuesta a la demanda de amor. Como sabemos, nunca será bastante.
Markos Zafirópulos se encarga de
mostrar en su libro Lacan y Levis Strauss
el retorno a Freud, que respecto al modelo estructural Lacan es deudor de
Levis Strauss, del trabajo de 1949 Estructuras
elementales del parentesco, que le permitió a Lacan pensar de otra manera
la posición del padre desligándolo de la declinación paterna durkheimiana, como
lo había planteado en su ensayo La
familia, permitiendo el pasaje a las consideraciones simbólicas del mismo.
Señala Zafirópulos que no hay ningún autor francés que haya destacado esa
influencia de Levi Strauss sobre Lacan. En nuestro país sí hay alguien que
destacó esa influencia, fue Masotta. En esa charla en el Instituto de Pichon,
lo señala en tres oportunidades.
No obstante si bien eso es correcto
hablar de esa influencia, también es cierto que el estructuralismo de Lacan no
equivale al de Levis Strauss, como así tampoco al de Saussure del cual como
hemos visto en el comienzo también es deudor aunque invierta sus términos. De
igual manera, aunque él mismo remite en sus consideraciones sobre metáfora y
metonimia a Jakobson, tampoco sostiene las mismas cosas que el lingüista ruso. Por
otro lado, como plantea Miller en aquella charla en Venezuela, Lacan en primer
lugar es estructuralista, en segundo lugar es un estructuralista un poco raro y
en tercer lugar no es estructuralista para nada. Y me parece que cuando hace esta
última afirmación es porque toma en cuenta el sujeto, y que la estructura no es
completa.
Respecto a Levi Strauss, como vimos ya
que nunca se tratara para Lacan de una estructura completa, el sujeto mismo
sometido a la división desde Hegel para Lacan (como destaca ya en el seminario
2), y respecto a la estructura de los lingüistas ya se mencionó la cuestión de
la consideración del sujeto.
Pero queda clara su influencia si
prestamos atención a una de las afirmaciones de Lacan en lo que Jean Claude
Milner, en el Periplo estructural,
llama el manifiesto psicoanalítico: “La alianza está presidida por un orden
preferencial cuya ley, que implica los nombres de parentesco, es para el grupo,
como el lenguaje imperativa en sus formas pero inconsciente en su estructura
(estr. Elementales del parentesco)”. Imperativa quiere decir con este sí, con
este no; e inconsciente en su estructura que no sabe su determinación.
En FyCLP Lacan usando casi la misma definición
del aforismo se pregunta “¿No es acaso sensible que un Levi - Strauss,
sugiriendo la implicación de las estructuras del lenguaje y de esa parte de las
leyes sociales que regula la alianza y el parentesco conquista ya el terreno
mismo en el que Freud asienta el inconsciente?”. Esta frase conduce a Zafirópulos
a afirmar que no es la influencia de una moda o una amistad, sino que está en
el centro de “un retorno a Freud”, por el objeto: el inconsciente y sus
estructuras, las de la palabra y el lenguaje (vuelta a miller del 79).
En cuanto a la metáfora y metonimia,
Lacan toma las mismas no tanto como figuras de la retórica, sino antes bien
como los ejes del lenguaje. El eje sintagmático de la combinación o la
contigüidad y el paradigmático de la selección o sustitución.
Es en Instancia de la letra o la razón
después de Freud, el ya aludido trabajo del año 1957, una presentación a los
estudiantes de filosofía, donde Lacan expresa que es toda la estructura del
lenguaje lo que la experiencia psicoanalítica descubre en el inconsciente. Y allí
señala para qué le sirve el estructuralismo: para no tomar el inconsciente
como la sede de los instintos. O sea, le sirve para desustancializar el
inconsciente, vacía el inconsciente como la sede de los instintos en que lo
habían convertido los posfreudianos. La letra será material pero no sustancia.
Aquí no puede dejar de recordarse a L. Strauss en su texto sobre la
eficacia simbólica donde expresa: “el
inconsciente; por el contrario siempre está vacío o para decirlo con más
exactitud es tan ajeno a las imágenes como el estómago lo es a los alimentos
que lo atraviesan. Órgano de una función específica, se limita a imponer leyes
estructurales, en las que se agota su realidad, a elementos inarticulados que
provienen de otra parte: pulsiones, emociones representaciones.
He mencionado entonces dos
cuestiones fundamentales: desustancializa el inconsciente y considera la
vertiente simbólica de la función paterna (esto con la consideración de que el
lenguaje preexiste al sujeto). Y a estos dos temas hay que agregar la letra,
que a diferencia del significante no se permuta. Para este trabajo Lacan agrega
al estructuralismo de L. Strauss el de Jakobson
Sitúa en ese trabajo la metonimia como
la relación de contigüidad de un significante con otro significante que es
congruente con el mantenimiento de la barra:
Y por otro lado la metáfora que
implica la sustitución de un término por otro que es congruente con el
atravesamiento de la barra:
Que el síntoma sea una metáfora
implica que el síntoma está en el lugar de otra cosa (como se ve cuando hablamos
de la perla de rocío). En Freud está en el lugar del deseo reprimido, Isabel de
R. Esto lo había destacado en FyCLP Lacan, donde usa la frase que es lo más
parecido al aforismo, al afirmar que para admitir un síntoma en la
psicopatología, Freud exige el mínimo de sobredeterminación que constituye un
doble sentido, símbolo de un conflicto difunto más allá de su función en un
conflicto presente no menos simbólico; lo que lo lleva a concluir que “queda
del todo claro que el síntoma se resuelve por entero en un análisis del
lenguaje, porque el mismo está estructurado como un lenguaje, porque es
lenguaje cuya palabra debe ser librada”. Como ya destaqué, de todas maneras
Miller dirá en una charla en Madrid en 1987 que a FyCLP le faltaba una
instancia, la instancia de la letra. Retomando aquella expresión de 1981 dirá
que considerar el síntoma como un mensaje que tiene un sentido no es suficiente
para describir el síntoma analítico. En tanto hay goce en el síntoma hay que
tomarlo como letra.
Entonces entender el mecanismo de las
metáforas es entender muchas cosas como sostiene Germán García: la elección de
objeto por ejemplo, que es metonímica – metafórica; si decimos que un sujeto eligió
a su mujer porque tenía los ojos de su madre (conexión metonímica) en tanto esa
mujer sustituye a su madre es metáfora, es lo que esta en el lugar de su madre.
Pero hay un rasgo metonímico que es el que conecta los dos puntos.
Lo interesante no es tanto saber sobre
la metáfora, en tanto que a cualquiera que cuente un síntoma se le puede decir
ya sé, eso es la metáfora de un deseo reprimido. Cuando Freud habla de
formación de personas mixtas en los sueños (por ejemplo un padre es sustituido
por un tío en un sueño) dice que saber que este padre es sustituido por el tío
no sirve de mucho. Hay que buscar la x común, es decir que el sujeto diga que
ese tío es tan cruel como su padre, que es tan mujeriego como el padre, o tan
estudioso como el padre. Entonces uno puede darse cuenta que el deseo, la
conexión metonímica está en el puente que ha permitido la sustitución
metafórica.
De modo que analíticamente, si
aceptamos que el síntoma es una metáfora, lo que hay que escuchar o entender,
es de qué metonimia es metáfora el síntoma.
Finalmente, retomando la posición de
Milner, respecto al aforismo está el tema señalado por el lingüista en su libro
de reportaje con Luccelli y Fajnwaks en cuanto al planteo galileano de Lacan en
ese uso del aforismo, donde importa más que el número la letra. El alude a dos
textos allí, el amor por la lengua y la obra clara. A él le interesa que
cuando Galileo dice que el libro de la naturaleza está escrito en caracteres
matemáticos, allí lo importante, según él, separándose de Koyré es la palabra
letras, no las matemáticas como en Koyré (es lo que se encuentra en Jakobson y
también en Levi – Strauss y aunque no de manera explícita también en FyCLP. Eso
permite abandonar la vieja dicotomía naturaleza (physei) cultura (thesei). Que
todo está en la naturaleza o es fruto de represiones culturales.
Decir que el inconsciente está estructurado
como un lenguaje significa que ya no tenemos que preguntarnos si el
inconsciente pertenece a la naturaleza (physei) o si es el resultado de las
represiones culturales.
Para finalizar, otra alusión al
ultimísimo Lacan, pues parece inevitable la referencia a eso someramente ya que,
curiosamente, en ese lugar donde Roudinesco encontraba el decir el inconsciente
estructurado como un lenguaje, en el seminario Aún; en la última clase del
mismo seminario, como destaca Miller, allí donde supuestamente comienza el
ultimísimo Lacan se termina con ese aforismo porque finaliza la preponderancia
del lenguaje. Ahora se trata de la lengua, del saber hacer dice Lacan. Miller
pone el lenguaje y la lengua primero y luego la lengua y el lenguaje. Otra cosa
interesante en ese seminario en el cual Miller sitúa el comienzo de la última
enseñanza de Lacan, se encuentra en esa clase 2 de homenaje a Jakobson; Lacan
expresa que la diferencia entre el significante y la palabra es que el primero
no se encuentra en el diccionario, a diferencia de la palabra. Y si se consulta
con el dr. Google, efectivamente encontraran que no aparece ese término en el
diccionario. O sea que el aforismo finaliza a costa de la lengua. Algo se podía
perfilar ya en aquella charla en Baltimore, cuando ya había señalado Lacan que
el inconsciente es Baltimore al amanecer.
De todas maneras el aforismo,
entiendo, comienza a desplazarse, como afirma Germán García, cuando Lacan
comienza a constatar que no se trata tanto de la lógica interna de un lenguaje
como del cuerpo afectado por el lenguaje. Deja de interesarse por el
desciframiento para interesarse por lo real (trauma). Pero eso será motivo de
otra clase.
*Clase del 13 de noviembre de 2014 en
el seminario “Lecturas de Jacques Lacan. Resonancias y hallazgos”, Fundación
René Descartes de Buenos Aires.
2 comentarios:
22enero 1964, seminario XI.
En que seminario plantea Lacan que el Icc esta estructurado como lenguaje?. Desde ya gracias!!
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