Leónidas Lamborghini.


Había nacido en 1927 y me enteré de su muerte el sábado por la mañana. Desde hacía muchos años conocia a los hermanos Lamborghini, los dos escritores que manifestaron en sus respectivas obras un talento singular que se cruzaba en la tensión producida por algunas temáticas originales que Osvaldo, el menor, parecía querer arrancar de la obra de Leónidas (algunas veces era Virgilio guiando a Dante por el infierno y otras se le aparacía como el infierno mismo).
Durante años frecuenté al menor, pero también de manera alternativa tenía largas charlas en las que me entendía muy bien con el estilo zocarrón de Leónidas.
No hace mucho volvió a editarse "El solicitante descolocado", y esa nueva edición más los años que me separaban de la primera lectura de ese libro se me presentó como un descubrimiento: en verdad yo no había leído la desolación, la destreza verbal, el humor despiadado y la certeza definitiva que se encuentra en cada línea.
Fuí a despedirlo en la Biblioteca Nacional donde era velado. Conocí a uno de sus hijos que nació el 17 de octubre, fecha que no fue cualquier cosa para su padre. Vi a sus otras hijas, sólo había conocido antes a Teresa. Intercambié algunas palabras con amigos comunes y me retiré en el momento en que los familiares lo despedían.
Me gustaría que aquellos que se encuentren con estas líneas se entreguen, si ya no lo han hecho antes, a la lectura de Leónidas Lamborghini.


Germán García


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