Novedad editorial Leviatán: “La familia argentina” de Alberto Ure



El pasado martes 17 de mayo se presento en el Centro Cultural de la Cooperación el libro “La familia argentina” de Alberto Ure (Ed. Leviatán), con presentación de Cristina Banegas: “Una puesta en escena”, Postfacio de Horacio Gonzalez: “La precariedad del vivir” y contratapa de Germán García. En dicha presentación participaron Horacio González, Germán García, Cristina Banegas, Luis Machin, Claudia Cantero, Carla Crespo, Francisca Ure y Juano Villafañe.

Una puesta en escena.

“La familia argentina es la única obra de teatro que escribió Alberto Ure: el material presenta tal potencia en los discursos de los personajes, en su estructura dramática y en su humor salvaje que nos permite colocar la actuación como el eje organizador de la puesta en escena. Una actuación que lleva la marca de Ure, su posición estética e ideológica frente al teatro, a la relación del actor con el público, la construcción de una máquina poderosa en su expresividad, verosimilitud e intensidad emocional.

La familia argentina tiene como fondo histórico los noventa, de completo arrasamiento de nuestro país, y refleja, a través del triángulo incestuoso en el que estallan las relaciones familiares, gran cantidad de nudos culturales y políticos que dan cuenta de la descomposición social.

Podríamos decir que Ure plantea una estructura clásica, con un pensamiento contemporáneo, profundamente arraigado en los modelos de representación de nuestra cultura y de nuestro imaginario.”

Cristina Banegas

“Ure habló jocosamente -¿Qué tiempo verbal emplear para una vida plena que está afectada por su retiro de la actividad, cuidado con amor y ahora fuera del mundo que le era propio?-, para pensar un tema grave. Buscó, teorizo y se revolcó entre paredes en nombre de una estética nacional, que pasara de lo burlesco a lo grave. Esto está en su pensamiento teatral y en su pensamiento político. A un periodista alemán que cierta vez, con su poderoso grabador en ristre le preguntara sobre Brecht, le responde con un desafío que podria pensarse un tanto rencoroso: “de lo único que quiero hablar es de la deuda externa de mi país”. Pero esa respuesta era también un ensayo teatral. Formaba parte de su mundo encrespado de contrastes. Finalmente, como lo evidencia, La familia argentina, deseaba devolverle a los trágicos antiguos, lo que el psicoanálisis parecía haber capturado …¿Cómo heredero? ¿Cómo usurpador? La obra es tragicómica y dolorida; el psicoanálisis esta en su centro como un experimento de lenguaje que se pone a consideración del espectador moderno, que quizás encierre el recuerdo del espectador antiguo. A éste parece querer devolverle la palabra”

Del Postfacio por Horacio Gonzalez.

“La familia argentina no es una tragedia, por eso no se trata de la inmolación de un psicoanalista. Sino de la ciada de una mascarada: el héroe que desafía los “prejuicios” al convertirse en amante de la hija de su mujer, cede hasta ser victima de los estragos de la relación entre las dos mujeres. La venganza de la hija, la madre que continúa sus dominios por otros medios y el psicoanalista que al final es el testigo impotente de la reconciliación entre madre e hija en nombre del niño que nacerá, sin que pueda reclamar su paternidad.

El despojo del psicoanalista parece recuperarse por una actividad creativa, al precio de abandonar su preciado lugar sostenido en el cinismo profesional de una institución donde cada uno sospecha la impostura del otro.

Alberto Ure, con el talento que le conocimos como director, maestro de actores y lucido analista de su política del arte, sabe que la modernidad no conoce el destino, que el incesto es una farsa en medio de la comedia de quienes realizan hazañas irrisorias en el extravío generalizado. La familia argentina se sitúa en el momento en que es anunciada “la muerte de la familia”, un vano sueño que desconocía la capacidad de mutarse de esta institución milenaria”

De la contratapa por Germán García

Alberto Ure (Buenos Aires, 1940) es figura irradiante en el teatro argentino de los últimos treinta y cinco años. Dirigió Atendiendo al Sr. Sloane, Hedda Gabler, Telarañas, Puesta en claro, Antígona, Los invertidos, El campo, ¡Amor! ¡valor! ¡compasión! y Don Juan, entre muchas otras obras que se constituyeron en hitos de la cultura nacional. Como maestro de actores para teatro y televisión, modificó la estética naturalista que dominaba la escena argentina. Escribió Sacate la careta y Ponete el antifaz.

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