Nuestras familias de la TV norteamericana - Segunda Parte

Podemos prescindir del Nombre del Padre como real
con la condición de servirnos de él como semblante (*)


Lo que vendrá: ¿Volver al futuro anterior?
Tal vez la próxima familia de las series sea una compuesta por humanos y humanoides que engendren entre sí, o en laboratorios, descendientes en diferentes planetas, por lo pronto ya se está hablando de una nueva era de viajes a la Luna:
¿Será una vuelta de tuerca a Perdidos en el espacio, a Crónicas marcianas, a El planeta de los simios, a la reciente Futurama? ¿O a Star Treck?, ese gran sueño futurista que bien podría ser pensado como la familia espacial del futuro, una hermandad originaria, que no está basada en la sangre aunque haya algunos que la compartan, sino en una unión de conquista en donde los conquistadores son individuos, no son familias Cartwright ni Ingalls.
¿Será una remake o un wiederholem o una copie conforme?
Pensar el futuro es ingresar al registro de lo fantasmático, del otro como amenazante, no sólo de sí mismo, sino de la especie e inclusive del planeta y del universo conocido. Es imaginar nuevas organizaciones sociales y familiares pero lo que no se observa en las series actuales es una fuerte presencia de la cultura Trans, ¿aún hoy se reprimen en los contenidos de los medios los cambios en la sexualidad de los sujetos?

Cultura y familia
Al respecto los mitos dicen que siempre se es extranjero en el origen. El Otro se encuentra en los relatos fundacionales que se repiten, con diversas variaciones, en todas las sociedades. Por eso me pareció apropiado pensar a las familia argentina, atravezada por ese gran Otro de la cultura occidental que es EE.UU.
En el estudio de las lenguas, algo que indentifica a un pueblo, se ha demostrado que la escritura nace a partir de un encuentro entre los fonemas de un pueblo con los signos de otro pueblo, no nace sino de la apropiación de algo que no le pertenece.
En lo individual también siempre se es extraño a sí mismo, lo dijo Sigmund Freud cuando concibió a la familia a partir del complejo de Edipo, y se opuso a la idea de identidad del yo = yo, para decir que el yo, y sus objetos, surgen por identificación a algo del deseo de los padres que es tomado como propio.
En lo más íntimo de la identidad hay algo del Otro, lo que permitió a Jacques Lacan crear un neologismo: extimidad. El sí mismo de un sujeto no es lo interno, es lo íntimo pero como algo de extraño, un vacío que tiene relación con el deseo del sujeto, una carencia en ser que llama deseo y que orientará todas sus búsquedas en la vida.
A partir de la identificación inconsciente se crean las fantasías inconscientes del sujeto, lo que se llama el fantasma del sujeto, condición previa a la elección de los objetos del deseo. Condición del amor, decía Freud.
Este fantasma establece en el sujeto neurótico una inercia, una repetición en relación a los objetos del deseo, que establece las condiciones de amor del sujeto pero no establece a priori a ningún tipo familia o de pareja como un universal.
Asistimos a la época de las nuevas conformaciones familiares, un estado de situación diferente al modelo patriarcal de familia que sostiene las nuevas búsquedas individuales, familiares, sociales, tanto en la Tierra como en el cielo.

La familia funcional no existe
Así como Freud cuestionó la noción de identidad al sostener un deseo inconsciente, también cuestionó al ideal de familia de su época, la familia patriarcal. Si bien postuló a la figura del padre como aquella que puede servir como sostén de la identificación, la clínica, y se ve claramente en su célebre caso Hans, le enseñó la debilidad de la célebre figura patriarcal. El padre ya no podía garantizar el funcionamiento de la familia burguesa, el padre también generaba síntomas.
De allí que habría que hablar siempre de familia disfuncional, o más precisamente de familia sintomática….
Eso quiere decir que los paradigmas, los modelos de familia van cambiando de acuerdo a los ideales de la época para cada cultura. Esto es interesante pues produce una inversión a la concepción tradicional y que es retomada por el discurso de los medios y que dice que la familia es la base sobre la que se estructura la sociedad, sino que la familia es un efecto de la cultura, un producto con síntomas tomados de ésa época.


Luis Polo


(*) El Otro que no existe y sus comités de ética.
Seminario de Jacques-Alain Miller con colaboración con Éric Laurent.
Edit. Paidós, Argentina. 2005



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