Germán García



En 2008 se han cumplido 40 años de la publicación de Nanina, la novela que hizo existir a German García en la literatura argentina. Tambien en 2008 se cumplieron 30 años de la publicación de su libro La entrada del psicoanálisis en la Argentina, investigación que resignificó la historia que se venía contando acerca del psicoanálisis en la Argentina, marcó el peso que Jacques Lacan estaba teniendo en el país e inauguró una serie de otras investigaciones del campo psi en nuestro país.
Si la literatura y el psicoanálisis son los dos rasgos que permiten localizar a Germán García, ello no alcanza, sin embargo, para nombrar sus múltiples intereses y enorme producción.
Habiendo nacido en Junín (provincia de Buenos Aires) en 1944, la capital del país (la ciudad de Buenos Aires) aparecía como un viaje al centro de los libros para quien se soñaba escritor; allí llega en 1960. Los avatares que, siete años después, sufriera su primera novela Nanina (que incluyeron tanto cuatro ediciones agotadas en pocos meses como una prohibición definitiva) muestran no sólo el inicio de una ritmada futura producción literaria sino otro de los rasgos del personaje: gusto por despertar al otro tanto como amor por la escritura. Participar, años más tarde, en la vanguardista revista Los libros fue, verdaderamente, estar en el centro.
A su primer novela siguieron: Cancha Rayada (Jorge Alvarez 1970), La Via Regia (Corregidor, 1975), Perdido (Montesinos, 1984), Parte de la fuga (Ediciones de la Flor, 2000), La fortuna (Ediciones de la Flor, 2004). . .
Si, para muchos, los 70 en la Argentina han quedado como signo de años de plomo, para German García significó tambien años de vocación lacaniana. Su encuentro con Oscar Masotta, quien había introducido a Jacques Lacan en la Argentina, fue decisivo tanto para su relación con la literatura como para su inserción en el psicoanálisis. En el primer caso, vemos los efectos de ese encuentro en la fundación de la revista Literal (en 1973, junto a Osvaldo Lamborghini y Luis Gusman, entre otros) cuyas posiciones teóricas, su lenguaje alusivo y punzante, sus carambolas políticas, la han hecho volver a inmiscuirse en debates de crítica literaria 35 años después y a ser objeto de estudios académicos en varios países del mundo.
No menos importante su Macedonio Fernández, la escritura en objeto (Siglo XXI, 1975), reeditada por Adriana Hidalgo Tanto Macedonio Fernández como Witold Gombrowicz (Witold Gombrowicz, el estilo y la heráldica, Atuel 1993) son nombres para el rasgo y estilo del humor oral de Germán García del que Ricardo Piglia ha finalmente escrito "que el narrador del que habla Walter Benjamín se encarna entre nosotros de manera ejemplar en Germán García. No sólo porque es uno de los más notorios narradores orales que se pueden encontrar en Buenos Aires sino porque sus historias registran la experiencia de la vida en la ciudad".
Por fin, el psicoanálisis.
En 2003 recibe la beca Guggenheim otorgada por la Guggenheim Foundation (New York) por su investigación "La presencia del psicoanálisis en los debates culturales. El caso argentino" que se publica en 2005 ( El psicoanálisis y los debates culturales, Sudamericana).
Es evidente que ese viaje al centro de los libros fue fructífero: no se puede hablar de García sin hablar de libros. Eso lo destaca. Pero está su modo de entender el psicoanálisis ("forma desconocida de art nouveau que entra en nuestro país", ha dicho), su enseñanza, las instituciones psicoanalíticas y bibliotecas que ha fundado en todo el país y en el exterior, las revistas de psicoanálisis que ha creado en todo el mundo y en las que ha publicado y los intersticios de la cultura en los que ha producido el malentendido del psicoanálisis.
Debemos, sin embargo, nombrar algunas de esas intervenciones pues han sido decisivas en la historia del psicoanálisis en la Argentina.
En primer lugar, participó en la fundación y en el sostén de la Escuela Freudiana de Oscar Masotta (1974), primera institución de orientación lacaniana en el mundo.(luego de la Escuela freudiana de París, fundada por Jacques Lacan) y en la revista que se convirtió en su house organ (Cuadernos Sigmund Freud, creada por Masotta).
Si aquellos 70 habían exiliado a Masotta y dejado a García a cargo de muchos de sus alumnos de psicoanálisis, luego de la muerte de Masotta en Barcelona (en 1979) y del mismo empuje al exilio, García se radica en Barcelona (1980) donde continúa con el trabajo emprendido por Masotta fundando agrupaciones de psicoanálisis en toda España, revistas de psicoanálisis y otras publicaciones a la vez que inscribe ese trabajo en la política para el psicoanálisis definida por los discípulos de Jacques Lacan bajo el nombre de Campo Freudiano. Es que García, formado junto a Oscar Masotta, durante su residencia en Barcelona había continuado sus estudios con miembros de la Ecole de la Cause Freudienne, en París, según las propuestas (para la orientación lacaniana) de Jacques-Alain Miller, a cuyos cursos solía asistir.
A su regreso a Buenos Aires (1985) prosigue su trabajo de transmisión del psicoanálisis en todo el país (en especial en el litoral y el noroeste argentinos), funda la Biblioteca Internacional de Psicoanálisis (BIP) y la revista Descartes (1987). Cuando, bajo la égida del Campo Freudiano, la BIP y varias instituciones argentinas se disuelven para crear la Escuela de la Orientación Lacaniana (EOL), Germán García crea el Proyecto Descartes donde confluyen (entre otras instancias) su revista Descartes y la Fundación del mismo nombre en la que se incluye el Centro Descartes (asociado al Instituto de Campo Freudiano).donde se enseña, investiga y transmite el psicoanálisis .
Ha sido Presidente del Consejo de la EOL,, integrante de sus instancias de garantía y del Consejo editorial de su revista Lacaniana de psicoanálisis; miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP) y de su Consejo; cofundador del Instituto Oscar Masotta, etc.
Además de La entrada del psicoanálisis en la Argentina publica Oscar Masotta y el psicoanálisis del castellano (Argonauta, 1980), Psicoanálisis, una política del síntoma (Alcrudo editor, 1981), Oscar Masotta, los ecos de un nombre (Atuel, 1993), La virtud indicativa. Psicoanálisis y literatura (Atuel, 2001), El psicoanálisis entre las vanguardias, etc.
La transmisión del psicoanálisis que realiza Germán García ha sido –en palabras de Jacques-Alain Miller- "siempre una imagen de alto color" , fruto no sólo de sus dotes personales o su avidez de lector sino de su experiencia como analizante en un análisis llevado a su fin y de su práctica como analista y supervisor de analistas desde hace casi tres décadas.
Oscar Masotta desechaba la "atractiva" tesis de que las peripecias culturales de un país subdesarrollado parezcan enfrentar a cada uno con la elección forzada de la mala fe política o la ingenuidad pública; es necesario decir que García ha seguido a su mentor. Sus intervenciones en el campo de la cultura (prensa escrita u otras, conferencias, debates, polémicas,) tambien han incidido para dar más color y vivacidad a un campo que siempre está a p unto de desfallecer sin, empero, ceder a la mala fe o pecar de ingenuidad.
Una mención aparte merecen sus precisas intervenciones como prologuista de textos de autores cuya adjetivación se vuelve innecesaria (J.Joyce, A.Strindberg, A.Kojeve o, en el campo del psicoanálisis, S. Freud, O,Rank, O.Masotta, J-A Miller, etc.).
En 2007 fue declarado "Personalidad destacada de la cultura" por la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires.

Graciela Musachi


Fuente: http://www.psicomundo.com/


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