DESCARTES. Revista internacional. N 2/3. Julio 1987 - Sumario y Editorial - #FRD30años

DESCARTES. Revista internacional. N° 2/3. Julio 1987.

Dirección: Germán L. García y Aníbal Leserre.
 
SUMARIO


La clínica que vendrá / Germán García

ANUDACIONES
La psicosis en el niño, según la enseñanza de Lacan / Eric Laurent
La llamada esquizofrenia paranoide / Haydée Rosalén
Más allá de lo cómico, lo siniestro / Ernesto S. Sinatra
La transferencia entre el amor y el deseo / Aníbal Dreyzin
Ser / Estar / Rosa María Calvet i Romaní – Miquel Bassols
El Campo freudiano en la Argentina – Comentario sobre el curso de Colette Soler / Aníbal Leserre.

MALESTARES
Clínica con adictos / Daniel Ojeda
Código y símbolo en la canción romántica / Silvia Tabachnik
Destinos de Clerembault / Graciela Musachi
La palabra de más / Héctor Libertella

SABERES
Notas sobre lógica modal y psicoanálisis / Elías M. Batista
Algebra de sistemas en psicoanálisis / José Humberto Paganini
Lingüística de la enunciación y Lingüístería / Vera Gorali
Discurso y posibilidad – Reconsideración del lenguaje en Ser y tiempo / Daniel Leserre
El camino hacia el lenguaje / Martín Heidegger

IMPOSICIONES
Tres ensayos sobre la argentinidad / Mercedes Falcón


EDITORIAL

LA CLÍNICA QUE VENDRÁ

Cae falo si quieres, levontarte debes: y nunca bastante temprano la farsa llegará a un definitivo y secular fénix.
 James Joyce (Finnegane Wake). Versión de Santiago Bullrich

Las publicaciones del gremio rivalizan en ingenio para proponer alternativas al psicoanálisis. ¿Acaso el lector no tiene derecho a suponer que el psicoanálisis es una cosa sabida, al menos por los profesionales de las alternativas? Es lo que está en el punto de partida: sabidos los autores, sabidas las “escuelas”, conocidos los respectivos aportes, es necesario proponer las alternativas pertinentes. En la agenda profesional se anota: no olvidar lo social, enfatizar las diferencias culturales, tener en cuenta las determinantes de clase, etcétera.
En este contrapunto cada uno le hace una gauchada al otro para proseguir en conjunto la marcha de esta orgullosa y solitaria multitud, donde el rigor cede al detalle y donde el argumentar para la ocasión generaliza el aquí y ahora que cada uno declara excluido de su “clínica”.
Eric Laurent subraya: “Clínica psicoanalítica es una expresión que se emplea fácilmente en las asociaciones que agrupan a los psicoanalistas. No puede decirse que Lacan le haya dado vía libre. La prudencia con la que operó se nota por la identificación, en 1975, de la clínica con el conjunto de tipos de síntomas procedentes de un tiempo anterior al discurso analítico.”(1)
Observación que apela a la prudencia, sin excluir el entusiasmo: algo vendrá, nada es fácil.
La clínica que vendrá constatará —en algunos lugares eso ocurre— que el frondoso jardín de lo imaginario —selva, incluso, para los enfáticos— se reduce a unas pocas operaciones simbólicas articuladas en tanto nudos a un agujero real.

La conferencia de Eric Laurent que nos alegra publicar sitúa muy precisamente una serie de transformaciones que ocurren en la enseñanza de Jacques Lacan —1966/1976— según su propia declaración en el prólogo a la edición francesa de las Memorias de Schreber. Leemos allí: “La temática que nosotros medimos por la paciencia que exige en el terreno en que tenemos que hacerla oír, en la polaridad, la más reciente en ser allí promovida, del sujeto del goce al sujeto que el signifícante representa para un significante siempre otro, acaso no está allí eso que nos va a permitir una definición más precisa de la paranoia identificando al goce en ese lugar del Otro como tal” (Ornicar? 38, 1986). Este texto, publicado también en Cahiers pour l’analyse 5 (1966) introduce la polaridad y el lazo entre el sujeto como efecto del significante y el sujeto del goce. Diez años después (Joyce, le sinthome, 1975/76) las consecuencias son irreversibles, ya que se trata del estatuto de las psicosis.
El encuentro con la paranoia está de entrada en Jacques Lacan (tesis de 1932). “El conocimiento paranoico”, “la estructura paranoica del yo”. la figura del alma bella (Hegel) traza una curva de Gauss entre la histeria y la paranoia, que devela el goce del cuerpo implicado en el sujeto del significante.
Los cuatro conceptos fundamentales (1964) que Colette Soler llamó el “segundo retorno a Freud”, anuncia y expone la pulsión, la transferencia, la repetición y el inconsciente. ¿Pero no es ganado por el objeto a, pivote del análisis del análisis cuatro conceptos?
Si los goces —Jacques-Alain Miller insistió en la pertinencia del plural— cambian el estatuto de la paranoia, lo que resta de ese lado pone en juego de otra manera a las mujeres.
Aun (1972/73) comienza por el goce, pasa por ese amor que concluye en el odio, después de introducir las “fórmulas de la sexuación”.
¿No es Jacques Lacan quien advierte que “lo que se sabe de memoria” ya no se puede leer? Funesta memoria, que hace que las conclusiones de Jacques Lacan circulen en la pereza de las demostraciones que faltan. Y, ya que evoco a Borges, puedo citarlo: “Es una ciencia (el psicoanálisis) basada en la vanidad de la gente. A todo el mundo le gusta hablar de sí mismo, que lo tomen en serio. Es muy lindo contar los sueños de uno. Yo no conozco a ninguna persona que se haya curado por el psicoanálisis. Al contrario, se vuelven más vanidosos y charlatanes”. (2)
Observación justa en lo que se refiere a los efectos de una lectura que comienza en el contrabando, para continuar entre la apropiación y el rechazo. Hoy se retrocede frente a las consecuencias de Jacques Lacan (patética, Piera Aulagnier pasó por Buenos Aires, sin olvidar a Françoise Doltó y su falta de perspicacia frente al horror).
El retroceso no es un problema de “inteligencia”, tampoco una exigencia de una “clínica particular”.
Jacques Lacan lo dice muy claro: “El estatuto del saber implica como tal que, saber, ya hay, y en el Otro, y que debe prenderse. Por eso está hecho de aprender. El sujeto resulta de que este saber ha de ser aprendido, y aun tener un precio, es decir que su costo es lo que lo evalúa, no como de cambio, sino como de uso”. (Aun).
Como se lee, llegado el momento, a los sujetos hay que marxcarlos, ya que freudulentos son por el lenguaje.
Este número de la revista Descartes —descartar, eso es posible— es contingente, sin que falte por eso una certeza. ¿No dice Jacques Lacan que es en una mujer donde se realiza el espejismo de una equivalencia entre el valor de uso y el valor de cambio? Pero, si el lector se molesta por tanta cita foránea podemos volver a nuestro Borges: “He pasado la vida pensando en mujeres, y al escribir he tratado de evadirme de ellas. En cambio, poemas de amor he escrito muchos. Y a ella, la de cada poema, siempre le gustaban”.2
Pienso, ellas existen. Escribo, así lo quieren. Me evado, retornan: el síntoma no podría decirlo mejor.

Germán L. García
Marzo de 1987, Buenos Aires.

Referencias
1 Eric Laurent: “Acerca de la clínica psicoanalítica”. (En: Concepciones de la cura en psicoanálisis, Ed. Manantial, Bs. As., 1984).

2 Carlos R. Stortini: El diccionario de Borges (Ed. Sudamericana, Bs. As., 1986).

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