Presentación
de la Revista Descartes
Esperanzas
de una nueva situación política de algunos pocos, acompañados de otros, venidos de aquí y allá, unos que resistieron,
otros que se habían exiliado, acompañaran
a Germán García, allá por 1985 a
comenzar lo que un periódico que le hizo
una entrevista, llamó “Proyecto Descartes”. Germán García había vuelto de Barcelona, tras seguir la huella
trazada por Masotta, que había fundado la Biblioteca Freudiana de Barcelona, cuya
dirección continuó. También al igual que Masotta, enseñó psicoanálisis aquí y allá, en otras ciudades
de España. Desde esa Biblioteca, invitó a Jacques-Alain Miller y Eric Laurent,
quienes participaron de un encuentro que se llamó Sobre lenguas y matemas, los que estaban con él en esa travesía son
hoy psicoanalistas catalanes cuyos
nombres resuenan aún en la AMP.
Al
tiempo de llegar a Buenos Aires, 1986, Germán García funda la Biblioteca
Internacional de Psicoanálisis, que junto con el Simposio del Campo freudiano,
el Seminario Lacaniano y SABA , se disuelven en 1992, para dar paso a la
creación de la Escuela de la Orientación Lacaniana. En ese momento se crea una
institución asociada al Instituto del Campo Freudiano, la Fundación René
Descartes, cuyo Centro de enseñanza e investigación continua con sus
actividades regulares.
La
dirección de la revista ha podido situar
cada vez la publicación en la perspectiva del psicoanálisis, pero al mismo
tiempo rescatar textos olvidados que han
conformado un verdadero archivo, que invita a lectores de otras disciplinas, y
a todos aquellos que se animen a “sumergirse en las profundidades del gusto”.
Hay
que resaltar, en nuestra ciudad, donde muchas publicaciones especializadas duran
poco, la continuidad de Descartes, su elasticidad temporal que marca las
dificultades, pero a la vez los números dobles van recuperando la sucesión.
En
dialogo con Germán García se nos ocurrió que distintas personas, del ámbito del
psicoanálisis, de distintas
generaciones, incluso de distintas ciudades, podían comentar distintos números
de la Revista Descartes, de la 1 hasta la 23/24 y de ese modo tener presente la historia de la disciplina sostenida por Freud y por Lacan.
La recuperación de ciertos trabajos muestra su actualidad.
La
consigna era comentar un artículo, que
atrajera la atención del comentarista y a la vez, de ser posible, situar
las coordenadas temporales de la Revista, que en muchos casos era situarse
también en la historia del psicoanálisis en la Argentina. E incluso, de otros países como España y Francia.
Los
prólogos, editoriales o presentaciones, al comienzo de cada número, tienen la
“virtud indicativa” de subrayarlo cada vez.
Los
que descubrieron ciertos artículos que no habían leído en su momento, pudieron
ubicar el trayecto de la revista y respondieron con entusiasmo. El resultado lo
podrán juzgar ustedes, pero creo que a nadie va a resultarle indiferente la
revista Descartes ¡que ya lleva 30 años!
Claudia
Castillo
Octubre
2016
EDITORIAL
PASAR
REVISTA
La mejor imagen para resumir el inconsciente es Baltimore, temprano
por la mañana (1)
Jacques Lacan, 1966.
En algunos de sus tantos reportajes Jorge Luis Borges afirma que
Victoria Ocampo —contra cualquier evidencia— nunca pudo hacer una revista
porque admiraba a demasiadas personas y le salían antologías de notables. Por
su parte, dice que una revista supone ciertos amores y, por lo mismo, ciertas
exclusiones. Más allá de lo certero de este juicio sobre Victoria Ocampo, vale detenerse
en los términos que Jorge Luis Borges opone a la admiración: se ama algo, se
excluye algo. Sigmund Freud afirma que supuestas tolerancias son el efecto del
desgaste de los lazos que determinado grupo mantiene entre sus miembros.
“No debemos caer en el error de creer —escribe Eric Laurent—, como muchos racionalistas, que los hombres en general, o algún grupo particular, por ejemplo los científicos, están impulsados por la racionalidad en la dirección prescripta por las reglas. Galileo hacía propaganda, pero nosotros debemos más bien preguntarnos cuál era su deseo, no su política grupal”.(2)
“No debemos caer en el error de creer —escribe Eric Laurent—, como muchos racionalistas, que los hombres en general, o algún grupo particular, por ejemplo los científicos, están impulsados por la racionalidad en la dirección prescripta por las reglas. Galileo hacía propaganda, pero nosotros debemos más bien preguntarnos cuál era su deseo, no su política grupal”.(2)
Si las pasiones del yo —el amor, el odio, la ignorancia— se evocan en
la ironía de Jorge Luis Borges, el deseo tiene otro lugar. El deseo se conoce
por sus actos, incluso más por los efectos de esos actos.
¿Qué puedo conocer?
¿Qué puedo hacer?
¿Qué puedo esperar?
Estas tres preguntas de Kant dieron que hablar desde que fueron
formuladas. Jacques Lacan, en su momento, también las respondió.
No habrá aquí resumen de esas respuestas, puesto que las tres preguntas se vuelven a formular cada vez que se realiza un acto cuya consecuencia será conocida por sus efectos. Entre el activismo y el fatalismo, es necesario no olvidar la diferencia hecha por W. H. Walsh (3) entre significado en la historia y significado de la historia. En la historia el sufrimiento tiene una función ordinal que desafía cualquier “ingeniería social” —la expresión es de K. Popper—, por lo que es pertinente suponer que la articulación entre el saber y el deber incluye al deseo. La pregunta por el significado de la historia implica que la respuesta sea una decisión que se autoriza de por sí, mostrando la anterioridad de la respuesta.
No habrá aquí resumen de esas respuestas, puesto que las tres preguntas se vuelven a formular cada vez que se realiza un acto cuya consecuencia será conocida por sus efectos. Entre el activismo y el fatalismo, es necesario no olvidar la diferencia hecha por W. H. Walsh (3) entre significado en la historia y significado de la historia. En la historia el sufrimiento tiene una función ordinal que desafía cualquier “ingeniería social” —la expresión es de K. Popper—, por lo que es pertinente suponer que la articulación entre el saber y el deber incluye al deseo. La pregunta por el significado de la historia implica que la respuesta sea una decisión que se autoriza de por sí, mostrando la anterioridad de la respuesta.
Descartes es una decisión que en el mismo momento de preguntar responde
a una contingencia: la actualidad del psicoanálisis en nuestro país y en
nuestra lengua, su anudación con países de otras lenguas.
Traducimos y comentamos, mientras las producciones del inconsciente
que logramos escuchar orientan las decisiones.
Jacques-Alain Miller ha subrayado que existe una táctica de la
interpretación, una estrategia de la transferencia y una política del deseo.(4)
No sabemos si Kant hubiese aceptado estos términos como un modo de respuesta a
sus tres preguntas, pero sabemos que para el psicoanálisis la cuestión no puede
ser eludida.
Cuando ésta se elude tiene consecuencias que ya fueron descriptas por
Jacques Lacan: “Pretendemos demostrar en qué la impotencia para sostener
auténticamente una praxis, se reduce, como es corriente en la historia de los
hombres,. al ejercicio de un poder”.(5) El ejercicio de un poder —que no el
poder— es efecto de la impotencia de una praxis (palabra, ésta última, nada
inocente en Jacques Lacan).
¿Por qué una revista, como pregunta y respuesta? El analista dice las
consignas de la regla analítica, “lo cual no lo hace menos solidario de la
enormidad de los prejuicios que en el paciente esperan en ese mismo lugar:
según la idea que la difusión cultural le ha permitido formarse del
procedimiento y de la finalidad de la empresa”.6 Se enuncia aquí la función
dialéctica del análisis como un lazo social dinámico —en el sentido de Freud—
que no puede solidificarse en un saber adquirido.
Descartes, entonces, supone que existen restos que se vuelven escorias, que existen juegos de lenguaje que deben descartarse en la ocasión: “Establezcamos únicamente que, de reducirlo a su verdad, ese tiempo consiste en hacer olvidar al paciente que se trata únicamente de palabras, pero esto no significa que el analista lo olvide a su vez”.7 ¿Qué hacer con el poder, el poder de sugestión del lenguaje, cuando se excluye la impotencia que conduce al ejercicio del poder? He aquí el trecho que va del dicho al hecho.
Descartes, entonces, supone que existen restos que se vuelven escorias, que existen juegos de lenguaje que deben descartarse en la ocasión: “Establezcamos únicamente que, de reducirlo a su verdad, ese tiempo consiste en hacer olvidar al paciente que se trata únicamente de palabras, pero esto no significa que el analista lo olvide a su vez”.7 ¿Qué hacer con el poder, el poder de sugestión del lenguaje, cuando se excluye la impotencia que conduce al ejercicio del poder? He aquí el trecho que va del dicho al hecho.
Descartes alude al discurso analítico, porque la transmisión de este
discurso no va de por sí -—lo que puede constatarse en la desorientación de los
encuentros entre analistas—.
Cuando una revista se llama “de psicoanálisis” y su índice incluye
artículos sobre otras disciplinas, la imagen del predador surge y la metonimia
del deseo se evidencia: “el ojalá sea —escribe Freud— se convierte en el ya
es”. Pero su primera tópica es performativa —hace lo que dice—, la segunda
tópica es imperativa —impone lo que escucha—.
Sobre este imperativo —cuando se lo llama categórico— es mucho lo que
hay que demostrar. ¿No es lo que se impone, entre
los saberes mundanos, con la búsqueda de rigor que Jacques Lacan
exigió para su enseñanza?
Descartes es también una pesadilla, ésa del ser como un conjunto vacío
del pensamiento. Fue James Joyce quien exclamó “la historia es una pesadilla de
la que quisiera despertar”
Despertar: esta palabra es el título de un artículo de Jacques-Alain
Miller que muestra —para decirlo con palabras de Macedonio Fernández— que “no
toda es vigilia la de los ojos abiertos”.
Las cuatro divisiones de la revista (Anudaciones, Saberes, Malestares,
Imposiciones) aluden a los cuatro discursos formalizados por Jacques Lacan.
Digamos, entonces, que este número es de intención, en tanto tiende a.
Descartes surge de otras
experiencias —Los libros, Literal, Cuadernos S. Freud,
Sinthoma, Otium Diagonal, Tyché— y se vectoriza en el Campo
Freudiano donde otras publicaciones pasan revista al suceder del psicoanálisis
en el mundo (Ornicar?, Analytica, Escansión, Wo es war,
Razpol, Un altro Lacan, Lacan Study Notes, Annual, A
Lacanian Orientation in Theoretical Studies, Falo, El analiticon,
etcétera).(8)
Revistas
de países y lenguas diferentes que se transmiten la enseñanza de Jacques Lacan
en la red del Campo Freudiano que fundara en 1979 y que en la actualidad dirige
Judith Miller.
La
Fundación del Campo Freudiano es la eficacia de un significante, que impulsa
mediante diferentes instancias un movimiento de contraexperiencia en una
historia que había estado marcada por el “terror burocrático” (la expresión es
de Eric Laurent) de la IPA.
Y, fuera de las políticas de los grupos que
constituyen los nudos de esta red, ese significante tiene su gravedad: “Desde
Newton —escribe Judith Miller—, hablamos de campo gravitacional, es decir, de
un espacio regido por algo, en este caso por fuerzas que producen efectos
indetenibles. Por estar en el campo gravitacional, estamos sometidos a la
gravedad. Fuera de ese campo la gravedad no nos somete; dentro de él, caemos” (Analitica
6/7, Caracas, 1985).
“Lo gravísimo de nuestra época grave es que todavía no
pensamos” —es la tesis de Martin Heidegger.
Falta
saber cómo caerá Descartes en este campo de fuerzas vectoriales donde letter/litter,
suspendiendo temores y esperanzas, está en el relámpago de la verdad.
Germán
L. García
Buenos Aires, 27 de marzo de 1986
Buenos Aires, 27 de marzo de 1986
Referencias
1 “De la estructura como inmixing del prerrequisito de
alteridad de cualquiera de los otros temas”. (En: Los lenguajes críticos y las ciencias del hombre. R. Macksey y E. Donato. Ed. Barral, 1972.)
2 Eric Laurent: “Grupo y discurso’, (En Concepciones de la cura en
psicoanálisis, Ed. Manantial, 1984.)
3 Citado porB. Taylor Wilkins (¿Tiene la historia algún sentido?, Ed. FCE, 1983).
4 Curso de
los miércoles en París.
5. 6. 7. “La dirección de la cura y los principios de su poder” (En Escritos Ed. Siglo XXI)
5. 6. 7. “La dirección de la cura y los principios de su poder” (En Escritos Ed. Siglo XXI)
8 Le champ freudien a travers le monde. (Textes recueillis par Judith Miller, Ed. Navarin,
1986.)
1986.)
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