Agradecemos la atenta amabilidad de los participantes para permitir la publicación de los textos por ellos presentados, lamentamos no contar con el texto de Guillermo Belaga –seguramente será para más adelante-.
A modo de introducción ustedes pueden leer el comentario que Beatriz Gez escribió sobre el Coloquio y que fuera publicado en el número 11 de la revista CONCEPTUAL.
Beatriz Gez , Coloquio Jacques –Alain Miller
El sábado 29 de mayo llovió a cántaros en Buenos Aires. Pese a ello, poco a poco, los paraguas mojados se juntaron en la entrada y la sala de la Fundación Descartes, en la que se llevó a cabo el Coloquio Jacques-Alain Miller, se inundó de voces.
A sugerencia de Germán García el espacio de las intervenciones estuvo distribuido según la modulación del tiempo lógico –propuesto por Jacques Lacan como un nuevo sofisma: Instante de la mirada, tiempo para comprender, momento de concluir- para finalizar con algunas vueltas a su cargo.
Instante de la mirada
Silvia Elena Tendlarz, compiladora y editora de los tres tomos Desde Lacan. Conferencias porteñas -quien también promovió la organización del Coloquio-, comenzó la tarde explicitando cómo surgió su iniciativa de realizar el libro. “En el Congreso de la Asociación Mundial de Psicoanálisis en Roma, acerca de los Nombres del Padre, en 2006, escuché a Jaques-Alain Miller en la pequeña sala que nos reunía. Pensé entonces que la recopilación de sus intervenciones en otros países, como ser en Brasil y España, cuyos volúmenes ya habían aparecido con los títulos de Elucidación de Lacan e Introducción a la clínica lacaniana respectivamente, faltaba en la Argentina”. Agregó que al bosquejo inicial del libro Miller le pidió que añadiera bajo su nombre la frase “Desde Lacan”. “Jacques-Alain Miller. Desde Lacan. Conferencias Porteñas”. Se refirió entonces a dos de los textos publicados. La primera conferencia que Miller dictó en Hebraica en 1981, en la que afirma que tendrá que experimentar qué será trabajar y hablar después de la muerte de Lacan, acontecida un mes antes; y la última, en el Teatro Coliseo, en el 2008, donde dice “Y quizás yo mismo, Jacques-Alain Miller, vinculado este nombre con el poder de convocatoria en Buenos Aires, no soy más que uno que ha deseado ser el síntoma de Lacan”.
Elena Levy Yeyati y Guillermo Belaga coincidieron en la elección de dos intervenciones de Miller, la realizada en el seminario de investigación titulado Lo postanalítico y la conferencia inaugural de la Sección Clínica de Buenos Aires El ruiseñor de Lacan, en octubre de 1998. Levy Yeyati se refirió a la segunda como “un pequeño programa de estudio sobre epistemología e historia de las ideas en su relación con el saber clínico, especialmente el heredado de la psiquiatría”. Al igual que Belaga recordó que durante la conferencia en el público había unos cuantos jefes de servicio de hospitales en los que habían comenzado a realizarse presentaciones de enfermos y ante quienes Miller afirmaba “Si privilegiamos el caso particular, el detalle, lo no generalizable, es en la medida en que ya no creemos en las clases -no me refiero a las clases sociales sino a las de los sistemas clasificatorios...”. Al respecto, Guillermo Belaga puso en relación ambas intervenciones y señaló su interés por el método de la abducción formulado en la intervención sobre Lo postanalítico para poder inferir qué es el caso clínico para el psicoanálisis ya que el caso particular no es nunca el caso de una regla.
Tiempo para comprender
Graciela Brodsky, quien prólogo el tercer tomo del libro, se refirió a la intervención de Jacques-Alain Miller sobre Lo postanalítico como una apuesta al futuro, todavía inexplorada. Luego de mencionar el contexto de crisis que sacudió a la Asociación Mundial de Psicoanálisis en esos años, resaltó entonces que lo postanalítico es un instrumento para responder a la pregunta por lo que pasa con el sujeto que ha pasado por el discurso analítico. En este punto citó enfáticamente a Miller “La problemática de lo postanalítico no es equivalente a la del fin del análisis: prolonga y desplaza la cuestión del fin del análisis. En esta investigación de las consecuencias del análisis, el pase sirve de referencia que abre y no limita. La problemática del final es completamente opuesta a la problemática de lo postanalítico, o son dos caras de una misma moneda. La problemática del final interroga el estado del sujeto al final de la partida analítica, lo postanalítico interroga el fin en relación al porvenir” (…) “en este sentido, tanto la interrupción como el final terapéutico y el final conclusivo, y dentro del final conclusivo el pase, todo eso desemboca en un proceso postanalítico.”
Marcelo Izaguirre se detuvo el texto Investigación sobre la temporalidad del inconsciente del cual resaltó dos puntos en los que Miller confronta de manera contundente a Lacan y a Freud. Para Freud el inconsciente está fuera del tiempo mientras que para Lacan el inconsciente tiene una afinidad esencial con el tiempo. Esta diferencia entre el inconsciente de Freud y de Lacan respecto del tiempo surge en tanto la transferencia es situada por Lacan como una discontinuidad que conduce a una temporalidad diferente de la repetición. Es lo que da lugar –comenta Izaguirre- a que Etchegoyen haya señalado que la diferencia entre la Asociación Psicoanalítica Internacional y Lacan es que él ha separado la transferencia de la repetición.
Alicia Alonso comentó Adiós al significante, conferencia inédita hasta la actual publicación, dictada en septiembre de 1995. Consideró que es una de las intervenciones en las que introduce el reverso de la interpretación, cuestiona las formas canónicas que la definen como comunicación de un saber, atribución de significación, traducción del inconsciente, o esclarecimiento. Y donde también analiza los efectos clínicos de la interpretación como corte, puntuación, equívoco o alusión, a través de explicaciones que renuevan el panorama de las lecturas, dando un nuevo impulso a los temas que constituyen una referencia para la orientación lacaniana.
Momento de concluir
Osvaldo Delgado y Mariano Dorr se refirieron a la comunidad analítica. Delgado con el título de ¡Aquí estamos!, luego de realizar una lectura de la comunidad analítica según el ternario enseñanza, clínica y práctica que J.-A. Miller propuso, en la Conferencia de Clausura del VI Congreso de la AMP (en Buenos Aires 2008), acentuó al final de su exposición una frase de Miller pronunciada en la conferencia El psicoanalista y su comunidad en la que dice que “Finalmente he pensado que nunca he tenido una relación de soledad con la causa analítica, sino que siempre ha sido mediada por Lacan y los compañeros”.
Mariano Dorr, quien proviene del campo de la filosofía, las letras y el teatro, abordó la relación entre psicoanálisis y comunidad con la observación de un rechazo tajante por parte de Miller de La comunidad inconfesable de Blanchot, por un lado y un vínculo estrecho entre comunidad y teoría de conjuntos, por otro. Aludió a la diferencia, marcada en los textos, entre comunidad y Escuela y en la segunda parte de su exposición recurrió a la descripción de la metamorfosis de las mariposas de Nabokob como metáfora del pase.
Por mi parte, en la ocasión apremiada por la hora y atenta a la organización, hice un pase de micrófono entre Delgado y Dorr.
Algunas vueltas
Germán García planteó que el hallazgo de Miller fue sacar a Lacan de su enseñanza parisina y llevarlo a otra lengua. Lo cual implicó simultáneamente el trabajo de sortear diferentes tipos de cuestiones (por ejemplo las tensiones entre “representantes” y “mediadores”), el desarrollo de una enseñanza que hace dialogar los textos de Lacan con el estado de la cultura y el trabajo de puntualización de los seminarios de Lacan muy bien hechos para dejar aprender.
Por último, refirió que llamar al Coloquio Jacques-Alain Miller era una provocación dirigida a quienes desde espacios de total impunidad como las cartas de lectores o desde diferentes medios de comunicación le imputan simular hablar de Masotta para hablar de Miller. Cuando lo cierto es que no lo simula sino que efectivamente sostiene que Masotta desemboca en el nombre de Miller de una manera no parasitaria. Y explicó que es congruente con el hecho de que Miller realiza en el año 1984 en Barcelona la revista Escanción donde publica una clase de Masotta, titulada De una inconsistencia, le pide al secretario de Masotta una semblanza (pues había muerto cuatro años atrás) y en la introducción de la misma afirma que Cuadernos Sigmund Freud (inventado por Masotta) sacó a la IPA el monopolio de las publicaciones de psicoanálisis en la Argentina.
Indice
· Silvia Elena Tendlarz, Conferencias Porteñas
· Elena Levy Yeyati, Un recuerdo recuperado
· Marcelo Izaguirre, De aquí y de allá
· Alicia Alonso, Comentario sobre Adiós al significante
· Osvaldo L. Delgado, ¡Aquí estamos!
· Mariano Dorr, Psycum: notas sobre la comunidad analítica milleriana
No hay comentarios.:
Publicar un comentario