Director: Germán L. García
Traducción: Claudia Lavié (francés), Graciela Musachi (inglés), Déborah Fleischer (alemán).
Promoción: Haydée Rosalén, Beatriz Gez, Oscar Díaz.
Corresponsales: Miquel Bassols (Barcelona), Marco A. Mauas (Israel), Jorge Alemán (Madrid), Josefina Ayerza (Nueva York), Hugo Freda (París), Antonio Quinet (Brasil)
Corrección: Fernando García
SUMARIO
Jacques-Alain Miller, C.D. La clase inaugural
Adriana Testa, El individuo y la exterioridad del sujeto
Antonio Godino Cabas, De Sade a Masoch: un paso
Graciela Avram, La ignorancia masculina
Germán L. García: Figuras de Ia transferencia
Guillermo A. Belaga, Los afectos en el momenta clínico actual
Luis E. Varela, Adoctrinamiento y educación
Claudia Lavié, A la luz de Ia ética
W. V. Quine, Paradojas de la abundancia
Alain Vaillant, Rabelais: las palabras congeladas
Gilles C. Granger, Bouvard y Pécuchet: saber científico y defecto de juicio.
V. M. Pavlov, Lenguaje y pensamiento en W. Humboldt
Gabriel Lombardi, Técnica y Ética (sabre el libro del Dr. Etchegoyen)
Jean Louis Chretien, Sueño y responsabilidad
Martin Heidegger, La Cosa
Comentarios realizados por Margarita Bargagna, Déborah Fleischer, Liliana García, Fernando García, Marcelo Izaguirre, Maria Elena Kessler y Graciela Musachi.
Adriana Testa, El individuo y la exterioridad del sujeto
Antonio Godino Cabas, De Sade a Masoch: un paso
Graciela Avram, La ignorancia masculina
Germán L. García: Figuras de Ia transferencia
Guillermo A. Belaga, Los afectos en el momenta clínico actual
Luis E. Varela, Adoctrinamiento y educación
Claudia Lavié, A la luz de Ia ética
W. V. Quine, Paradojas de la abundancia
Alain Vaillant, Rabelais: las palabras congeladas
Gilles C. Granger, Bouvard y Pécuchet: saber científico y defecto de juicio.
V. M. Pavlov, Lenguaje y pensamiento en W. Humboldt
Gabriel Lombardi, Técnica y Ética (sabre el libro del Dr. Etchegoyen)
Jean Louis Chretien, Sueño y responsabilidad
Martin Heidegger, La Cosa
Comentarios realizados por Margarita Bargagna, Déborah Fleischer, Liliana García, Fernando García, Marcelo Izaguirre, Maria Elena Kessler y Graciela Musachi.
EDITORIAL
DESCARTES, POR SUPUESTO
Un amigo. Thomas M. Simpson, propone en un artículo lo que llama un ejemplo iluminador: ¿Cuál es el significado de la palabra significado? Esta pregunta nos enfrenta con una dificultad muy interesante: si no sé qué significa ‘significado’ ¿cómo puedo entender la pregunta acerca del significado de ‘significado’? La respucsta es que la primacía de la aplicación sobre el concepto es mostrada de hecho. Incluso, decimos, es la falta de interés de tales perplejidades.
De la misma forma el supuesto que llamamos transferencia trabaja en lugar de los que falta exponer. De otra manera uno podría preguntar como analiza alguien antes de saber tal cosa que después argumenta como clave de lo que hace. Y ¿cómo trabaja después de que sabe caduco lo que fue el resorte de sus certidumbres?
No hay metalenguaje —afirma Jacques Lacan— porque la fantasía tiene una significación absoluta. ¡Por supuesto! El analista pende de esa significación, ciego como un murciélago, creyendo que el rebote de las vibraciones que emite es el descubrimiento de alguna alteridad.
Lo que Jacques Alain Miller llamó alguna vez “las paradojas de la autorreflexión ” limita de manera decisiva las explicaciones que difundimos.
Sin embargo, la primacia de la aplicación configura un campo de operaciones donde es posible descubrir y describir recurrencias, aun sin saber en que sentido habría que responder.
Y de hecho se responde.
Descartes, sabemos, concluyó en el fracaso dictado por su matematización, reduciendo su ser a esa mente, resultado y límite de su genialidad (Etienne Gilson lo explica con elegante simplicidad).
Descartes, la revista, aprendió de V.W. Quine que se puede partir de una vaguedad, ocuparse de otro punto y volver sobre lo anterior.
La interpretación analítica también lo enseña: su precisión es aportada por quien la escucha, incluso sin asentimiento alguno.
¿Qué decir del enigma de la enunciación? ¿Por qué esta revista vuelve a salir? “Cuando digo algo —escribe Kafka—, inmediata y definitivamente pierde toda su importancia; cuando lo escribo, también la pierde, pero en cambio adquiere una importancia nueva”.
La enunciación apunta a esa importancia nueva, incluso mediante la poca importancia de los enunciados.
La dirección
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